Tokio 2020: Cuba, inmensa y… del éxtasis a la reflexión

Tokio 2020: Cuba, inmensa y… del éxtasis a la reflexión
Fecha de publicación: 
9 Agosto 2021
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Todavía nadamos en la euforia de haber culminado en el puesto 14 del medallero en los recién culminados Juegos Olímpicos de Tokio. No es para menos, si con una delegación de 69 efectivos, de los cuales, por distintas razones, solo pudimos incursionar en 62 de las 339 pruebas concvocadas para culminar en esa pletórica posición, patentando una efectividad extrema.

El botín de siete medallas de oro, tres de plata y cinco de bronce, nos permitió ahogar gritos de gloria, y festejar rendimientos no conseguidos desde la versión de Atenas 2004 en la que atesoramos (9-7-11) para el úndecimo escaño de la clasificación por países.  Ahora, rompimos una espera de 17 años, dejando detrás las actuaciones de Beijing 2008 (3-10-17), Londres 2012 (5-3-7) y Río de Janeiro 2016 (5-2-4).

Eso sí, después del festejo, las noches de insomnios “placenteros” y la satisfacción de seguir codeándonos con naciones todas del primer mundo, toca cederle el turno a algunas observaciones, puntos de partida para futuros análisis y proyección de cara a unqa nueva cita dentro de tres años en París 1924.

Un buque que tira del carro hasta más no poder

Lo del boxeo es definitivamente de otra dimnensión. Todavía me pregunto como es que no acabamos de aprobar la práctica oficial de la disciplina entre chicas, cuando ahora en la capital nipona, con siete púgiles conquistamos cuatro oros y un bronce. ¿Hay acaso otra expresión más viva de la eficiencia deportiva? ¿Quieren mayor rutilancia que esa? Pues así ha sido desde Munich 1972. Para tener una idea, desde Londres 2012 Cuba se ha dado cita en nueve finales olímpicas en el cuadrilátero, y no ha perdido ninguna señores.

En Tokio, por ejemplo, si no hubiésemos materializado los cuatro cetors del pugilismo, húbiesemos recalado en el puesto 26 en lugar del 14 conseguido. Además, ostentamos, con la inclusión de Roniel, Arlen y la Cruz, con 11 bicampeones bajo los cinco aros. Indiscutiblemente Rolando Acebal y su colectivo técnico se mueven sobre cuerdas de acierto inusitadas. ¡Menuda forma de tirar de aupar a una delegación!

A puro combate se fraguó el camino

Siempre las disciplinas de combate han sostenido a Cuba si de rendimientos notables se trata. Tokio no fue la excepción, con la lucha (2-0-1) siguiendo al boxeo y el judo y el taekwondo, nuevamente marcando tarjeta, en el caso del arte marcial de las patadas voladoras de la mano de Rafael Alba (+80 kg) y en un retorno tras la ausencia de Río 2016.

Idalys merece una pequeña serenata diurna, o digo mejor una inmensa serenata noctura, a juzgar por la diferencia de horarios entre La Habana y Tokio. Imaginen que se convirtió en lqa judoca cubana más laureada de todos los tiempso, con un cetro, dos plata y un bronce, para superar a la no menos legendaria Driulis González.

Mijaín, ¡qué inmenso eres! El mejor luchador de la historia, cuatro cetros en línea!! Ahora a la par de Michael Phelps, Carl Lewis, Al Oerter y Kaori icho, esta última hija ilustre de japón, igualmente en la Lucha.

Y Orta, eléctrico indiscutible de Tokio, con un pedestal inmenso en el cohabitará con los canoístas Serguey Torres y Fernando Dayán Jorge, por primera vez en la historia en lo más alto del podio en la canoa biplaza, pese a una sólida tradiciónheredada desde Barcelona 1992.

Muchos otros rendimientos notables se sucedieron en Tokio para la Mayor de las Antillas: Pupo con su brazo bendito y ausente de nervios si de tirar rápido pistola en mano se trata; el bronce de Maykel Massó (8.21 metros) en el salto de longitud para escoltar a su coequipero Juan Miguel Echevarría (8.41); y esos 49.71 segundos de Roxana Gómez en la vuelta al óvalo. Poseía 51.13 antes de tomar el bloque de arrancada señores, y se catapultó hasta convertirse en la segunda cubana más rápida de todos los tiempos en dicho segmento…

La radiografía

Toca entonces profundizar un poco en lo mostrado por Cuba en tierras del Sol Naciente. Partimos de la idea de que si la pademia de la Covid-19 azotó a todo el planeta, sus devastadores efectos sin dudas tuvieron réplicas mayores en nuestro país.

Sin apenas infraestructura de entrenamiento idónea, pensemos por un momento en el tiro deportivo, el propio canotaje, el pentatlón moderno y todas las restantes, para ser honestos; un limitadísimo escenario de fogueo competitivo internacional, no solo por el hecho de haberse reducido enocasiones hasta en un 50% las lides punteables para rankings; y suspendido incluso torneos clasificatorios en no pocas disciplinas.

Hablo de calidad en la gran mayoría de los deportes concentrada en Europa y Asia; costos de viajes, visados, estancias prolongadas por estrictos protocolos sanitarios y demás en medio de un panorama de crisis económica real que ha vivido Cuba, agudizado en los últimos dos años, y sin escapar de los efectos del recrudecido bloqueo económico impuesto por los Estados Unidos.

Variables todas de las cuales no ha estado ajena nuestro movimiento deportivo, el cual halló en la gran mayoría de las disciplina clasificadas un bálsamo en la posibilidad de sostener bases de entrenamiento en terceros países, pues, a lo antes ya expuesto, se sumó la suspensión de la casi totalidad, con excepción de la Serie Nacional de Béisbol, del calendario competitivo doméstico a los distintos niveles. Estrategia preparatoria que se consolidó e inició acá en casa previa y posteriormente con las llamadas burbujas de preparación, ya fuere en provincias, o en los Centros de Alto Rendimiento capitalinos.

Como quiera que sea, estos paliativos no solventaron cabalmente la obtención de forma óptima de nuestros legionarios, en ocasiones debido a la falta de rigor y nivel de élite de los compañeros que le acompañaban en estas burbujas, en el caso de los deportes de combate; en otros por continuar empantanados en las condiciones insuficientes de nuestro ámbito, y en otros, porque mientras esto sucedía en las burbujas, en el resto de buena parte del mundo se continuó compitiendo al máximo nivel, acrecentando los niveles de preparación de los oponentes…

Al parecer, con todo y las lagunas que quedan después de caer el telón de Tokio, si juzgamos nuevamente por la eficiencia promulgada, la fórmula aplicada hasta cierto punto fue efectiva. Pero no exenta de lados perfectibles.

¿Qué sucedió con los luchadores? Fundamentalmente con los del estilo libre, ¿Por qué se vieron tan desgastados hacia los segundos periodos y carentes de argumentos para contrarrestar los ataques y defensas rivales? ¿Cuál es la causa de que el campo y pista haya tenido a siete atletas lesionados de una comitiva de 18? ¿Por qué, en algunos casos no se acercaron a sus registros cimeros de campaña y a los exhibidos incluso en rondas preliminares?

¿Continúa el judo, (salvo las soberbias demostraciones de Idalys y Kaliema Antomarchi) estando a la par de una élite universal bien contundente y un tanto más repartida?

¿Qué hay que imprimirle al canotaje, el tiro y el pentatlón moderno para que el ascenso sea progresivo y se estabilicen rendimientos en ese entorno cualitativo?

Ojo, incluyo al canotaje para no volverle la espalda. La columna vertebral de hnuestra armada de pirragüistas oscila entre los 18-22 años, y en su gran mayoría, pese a lo evidenciado, tienen todas las condiciones y potencialidades para dar un asalto irreverente a la élite en la ciudad luz a la vuelta de tres años. De hecho, en cierta forma lo hicieron en Tokio, al coquetear con finales A, y mostrarse esplendorosos.

Habrá que darle seguimiento a muchos de estos planteamientos, como también actualizar nuestra metodología de entrenamiento. El mundo hoy día, compite más y sostiene en menor medida esos periodos tan prolongados de preparación, los llamados macrociclos. Claro, competir más depende de la variable don Dinero, una que a nosotros nos golpea de manera perenne. Pero hay ajustes, más allá de recursos y billetes. Y esos son los que hay que exprimir, explotar con sapiencia.

Otro elemento importante es poder asegurar una transición o relevo para nuestras principales figuras. En tokio, buena parte de nuestros medallistas contaban con 30 o más abriles, lo que denota la urgencia de un relevo generacional. El talento existente, el cual no pongo en duda, hay que moldearlo, esculpirlo… solo así podremos replicar a Mijaín, Idalys, Roniel, Reineris, Serguey y compañía.

Tokio indisctubilemente es el triunfo del deporte revolucionario, del talento fraguado por años, pero también de la oportunidad a todos de escoger una vida dedicada al deporte, de esa pirámide ciertamente un tanto resquebrajada, pero que todavía se sostiene en sus pilotes y preceptos. Hay que apuntalarla, volver a las esencias de la base, fomentar esa competitividad desde pequeño, cerrar muchas brechas que hoy existen, pero está ahí, aún latiendo, aún colocando a Cuba entre los grandes, con adecuaciones a tiempos que lo exigen, con introducción de nuevos sistemas, pero también con fidelidad a sus esencias, que en definitiva son las que nos han traído hasta acá, y nos sitúan en el puesto de prestigio que ostentamos.

Sí, estas líneas van del éxtasis a la reflexión, de todo el esfuerzo volcado para conseguir un rendimiento, de un puesto 14 que quedará gratamente guardado en el recuerdo de millones, pero también de lagunas, asignaturas pendientes y brechas que cerrar en un lapso de tres años o más, el tiempo, aunque lo parezca, si de asegurar el desarrollo futuro se trata, no es trascendental.

Y como la vida es de momentos, primero le agradezco su lectura y fidelidad amigo mío, y luego me despido, por unos días, compartiendo con usted los que para mí, fueron mis mejores momentos olímpicos:

  1. Esos mil metros en los que toda Cuba remó junto a Serguey Torres y Fernando Dayán Jorge en la canoa biplaza.
  2. El eléctrico luchador Luis Alberto Orta con su cetro de los 60 kg en el estilo grecorromano, hincando la rodilla de los tres mejores de su división por su lado del organigrama.
  3. La resurrección dorada del boxeador Roniel Iglesias (69 kg), cuando muy pocos apostaban por un posible oro salido de sus puños.
  4. Esa diestra bendita y en apariencia impasible del pistolero rápido a 25 metros Leuris Pupo.
  5. Roxana Gómez, la gacela maravilla de la vuelta al óvalo.
  6. Y Mijaín, por la lección magistral de humildad e inexpugnabilidad, por cómo reflejar el espíritu de una nación y cargar de todos nosotros como si de propinar un desbalance se tratase.
Orta sacó la estirpe de gladiador, y de eléctrico de nuestra delegación con su corona.
Dos oros y un bronce bajo los cinco aros en dos divisiones diferentes. lo de roniel Iglesias es tremendo.
Leuris, un diez al centro de la diana contra las adversidades.
Roxana, un portento naciente de la velocidad en la vuelta al óvalo. Segunda cubana más rapida de la historia en dicha distancia.
Cuando se hable de la historia del deporte cubano, Mijaín siempre estará desde el prólogo.
Medallero comparativo de Tokio con respecto a Río de Janeiro. Cuba entre las potencias del músculo.
La despedida al ritmo de la final más electrizante de Tokio. El oro del C-2 a mil metros. Gracias Serguey Torres y Fernando Dayán Jorge!!!!

Comentarios

Excelente artículo, me suscribo al 100%
lissette.fuentes@etecsa.cu

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