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La realidad cubana se ve al desnudo en esta película... ya nuestro país no es aquella isla de ensueños donde todo está resuelto, donde los niños son felices y los adultos también... hay demasiadas carencias materiales y estas han terminado lacerando el espíritu y los valores de nuestro pueblo, algo muy lamentable. Nuestro jovenes ya no son educados y no conocen la educación formal, ya no respetan a los adultos ni a las autoridades (estas últimas tampoco se hacen respetar como deberían). Bien lo dice Carmela: en la escuela les hablamos de Martí, de la patria, etc. y en la casa desenterramos a toda la familia para sacar una ciudadanía española. Por otro lado, creo que ya quedan muy pocas Carmelas en nuestro sistema educacional y si muchas Raquel, o peor, muchos que prefieren "lavarse las manos". Deberían multiplicarse las historias de este corte en el cine cubano, también en la televisión y el periodismo, para ver si salimos del limbo y desterramos de una vez y por todas la apología de la sociedad perfecta.<br />saludos