«Esto es una telenovela, no un reportaje»

«Esto es una telenovela, no un reportaje»
Fecha de publicación: 
22 Julio 2020
18
Imagen principal: 

Denys Ramos, Daysi Granados y María Luisa Jiménez durante la grabación de la telenovela El rostro de los días.
 

En uno de los cubículos de Instituto Cubano de Radio y Televisión, la directora Nohemí Cartaya sigue editando, junto a un pequeño equipo, los capítulos finales de la telenovela El rostro de los días, que transmite Cubavisión.

Allí hace un alto y nos recibe. «Esta es una historia que nos implica a todos, de una u otra manera, porque el tema es universal. Aquí hablamos de la maternidad y la paternidad».


Nohemí Cartaya, directora de la telenovela El rostro de los días

—¿Por qué precisamente de esos temas?

—A mí me parecieron interesantes. Es algo que no se ha tocado mucho en el dramatizado para la televisión, al menos no como eje central. Y son temas que permiten promover muchos valores humanos.

«Yo creo que algo que define a esta novela es que no se trata fundamentalmente de problemas materiales. No significa que no incidan esos problemas, pero hablamos sobre todo de conflictos espirituales. Y la maternidad, la paternidad son inherentes al ser humano.

«Esa es la esencia de la presentación, esa sucesión de fotos de familia: siempre somos hijos, nietos, descendientes de alguien. Y muchos de nosotros seremos los ascendientes de otras generaciones. Y al final, somos los mismos.

«Eso es inmutable: las modas cambian, el contexto; pero siempre seremos una continuidad. Una generación le ofrece algo a la que viene.

«A veces lo olvidamos, hay cierta ingratitud con los que nos antecedieron. En la telenovela quisimos resaltar esos lazos familiares, que se alargan en el tiempo. Es como una cadena. Eso me pareció muy interesante.

«Hay que reconocer ese rol de la madre y el padre, que es la garantía todo lo que construimos, de lo que somos aquí y ahora».

—Pero si hablamos del aquí y el ahora habrá conflictos que no se puedan evitar.

—Por supuesto. Y nuestra tesis es que la realidad puede ser mejor. Ha habido cierto debate sobre las comodidades del hogar materno. Nosotros no lo concebimos como un hotel. Lo concebimos como un lugar bien cuidado, limpio, atendido por personas que aman su trabajo. Eso es posible. Alguien ha hablado de la comida que allí sirven. Bueno, la persona que allí cocina ama cocinar para sus embarazadas. Claro que hace falta dinero, hacen falta recursos, pero lo primero que hace falta es amor. Eso es lo que está diciendo esta telenovela. A partir de esa premisa se asumen conflictos de la cotidianidad.

—No obstante, buena parte del público espera que la telenovela nacional se adentre en problemáticas sociales con una visión crítica, que haga periodismo.

—Nosotros no hacemos periodismo, nosotros hacemos una telenovela. Son dos ámbitos, dos maneras de acercarse a la realidad, cada una con sus responsabilidades. Aquí no tenemos prejuicios con el género que estamos asumiendo. Sería un disparate.

«La telenovela tiene sus códigos; los que heredó de la radionovela y del folletín. Y esos códigos funcionan. Si no, la gente no vería telenovelas, independientemente de la calidad de la propuesta puntual. Y digo más, fíjate si esos códigos funcionan que las series de televisión contemporáneas los utilizan sin complejos para consolidar otras estructuras dramáticas.

«Yo te digo: a la hora de llorar hay que llorar. Eso sí, hay que hacerlo con vuelo, no a golpe de tonterías.

«Otra cosa importante que quisimos resaltar: todos los cubanos no son “marginales”. Y es perfectamente legítimo ambientar una telenovela en el margen, pero también es legítimo escoger otra realidad. Nosotros no recreamos “la” realidad; nosotros recreamos “una” realidad. Tiene que ser verosímil, identificable… pero es ficción.

«Y volvemos al hogar materno. No reflejamos un hogar materno específico. Recreamos nuestro hogar materno, nuestro ideal, el que creemos que debería existir y probablemente exista. De eso se trata, también, la telenovela».

—Y tampoco renuncian al enfrentamiento de toda la vida entre héroes y villanos.

—Los arquetipos son inmortales. Si Ulises y Penélope siguen convenciendo miles de años después, es porque los arquetipos son inmortales.

«Aristóteles no se equivocó. Tu puedes ponerla en crisis, pero hay una estructura dramática perfectamente funcional. El espectador necesita identificarse con los personajes, estar o no de acuerdo con los personajes.

«Nosotros sí tratamos de que todos los personajes, los “positivos” y los “negativos”, tuvieran sus razones».

—Puede que el confinamiento por la pandemia haya influido, pero lo cierto es que la telenovela tiene una gran teleaudiencia, y se habla mucho de ella en las redes sociales. ¿Cómo lo asumen?

—La coyuntura ayudó muchísimo. La gente no ha podido salir mucho a la calle y quedarse viendo televisión es una de las principales opciones de entretenimiento. Pero creo que la razón fundamental es que las personas se han identificado con la historia, porque al final puede ser la historia de muchos.

«El hecho de que la telenovela se siga editando ha contribuido a tomar en cuenta las opiniones que nos llegan. Algunas tramas nos han sorprendido por la acogida que han recibido y hemos tratado de destacarlas en la edición final.

«Por supuesto, no puedes complacer a todo el mundo. Pero tienes que respetar las opiniones de todo el mundo, si están expresadas desde el respeto. Aunque no estemos de acuerdo con lo que digan. Algunos creen, por ejemplo, que la telenovela reproduce esquemas racistas, teniendo en cuenta las dificultades de la familia negra. Pues yo creo que es una familia con sólidos valores humanos, y con esos valores enfrentan las dificultades.

«Y están los que se quejan porque muchos personajes viven en casas muy bien construidas y amobladas, como si esas casas no existieran y mucha gente no viviera en ellas en este país. Te insisto, esto no es un reportaje, es una telenovela. Y una telenovela puede mostrar espacios agradables, porque también tiene que ver con las aspiraciones de las personas. Y la belleza es una aspiración eterna».

—¿Por qué hace usted telenovelas?

—Creo que es lo que me tocó. Y es un género con muchas potencialidades. El más difícil en la televisión, el más demandante. Y es el medio para expresar mis compromisos, mis ideales, las historias que me conmueven.

 

Comentarios

excelente entrevista, quedé complacida y estoy completamente de acuerdo con lo antes expresado por la autora
yanicel@gr.onei.cu
Estoy muy de acuerdo es que no se queda bien nunca con el ser humano es que todo lo critican y no se autocritican. Me gustó la entrevista
Muy buena entrevista estoy muy complacida y completamente de acuerdo con lo antes expresado de Nohemi Cartaya. Usted es una buena directora y la novela me encanta. Lo unico q tiene malo es q le ponen mucho largo a las escena de la ciudad. Pero todo me encanta de esa novela no me la pierdo.
B.Dias: Envío mis felicitaciones a Nohemí Cartaya, excelente novela generaliza problemáticas sociales muy reales.
alba@infomed.sld.cu
SALUDOS!!! Yo, IGNORANTE, no sabía quien era Nohemí Cartaya. Ahora sé Gracias a esta EXCELENTE entrevista quien es NOHEMÍ CARTAYA: FABULOSA ACTRIZ-MERIDIANA DIRECTORA. ¡¡¡GRAN CUBANA!!! En la medida que leía sus precisas respuestas al incisivo Yuris (Aplausos también para Norido), advertía indivisibilidad entre Nohemí y la Teniente Coronel Admirada-Querida-Respetada jefa por SENSIBLE, en el sabroso seriado policial UNO. (Seriado, que por cierto, no se porqué misteriosa razón no se ha vuelto a reponer. ¿O sí?) Creo no necesito decir más. Gracias.  Ahh... sólo añadir que EL ARTE ES EMOCIÓN y Dios seguro entiende de emoción. GRACIAS MÁS por regalarnos este imprescindible cálido rostro en estos dificilísimos días. FELICITACIONES. ÉXITOS MÁS. 
pinosusavila@nauta.cu

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