Lesbia celebra sus memorias
especiales
Lesbia Vent Dumois, un día antes de la inauguración de su muestra en Bellas Artes, trabajando.
Lesbia Vent Dumois, que es una de las artistas más inquietas y activas de todo el panorama de la cultura cubana (los que la conocen saben que no es una frase exagerada), celebra este sábado su cumpleaños. Y lo celebra con una excelente muestra suya en el Museo Nacional de Bellas Artes. Memoria, se titula. Y es un recorrido por el itinerario creativo de una mujer que no ha dejado de dibujar, pintar o grabar nunca, por más que algunos solo vean en ella a la funcionaria que también ha sido… y a mucha honra.
La principal sala de exposiciones transitorias del edificio de Arte Cubano acoge la exposición, que podrá ser vista durante este mes.
Lesbia ha vivido mucho, intensamente. Tiene mucho que contar y en su expo lo cuenta. Lesbia es una artista raigal. Y las memorias de una artista pueden ser, y las de Lesbia con toda certeza lo son, ámbito maravilloso de confluencias.
“Todo el mundo pensaba que yo iba a hacer una retrospectiva, partiendo del título de la muestra —dice la artista. Yo la pensé mejor como una antología. Porque la antología me da la oportunidad de evocar los momentos en que yo produje algún cambio en mi obra. He guardado de cada época las obras que mejor representan esa evolución y aquí las expongo. Son las piezas que hacen una propuesta más fuerte. Casi todas están aquí”.
Grabado, pintura, escultura, instalación… Y un amplísimo espectro temático y se pudiera decir que hasta estilístico. Pero Lesbia identifica algunas constantes:
“La primera creo que es la mujer. No creo que me lo haya propuesto, pero al final resulta que es evidente. Yo misma lo he descubierto cuando he visto estas obras juntas. La figura femenina me ha sido muy atractiva, no solo formalmente, sino también como impulso creativo, como intención, como discurso.
“La otra constante es José Martí. Martí para mí es vital, es un referente insustituible. Martí es pensamiento, idea, ejemplo. Mi padre siempre nos inculcó a mi hermana y a mí el amor por Martí. Recuerdo perfectamente lo que nos decía, lo que nos contaba sobre este hombre extraordinario. Eso quedó en mí. Y lo he puesto en mi obra, en toda mi obra, aunque a veces no sea evidente.
“Y lo otro, aunque quizás algunos no lo noten de inmediato, es la ironía. Yo nunca he sido una mujer ortodoxa, siempre lo visto todo con mucho humor. Humor fino, incisivo, que es el que me gusta”.
En la exposición confluyen tres aristas de la obra creativa de Lesbia: la artista, la curadora y la museógrafa. Compartió con la especialista Teresa Toranzo la concepción museográfica. Y llegó incluso a escribir ella misma sobre la pared, con su caligrafía hermosa, los pies de obra.
Es que la memoria, para Lesbia, tiene mucho de artesanía. Y es evocación y homenaje.
“En mi memora está el recuerdo de mi abuela, que era muy patriota y muy educada. Creo que parte de la educación que tenemos en la familia se la debemos a ella. De mis padres siempre tengo presentes sus enseñanzas sobre el valor del oficio. Me hicieron ver también que tan importante como el oficio era la amistad. Eso lo he cultivado siempre. En esta exposición están también mis amigos, que son muchos. Está mi hermana Odenia, que murió tan joven. Ella siempre habita mi memoria, fuimos muy unidas, incluso en nuestra profesión común: las dos estudiamos magisterio, las dos estudiamos artes plásticas… y comenzamos juntas a hacer grabados, por eso se exhibe una de sus obras. Está mi compañero de vida, de trabajo, que fue también mi maestro: Carmelo González. Están, en definitiva, mis amigos de toda la vida. Yo creo mucho en la amistad”.
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