Caribe de tenis de mesa: Razones detrás de la escoba dorada cubana (+ Videos)

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Caribe de tenis de mesa: Razones detrás de la escoba dorada cubana (+ Videos)
Fecha de publicación: 
10 Marzo 2022
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Imagen principal: 
Esta es la imagen de una gran familia cubana del tenis de mesa, apartando rivalidades momentáneas en cancha. Fotos: Calixto N. Llanes

Cuba barrió con los siete títulos en disputa en la 62 edición de los Campeonatos Caribe de Tenis de mesa. Una escoba vestida de raquetas, fuertes remates, recibos efectivos y servicios quirúrgicos. Una escoba tricolor que habla del desarrollo que ha experimentado este deporte en los últimos cinco años, fundamentalmente después de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016.

Trabajo consciente y efectivo en todos los frentes posibles han sido las palabras de orden del presidente de la Federación Cubana de Tenis de mesa, Bárbaro Oliva, y de todos los que contribuyen a la evolución de esta disciplina en el país, porque los frutos se están recogiendo desde la base, asegurando una cantera sólida, y afianzando un poderío en la región del Caribe que se venía patentando desde los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla 2018, cuando los nuestros conquistaron dos títulos, una plata y cinco bronces, aupados por la dupla dorada varonil de andy Pereira y Jorge Moisés Campos; y los esfuerzos de ellos dos junto a Liván Martínez y Juan Damián Rondón en el concurso por equipos. A lo que añadirían como otro ejemplo de solidez al año siguiente, su bronce de conjunto en los Panamericanos de Lima.

Entonces Puerto Rico (4-2-2), con la dupla de hermanas de Adriana y Melanie Díaz como principales referentes, al punto de repetir sus cetros de individual, dobles y por equipos en los Juegos Panamericanos de Lima luego al año siguiente; y siendo Brian Afanador su principal carta en el apartado varonil.

Ante sus ausencias a la impecable Pabexpo, sede de la competición, a nuestros raquetistas se les ampliaban las opciones de éxito, lo cual no significa que la competición se antojara una panacea ni mucho menos. De hecho, detrás de cada uno de los siete cetros en disputa hay variables que intentaremos dilucidar a continuación.

Videos: Cortesía del Facebook de la Federación Cubana de Tenis de Mesa.

En el epicentro del certamen

Lo primero a destacar desde el inicio del certamen es que el tenis de mesa cubano ya no se trata exclusivamente de Andy Pereira, Moisés Campos o Liván Martínez. Hay que subrayar el bronce en individuales del joven Adrián Pérez, y el engranaje de conjunto evidenciado por ellos tres ante la ausencia de Andy y Eday Gómez. Este último y Adrián ya habían mostrado argumentos en los I Juegos Panamericanos Junior de Cali-Valle y en la Liga mexicana por equipos.

Si bien Moisés tiró del carro con sus coronas en individuales, doble masculino, por colectivos y en el doble mixto, se vio un engranaje entre cada uno de los miembros de la armada.

Lógicamente, Moisés posee un nivel superior, fraguado por más de diez años entre el Centro de Entrenamiento Internacional de Köpeng, Suecia, y recientemente y gracias a la política de contratación de deportistas cubanos en el exterior, en la primera división de la Liga italiana, donde entrena con el equipo nacional de ese país, y disputa el torneo portugués de clubes.

A lo que añade su condición de doble concursante olímpico, y la capacidad para tutearse con los mejores raquetistas del continente americano, con excepción del escapado brasileño y tercero del ranking mundial, Hugo Calderano.

Hablamos en el caso de nuestro representante además, de un jugador versátil, que domina el juego en todas las distancias de la mesa, con un servicio agresivo e inteligente, y de una capacidad elevada de desdoble táctico, en correspondencia con el nivel del oponente y las diferentes situaciones del partido. Capaz de controlar los tiempos, y disponer de sus recursos en el momento preciso.

Algunas de esas virtudes las vimos replicadas durante el certamen en otros de nuestros jugadores, esencialmente Liván y el más joven Adrián, amén de errores cometidos y el haberse dejado llevar por la temperatura situacional en algunas ocasiones.

Del lado de las féminas esa responsabilidad cayó en otra que con 19 años igualmente sumó su primera experiencia bajo los cinco aros en Tokio: la matancera Daniela Fonseca. La yumurina fue el referente del conjunto femenil y su dupla con la talentosa Karla Pérez se antojó letal para sus contrarias. Ya sabemos de su poder de fuego junto a Moisés; y en esta ocasión su coequipera Idalys lovet, segunda raqueta de la Mayor de las Antillas, sacó mejor partido de su juego para imponerse en una final individual matizada por la ética y el buen juego de ambas.

Justo ahí aflora otra virtud de nuestros conjuntos: la responsabilidad de jugar, crecer y aprender de los errores para el bien del equipo, escuchar a los más experimentados, ser fieles a las correciones técnico-táctica de sus mentores, realizar los ajustes pertinentes y sacarle los mejores dividendos a los mismos, ya fuere en materia de colocación de saques, búsqueda de efectos cortos o bloqueos de acciones ofensivas contrarias, remates o efectos de mayor calibre, y golpeos de velocidad para descolocar al rivar y cambiar la dirección o los tiempos de la bola en una acción determinada.

Queda mucho camino por recorrer para seguir patentando ese crecimiento de nuestro tenis de mesa, tanto en el orden individual como en equipos, pero es incuestionable que la inserción de jugadores en circuitos ligueros, unido a la posibilidad de organizar certámenes con elevados estándares de calidad acá en casa, gracias en buena medida al apoyo de la Federación Internacional y de la marca Stag en materia de infraestructura, sumado a un arduo trabajo para mantener las competiciones y práctica sistemática y seria a todos los niveles acá en el ámbito doméstico, vienen dando excelentes dividendos.

Un aplauso para la familia del tenis de mesa. En lo particular me acojo y quisiera hacer extensivas a otros frentes de ese deporte en nuestro país las palabras del presidente de ITTF Américas, el dominicano Juan Vila, al referirse a la organización del certamen y calificarlo como la mejor de las 62 ediciones de los Campeonatos Caribe organizadas hasta el momento.

Una inyección de combustible para continuar trabajando incansablemente, ya sea en Matanzas, el cuartel general del Cerro Pelado, las ligas de la República Checa, Italia… el Centro de Entrenamiento de Alemania, o desde la mesa de algún federativo incansable. Siempre con la premisa de halar parejo, como una gran familia.

Por ahora, toca festejar los siete títulos conseguidos a ritmo de escoba, y la clasificación con ambos equipos completos al Campeonato Panamericano de la disciplina que en octubre próximo acogerá Santiago de Chile.

Jorge Moisés Campos fue el referente de la escuadra de casa, al agenciarse cuatro títulos.
Daniela Fonseca se comportó como bujía indiscutible del elenco femenil.

Comentarios

Que abrazo más bello entre esos dos colores, esa es mi Cuba, aquí se siente y se quiere de verdad, sin importa raza ni credo. CUBA VIVE:
silvano.batista@elecpri.une.cu
Bravo por el tenis de mesa,deporte de incipiente desarrollo,que podria darnos futuros alegrones,sobre todo,pensando que los deportes olimpicos en los que tenemos ciertos porotagnismos o posibilidades medallistas reales,estan destinados a ajustes,sanciones y hasta a ser completamente desaparecidos del espectro competitivo de la entidad de los cincos aros.

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