Planificar la vida

Cada tres de agosto se celebra el Día Internacional de la Planificación Familiar, un tema que bien merece seriedad y reflexión. De acuerdo con la Revista Cubana de Medicina General Integral, “la planificación de la familia significa en principio lograr una actuación consciente y responsable de la pareja en el derecho de decidir el número de hijos que se desea tener además de propiciar la salud maternoinfantil y la paternidad responsable”.

Esa es su importancia.

En el caso Cuba, un grupo multidisciplinario de la salud ofrece asesoramiento para que la pareja consiga un embarazo y lo lleve a término. Le acompaña constantemente durante todo el proceso, desde la preparación previa hasta el alumbramiento, y tanto médicos como enfermeros y demás especialistas que intervienen, no descansan hasta lograrlo.

La planificación familiar controla la natalidad en la población sexualmente activa. Garantiza que el embarazo sea totalmente proyectado, y que no llegue de sorpresa para que los padres puedan tener tiempo de prepararse, sobre todo, físicamente, pero también en cuanto a economía, pues tener hijos requiere el despliegue de muchos recursos. También interviene en el tratamiento de la infertilidad.

Otra de sus aristas es la educación enfocada a prevenir y tratar infecciones de transmisión sexual.

Para ambas vertientes el uso de métodos anticonceptivos es la base fundamental porque ayuda tanto en el control del embarazo como en la salud, el más común y seguro es el condón, seguido del dispositivo intrauterino y las píldoras, pero son muchos más que pueden ser desde inyecciones periódicas hasta otros permanentes como la ligadura de trompas y la vasectomía.

Sin embargo, no en todo el mundo existe el mismo acceso a la planificación familiar mucho menos a los métodos anticonceptivos, en algunos casos por escasez, pero también por desconocimiento, reticencia, prejuicios. Según las estadísticas una importante parte de la población sexualmente activa se niega a usarlos, por eso es elevado el número de embarazos no deseados y de las personas con algún padecimiento contraído durante relaciones íntimas.

Este es un tema que le preocupa a la Organización Mundial de la Salud (OMS) y por eso se mantiene trabajando para apoyar a los países en desventaja, con bajo índice de acceso de hombres y mujeres a la planificación familiar. El objetivo es contribuir a garantizarles sus derechos a tener una vida plena con adecuada salud sexual y reproductiva.

Para Cuba es esencial la planificación familiar a pesar de las dificultades que poseemos en todos los frentes. Asegurarlo está contemplado en nuestra constitución porque no solo es vital para la salud sino para controlar el crecimiento poblacional, también se relaciona con la economía y el medioambiente.

Uno de los factores que inciden actualmente en nuestro país es la iniciación de las relaciones sexuales a edades muy tempranas, y se le agrega el uso esporádico de métodos anticonceptivos. Esto trae grandes implicaciones en lo social y en el bienestar físico y mental de las personas. Por eso, teniendo en cuenta que la población adolescente es una de las más vulnerables, el Ministerio de Salud Pública (MINSAP) proyecta acercarles los servicios de salud sexual y reproductiva, y estimular que acudan a las consultas especializadas establecidas en policlínicos y consultorios del médico de la familia.