LA FOTO: Solo números
especiales
Foto: Antonio Lacerda / EFE
Uno tiene una vida, tiene una historia, familiares, amigos, ciertas propiedades; uno se alegra y se entristece, ríe y llora, uno ama y odia, goza y sufre. Uno tiene un nombre, que es lo que queda después de que todo termina. Los huesos y el nombre.
Pero en el cementerio de Irajá, en el norte de Río de Janeiro, hay tumbas que se identifican solo con números y siglas. Pasa en ese y en otros muchos cementerios de este mundo. Los muertos como pura estadística. La negación de una biografía mínima.
Brasil es el segundo país con más víctimas y más casos confirmados de la Covid-19 en el mundo, después de los Estados Unidos. Más de 50 mil muertes en apenas cien días. Se dice rápido, es un número, una estadística. Pero las cifras son frías.
Imaginen 50 mil nombres con sus respectivos apellidos, imaginen 50 mil direcciones, imaginen 50 mil rostros, 50 mil historias personales. Esa es la tragedia. El que ocupa la tumba 8B 16020 respiró este aire. Y tenía un nombre, aunque se pierda irremediablemente en el torbellino de estos días.
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