Costos millonarios en el enfrentamiento a la COVID-19 en Cuba

Costos millonarios en el enfrentamiento a la COVID-19 en Cuba
Fecha de publicación: 
14 Agosto 2020
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El costo de las acciones de enfrentamiento a la COVID-19 desplegadas por el Ministerio de Salud Pública (MINSAP) en Cuba con cifras millonarias registra, solo en la provincia de Camagüey, más de 13 millones 700 mil pesos (CUP), en un servicio que el Estado ofrece a cualquier persona de forma gratuita.

Por ello, el cumplimiento de las disposiciones orientadas por las autoridades sanitarias para evitar la propagación del coronavirus SARS-CoV-2 cobra vital importancia cuando el país sufre de un rebrote en el occidente, aunque este territorio acumule tres meses desde la confirmación del último caso positivo al patógeno en comunidad.

Detrás de ese gran monto de dinero utilizado -dato que aportó a la Agencia Cubana de Noticias Osvaldo Fernández Rodríguez, jefe del departamento económico en la Dirección Provincial de Salud- está la constancia, la atención y el sacrificio del personal de la salud, lo cual no llega a traducirse en gastos monetarios y sí en humanismo.

Una elevada percepción del riesgo por parte de los ciudadanos, junto a la implementación de las medidas higiénicas e indicaciones que a diario dan el MINSAP y el Gobierno, constituyen el mayor premio que puede dar la población a la dedicación de los profesionales técnicos y los trabajadores del sector.

Solo el tratamiento recibido diariamente por un enfermo o sospechoso de COVID-19 se valora en casi mil 170 CUP en los hospitales Pediátrico Eduardo Agramonte Piña o el Clínico Quirúrgico Amalia Simoni, este último uno de los destinados a la asistencia de pacientes con ambos diagnósticos, de conjunto con el Militar Octavio de la Concepción y de la Pedraja.

En tanto, la atención al que requiera de cuidados intensivos se cuantifica en cerca de dos mil pesos por cada día transcurrido en cualquiera de esas unidades pertenecientes a los servicios hospitalarios, donde son empleados considerables recursos médicos.

Los datos aportados por el jefe del departamento económico en la Dirección Provincial de Salud detallan el esfuerzo de Cuba por preservar el bien más preciado de cada ser humano, la vida.

Especialmente esto ha sido significativo en medio de la pandemia de COVID-19 y bajo el recrudecimiento del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos a esta nación caribeña, donde ningún nacional, e incluso extranjeros, han dejado de ser atendidos y de recibir todos los recursos.

Hasta julio se atendieron en las dos primeras instituciones hospitalarias mil 442 personas -de Camagüey y de la vecina provincia de Ciego de Ávila- a quienes se les aplicaron los métodos diagnósticos requeridos, como la prueba de biología molecular reacción en cadena de la polimerasa (PCR) y los test de respuesta rápida.

En medio de la crisis sanitaria mundial, el aislamiento de los contactos de los casos sospechosos es una de las estrategias de la Mayor de las Antillas contenidas en su plan para impedir la diseminación del peligroso virus.

Desde el inicio de la incidencia de la pandemia en el archipiélago cubano y hasta el pasado mes, seis mil 872 personas se alojaron en los centros acondicionados para cuarentena en Camagüey, en aras de cortar las cadenas de transmisión de la enfermedad, incluyendo a los viajeros provenientes de otras regiones del orbe.

La asistencia diaria a cada individuo en instituciones educacionales o del turismo del territorio, habilitadas con ese propósito, se estima en poco más de 580 CUP.

Allí al igual que en los hospitales ha estado la labor de los especialistas de la salud, y demás personal de apoyo, el avituallamiento y el aseguramiento de los productos de higienización, y también de alimentos.

Entre las fortalezas de los protocolos cubanos para el tratamiento a los pacientes están, además, los medicamentos obtenidos en su mayoría por la industria biofarmacéutica nacional, todos ofrecidos gratuitamente a quienes lo necesiten.

Hoy, ante la compleja situación epidemiológica en el occidente del país es un deber de cada ciudadano cumplir las medidas higiénicas orientadas, no descartar sobre todo el uso del nasobuco (mascarilla), si bien la provincia transita por la tercera fase de la recuperación pos-COVID-19.

La vigilancia sobre la enfermedad -que ya ha provocado la muerte a más de ­­­­­­­­­­­­­749 mil personas en el mundo y en Cuba a 88- continúa activa en Camagüey, sobre todo con el reforzamiento en los puntos de acceso al territorio de personas procedentes del oeste del archipiélago cubano, donde se ha registrado un creciente número de casos en los últimos días.

 

 

 

 

 

 

 

 

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