18 Planes de atentados contra Fidel y la Comisión Church
especiales
Sidney Gottlieb, el científico de la CIA que quiso asesinar a Fidel Castro
Se iniciaba 1975 y el Senado de Estados Unidos anunciaba el 27 de enero, hace 46 años, la creación del Comité Selecto para el Estudio de las Operaciones Gubernamentales dirigido por el senador Frank Forrester Church para investigar las actividades ilegales de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y la Oficina Federal de Investigación (FBI), conocida popularmente como la Comisión Church.
Para entonces, el país norteño se encontraba en la crisis final que lo conduciría a la derrota de la guerra en Viet Nam en abril con la toma de la anterior capital del sur de esa nación, Saigón, por el ejército de Viet Nam del Norte y la consiguiente huida de las últimas tropas y funcionarios estadounidenses.
Esa iniciativa legislativa era favorecida por el formidable movimiento antibelicista interno y de denuncia de la política intervencionista de Washington. Pero pocos podían imaginar que los resultados de las investigaciones de la comisión demostrarían los planes de asesinatos contra el máximo líder cubano Fidel Castro, algunos de los cuales fueron denunciados por la autoridades cubanas y desestimados por el gobierno de EE.UU. como “propaganda comunista”.
La Comisión Church sacó de la opacidad de la clandestinidad de la CIA al ingeniero químico Sidney Gottlieb (1918-1999), centro de los planes siniestros contra la vida de Fidel Castro desde su cargo de jefe de la División de Servicios Técnicos de la CIA durante más de 15 años y quien contrató a hechiceras para predecir el futuro y a practicantes de ritos satánicos para que implicaran al diablo en el éxito de sus operaciones, entre otras extravagantes formas de malgastar el dinero de los contribuyentes.
No obstante, su legado no fue siempre tan extravagante y dejó como su obra cumbre ”Study of Assassinations” (Manual de Asesinatos), desclasificado en la década de 1990 y que adiestraba como clavar con precisión un puñal en la zona carótida, al corazón, disparar a la cabeza y ocasionar la muerte como si fuera un accidente por electrocución, lanzamiento al vacío de la víctima y el uso de venenos, entre otras lecciones con las que estudiaron varias generaciones de oficiales de la CIA.
En su carrera activa en esa agencia hasta la década de 1970 tuvo el total apoyo de la Casa Blanca y un amplio presupuesto que le permitió con entera libertad dedicarse a sus programas criminales.
Desde iniciadas las operaciones contra Cuba su obsesión sería destruir la Revolución y sobre todo matar a Fidel. En 1960 se puso a punto una operación para simular la aparición de Cristo frente al malecón habanero por medio de fuegos artificiales y luces proyectadas por un submarino para llamar a la insurrección encabezada por el dios hecho por los efectos especiales de la Central de inteligencia.
Propuso en 1960-61 ponerle talio en los zapatos del líder cubano para provocarle la caída de la barba y reducir su carisma, o inocular alucinógeno LSD en un estudio de televisión cubana donde comparecía y que provocaba extrañas conductas en las personas que llegaban a inhibirse de cualquier autocontrol.
El también conocido Dr. muerte proyectó la muerte del Comandante en Jefe con pastillas envenenadas para diluir en bebidas, jeringuillas con virus letales, puros contaminados con bacterias asesinas e incluyó intentos de enmascarar una carga explosiva en un caracol en el fondo marino en las zonas de la Isla que solía pescar submarino el líder cubano.
También ideó la inoculación de un traje de buceo con una bacteria que produce la muerte después de semanas de agonía, durante la cual el cuerpo se descomponía poco a poco.
Experimentó durante la guerra de Viet Nam con prisioneros a los que le abrían el cráneo para instalarles electrodos y antenas de radio con el fin de que actuaran de acuerdo con las señales electrónicas de la CIA como parte de la Operación MK Ultra también reflejada por la comisión.
En los informes de la comisión Church se reveló que, además, la CIA utilizó medios más convencionales junto a contrarrevolucionarios cubanos y la mafia estadounidense para asesinar al dirigente cubano con rifles de alta potencia y acciones terroristas.
Según consta en el informe del Comité muchos de esos planes se desarrollaron durante la Operación Mangosta, aprobada a finales de 1961 por el presidente John F. Kennedy, para vengarse de la derrota de Playa Girón y que culminó después de la solución de la Crisis de Octubre.
También se reconoció la agencia estuvo implicada en los asesinatos en 1960 de Patricio Lumumba, presidente del Congo enfrentado a los intereses colonialistas; de Rafael Leónidas Trujillo en 1961, dictador de la República Dominicana y estorbo a la política estadounidense en la región; del general René Schneider, jefe de las fuerzas armadas de Chile opuesto a un golpe de estado y asesinado en 1970.
La comisión investigó el magnicidio de J. F. Kennedy y concluyó que las indagaciones oficiales realizadas al respecto por la comisión Warren tuvo errores importantes y que aparentemente altos funcionarios de inteligencia involucrados en las pesquisas ocultaron información de forma premeditada.
Después de 1975, al conocerse los resultados de las investigaciones de la Comisión Church, diversas administraciones estadounidenses emitieron leyes prohibiendo a sus servicios de inteligencia involucrarse en asesinatos contra dirigentes y personalidades extranjeras.
El trabajo de la Comisión Church, iniciado hace 46 años, también evidenció la esencia agresiva y genocida del imperialismo yanqui contra Cuba que no respeta límites legales a sus acciones, al quedar demostrado por investigaciones de especialistas cubanos que se desarrollaron más de 600 intentos y planes de asesinatos contra Fidel mucho después de conocerse las denuncias de dicha institución y hasta prácticamente su desaparición física en 2016.
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Roberto Daniel Di Sarli
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