Día Internacional de la Mujer: dos años después

Han pasado unos dos años desde que el mundo celebrara un 8 de Marzo sin usar nasobuco.

Nadie podía haber aventurado entonces, entre aplausos y merengues, que aparecería sobre la faz de la Tierra un microscópico ente que pondría en peligro la vida de la humanidad.

Mucho menos las mujeres del mundo hubieran sido capaces de imaginar cuánto les esperaba, particularmente a ellas, a causa de la COVID-19.

Pero hace solo días, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) ratificaba en el informe «La pandemia de la desigualdad» que esa grave situación sanitaria evidenció, una vez más, el modo diferenciado en que las crisis impactan sobre las mujeres, profundizando desigualdades de género y colocando a ese sector poblacional en posición desventajosa en cuanto a su autonomía económica, física, y en la toma de decisiones.

Foto: Fahad Kaizer / PNUD Bangladesh

Tanto ha sido así, que la propagación de ese coronavirus, con su secuela de contagios y muertes, aumentó hasta en tres veces las cargas de trabajo para las mujeres.

Han sido dos años que para Ellas equivalen a una década de retroceso en cuestión de derechos, debido, entre otras causas, a la pérdida del empleo, a menores ingresos financieros, y por un incremento enorme de las actividades no remuneradas, sobre todo las referidas a hogar y familia.

Así lo validan investigaciones de varios organismos internacionales. Entre ellos, la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que reveló cómo solo en América Latina y el Caribe, donde la participación de mujeres en el empleo había alcanzado cerca del 52,3% en el primer trimestre de 2019, descendió hasta un 43% en igual período de 2020.

Y todavía al terminar el pasado año, de los 23,6 millones de puestos de trabajo que Ellas perdieron en el peor momento de la crisis —el segundo trimestre de 2020—, faltaban por recuperar unos 4,2 millones.

Un reporte presentado este mes por el director regional de la OIT, Vinícius Pinheiro, lo indica, subrayando la abismal diferencia para el caso de los hombres, quienes ya habían recuperado casi totalmente los 26 millones de puestos laborales que perdieran entonces en la región.

En el ámbito laboral, el impacto más fuerte se concentró precisamente donde mayoritariamente trabajan las latinoamericanas: en los empleos informales y en las micro, pequeñas y medianas empresas.

La crisis sanitaria global «agudizó desigualdades estructurales existentes. Las mujeres rurales, las jefas de hogar con niñas y niños pequeños, aquellas de menos formación y educación, mujeres indígenas y afrodescendientes han sido más afectadas», según indicó Roxana Maurizio, especialista regional en economía laboral de la OIT.

Foto: B.M.

Las violencias de género también pusieron sus cifras en rojo a causa de la pandemia. El informe «Violencia contra la mujer durante COVID-19», de ONU Mujeres, revela, según encuesta aplicada en 13 países, que la violencia doméstica se intensificó en la pandemia y aumentó el acoso sexual en lugares públicos.

Son solo cifras, pero tras ellas palpitan millones de historias de vidas fracturadas y todavía hoy en quiebre. 

Algunos podrían suponer que no son las más adecuadas para un día como este, de celebración. Pero la mejor manera de celebrar hoy, en este mundo en crisis, es conocer para enmendar y prever.

A propósito, el informe ya citado del PNUD señalaba que «la pandemia de la COVID-19 puede ser interpretada como un fenómeno que supera los límites de una crisis de la salud global. Forma parte de una constelación de hechos que cuestiona profundamente el modelo de sociedad en la que vive la mayor parte de la población del planeta».

Cubanas entre el fogón y el microscopio

En Cuba, también las mujeres han sido golpeadas por la situación sanitaria mundial, pero hay singularidades y voluntad política que distinguen a esta isla caribeña.

No por gusto, en el acto central nacional por este Día Internacional de la Mujer, realizado en Yaguajay, Sancti Spíritus, Teresa Amarelle, miembro del Buró Político del Partido Comunista de Cuba y secretaria general de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), destacó el ejemplo que representa este país para muchas mujeres del orbe, al mostrarles que es factible la transformación de la sociedad siendo partícipes de la toma de decisiones y en el alcance de sus plenos derechos, aun en medio de un arreciado bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos contra la mayor de las Antillas.

Foto: cuba.cu

El protagonismo de las cubanas está ahí, palpable, evidente, participando activamente junto a los hombres en el proceso de consulta popular sobre el proyecto de nuevo Código de las Familias que hoy tiene lugar y que, una vez más, las sitúa en el peldaño de la dignidad; tomando parte tanto en la producción como en los servicios; lo mismo frente al fogón que ante un microscopio.

Tanto es así, que hoy en Cuba, el 53% de quienes investigan en ciencia e ingeniería son mujeres; Ellas componen el 70,4% del personal de la salud, y también fueron Ellas quienes encabezaron más del 70% de los 900 proyectos de investigación e innovación para el control de la COVID-19 desplegados en Cuba.

En Yaguajay, durante el acto central nacional por el Día Internacional de la Mujer. Foto: Juan Carlos Castellón

Por esas y otras razones, el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, recordaba en su cuenta de Twitter hace poco: «En Cuba no hay mejor celebración por las mujeres, en ocasión del 8 de Marzo, su Día Internacional, que el activismo creciente por su realización plena en una sociedad que cada vez ofrece más oportunidades a su protagonismo».

En #Cuba no hay mejor celebración por las mujeres, en ocasión del 8 de marzo, su Día Internacional, que el activismo creciente por su realización plena en una sociedad que cada vez ofrece más oportunidades a su protagonismo. #CubaVivehttps://t.co/ZYF0nRVZSc

— Miguel Díaz-Canel Bermúdez (@DiazCanelB) February 22, 2022