Amílcar Salatti sobre Viceversa: andar en el lado inverso de la vida que soñamos
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Aunque el género telenovela, tanto en Cuba como el resto del mundo, es un ejercicio de creación colectivo que implica muchas especialidades, hay un proceso específico más íntimo y determinante, que funciona como columna vertebral de cualquier obra audiovisual: la escritura de los guiones.
Son los guionistas los que definen el espíritu de una obra, los que delinean la naturaleza de sus personajes y los conflictos. Por eso el trabajo con los guiones en las actuales telenovelas producidas en Cuba suele ser mucho más profundo y estudiado, para que el resultado en pantalla esté sustentado por una “partitura” dramática sólida, que le brinde a los actores caminos y no lagunas.
En este rubro, se destaca sin duda alguna, un creador responsable de grandes éxitos televisivos en los últimos diez años. Son muy pocas las obras concebidas por Amílcar Salatti que no han calado en el público cubano; ese mismo público que lo ha nombrado “el Rey Midas de las telenovelas cubanas”. Y no hay exageración en tal título: Salatti suele transformar en oro puro cualquier temática, cualquier zona narrativa.
En vista de la proximidad de “Viceversa”, la nueva telenovela dirigida por Loysis Inclán, y escrita a seis manos por Amílcar Salatti, Yoel Infante y María Claudia Figueroa, una entrevista con el primero de los escritores se hacía necesaria para comprender los senderos argumentales de esta obra con sugestivo nombre y atractivo equipo de guionistas.
De manera jovial y franca, Salatti accedió a responder un cuestionario limitado, sin afán de obtener “spoilers” e interesado en saber cómo ve un guionista los entresijos o bondades de sus procesos creativos:
¿Cuáles fueron las motivaciones para darle vida a Viceversa?
“Creo que lo principal, al menos en mi caso, fue las perennes ganas de escribir, de contar historias. También los deseos de hacerlo con dos amigos que fungieron de coescritores, Yoel Infante y María Claudia Figueroa. No hubo algo puntual que nos llevara a hacerlo, más allá de esos deseos”.
¿Cómo fue el trabajo de escritura a seis manos?
“Cuando trabajas con personas que son amigos y con los que además coincides estética y éticamente, pues el trabajo se hace muy disfrutable. Para María Claudia era su primera vez como guionista y Yoel y yo hicimos un poco de "profes" por nuestra experiencia, pero al mismo tiempo ella nos aportaba su frescura, sus desprejuicios y eso vale mucho cuando uno lleva años escribiendo. Cuando hay que llenar unas 4000 páginas, para una novela de 80 capítulos, es imprescindible que la coescritura sea un disfrute y no lo contrario. Es un trabajo arduo y no podemos sufrirlo”.
¿Qué novedades encontraremos en la estructura de la obra? ¿Cuanta fidelidad o negación del género hay en Viceversa?
“No creo que vayamos a reinventar el género estructuralmente, ni aportarle algo súper original. Tal vez que el núcleo de protagonistas sea más una triada que alguien absoluto, puede ser lo "diferente", y seguro estoy que ya se ha hecho. Es un género al que se le han dado mil y una vueltas y no vamos a ir de pretenciosos creyendo que hemos hecho algo nuevo. Es una novela complicada pues son muchos personajes, varias subtramas y equilibrar eso siempre cuesta y ahí siempre está el reto. Me gustaría pensar que hay más fidelidad que negación al género, han pasado años desde que pusimos punto final, pero lo que recuerdo es que intentamos ir por los caminos de una novela típica, tratando de no caer en estereotipos, o caminos demasiado trillados. Lo novedoso está en los personajes que creamos para contar la historia, dónde intentamos que fueran personajes no muy "quemados" en novelas cubanas recientes”.
La edad de los protagonistas nos habla de una historia de jóvenes ¿Qué tipo de juventud cubana ha sido captada desde la escritura?
“Viceversa no es una novela que aborde la realidad cubana inmediata. Por un lado, fue terminada de escribir hace ya algún tiempo, ante de la crisis migratoria y económica en la que estamos, y por otro, no pretendíamos hacer una "novela social" (como lo fue Entrega, por ejemplo). El objetivo siempre fue que el público se la pasara bien viéndola. Toda esta explicación es para decirte que tal vez los protagonistas pueden reflejar a parte de nuestra juventud, pero no es nuestra juventud más inmediata, con sueño de emigración, con muchachos que estudian y trabajan, lidiando con dificultades salariales y/o de vivienda... Me atrevería a decirte que son jóvenes de hace unos 5-6 años atrás, los de antes de la pandemia. Digamos que Viceversa está ubicada en un contexto que evita las problemáticas sociales más agudas de nuestro país y por ende esos personajes se enfrentan a conflictos más personales, pero así lo quisimos”.
Conceptualmente el título nos transporta a muchas posibles interpretaciones, ¿podría ser el enfrentamiento generacional una de ellas?
“Sí. El título un poco fue intuitivo por lo que habíamos escrito cuando armamos el argumento. Esa sensación de que tu vida puede invertirse por completo, debido el azar o a decisiones y de pronto apareces justo en el lado contrario de lo que imaginaste sería”.
¿Cuán difícil es actualmente para un equipo de guionistas confeccionar 80 capítulos de 45 minutos y no caer en "barrigas" narrativas o agotamiento en las tramas?
“Siempre es muy complicado. Mantener un ritmo constante durante 80 capítulos es difícil y más en la época de las series, donde los sucesos abarcan 6-12 capítulos y es raro ver una serie "lenta”, a no ser que esa sea su intención. Las subtramas ayudan a eso; el tono de algunas, cercanas a la comedia, tal vez suavicen esos momentos de meseta en los que parece que la historia no avanza. La intención es que eso no suceda y se trabaja para ello. Ojalá lo hayamos logrado”.
Decir Amílcar Salatti y Yoel Infante es decir éxito de público garantizado. ¿Temen a las altas expectativas que siempre dejan sus obras más recientes en el público?
“Muchísimo. En este medio uno es lo último que hace, y así te juzga el público. Los logros pasados son un arma de doble filo que muchas veces juegan en tu contra. El alcance y el éxito de las obras tienen mucho que ver con el contexto, el objetivo con que fueron escritas, las referencias más inmediatas que tengan los televidentes. Viceversa es para que la gente se pase un rato entretenido, sin dejar de hablar de cosas que humanamente nos preocupan”.
¿En qué nuevos proyectos anda inmerso?
“Para la TV estoy preparando una serie con Roly Peña, pero es a largo plazo, y un telefilme con la Redacción de Infantiles para que sea dirigido por Charlie Medina. Los demás trabajos son para cine y de manera independiente. Desgraciadamente nuestra TV está en una crisis tal que apenas puede asumir proyectos nuevos. Por estrenarse está Calendario en su tercera temporada. Y en algún momento del año que viene la segunda de Al Habla con los Muertos”.
¿Qué espera Salatti del camino en televisión nacional de esta nueva obra?
“No me gusta crear expectativas con las obras que están por salir. Hicimos nuestro trabajo lo mejor que sabíamos hacerlo en el momento que la escribimos. Uno siempre espera que el público se la pase bien. Si Viceversa logra ir un poco más allá o no, lo dirá el tiempo y los televidentes”.
Y por fortuna, el tiempo de Viceversa comienza, lo que nos colocará frente a historias que podrían muy bien ser las nuestras, en donde andar en el lado inverso de la vida que soñamos, condicionará el relato y el alcance del mismo en el público. Aunque Salatti sea cauto con las expectativas de la audiencia, todo arroja a que un nuevo éxito de público se acerca a las pantallas de Cubavisión.
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