Las mascotas y su esterilización entre los mejores cuidados
especiales
Las mascotas son ese miembro especial de la familia que, entre maullidos y ladridos, roban los corazones en casa y, en dependencia de gustos, perros o gatos, uno, dos, tres o cuantos se deseen, ellos son, en muchos casos, motivo de alegría, experiencias y anécdotas.
De eso se dio cuenta Melisa, la vecina de los bajos, primero y tan solo cuando se decidió a tener sus primeras plantas; sintió algo distinto al cuidarlas, mimarlas y compartirlas. El amor por lo verde, las flores, rápidamente llegó a ella y su casa acogió una nueva energía.
Fue así que, de las plantas, se encariñó un buen día con un coqueto michi blanco y negro, de mayor talla que la media, y un pelaje como el de un león, que, entre pasadías, sobre todo a la hora de la cena, enamoró a Melisa y pasó a ser y llamarse Mi Gato.
De la nada, pero con un seguro domicilio anterior, por su dócil comportamiento y afecto hacia los humanos, cuando los gatos se caracterizan, en su mayoría, por ser muy reservados e independientes, Mi Gato se instaló en un nuevo hogar de un día a otro.
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Y fue pasando el tiempo, hasta que llegó Federica, la gata negra, pero bien negra, sacada del libro de supersticiones. Para no hacer tan larga la historia, cuando la pareja gatuna entró en confianza, fue que su dueña, Melisa, comprendió la importancia de la esterilización de las mascotas.
Mi Gato y Federica hicieron tan buena química, como lo hacen tantos de ellos, que Melisa repetía su misión de partera constantemente. Nacían preciosos gaticos, sin embargo, le preocupaba tantos nuevos mininos y que, sin la posibilidad de hallar para cada uno un dueño, anduvieran desprotegidos por las calles.
Como Federica, una gata excallejera que, por fortuna, encontró su hogar, son cientos los mininos que hoy día deambulan por las calles, sin techo, enfermos, desnutridos y sin freno de reproducción, que padecen la desgracia de pertenecer solo a la luz de la noche.
Con varios celos al año, tantos gatos en las calles devienen en colonias hambrientas e infectadas con virus, de ahí la importancia, primero, de que cada mascota tenga un hogar, o al menos permanezca bajo los cuidados de un refugio, y segundo, de que estén esterilizadas.
Federica, lamentablemente, por su carácter, aún no ha sido esterilizada, pero Cucky, una de sus crías, por conocer y sentir los cuidados y el cariño de nacer en su hogar, sí admitió un día la visita al veterinario. Melisa, de no tener nada, pasó a tener en su casa muchas plantas de varios tipos, más una familia felina compuesta por mamá, papá e hija.
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