La inmensa gloria de la vida de Roberto Fernández Retamar

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La inmensa gloria de la vida de Roberto Fernández Retamar
Fecha de publicación: 
9 Junio 2023
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Aún joven, con 28 años de edad, Roberto Fernández Retamar (La Habana, 9 de junio de 1930-20 de julio de 2019), marcó pautas en el estudio de las letras hispanas con la publicación del volumen teórico Idea de la estilística, que sintetiza las líneas fundamentales de la estilística, la teoría más frecuentada en los estudios lingüístico-literarios de aquel tiempo, y que fue calificada como la mejor síntesis de teorías y de los métodos estilísticos actuales”.

Posteriormente, el Primero de enero de 1959, con el triunfo de la Revolución Cubana, inauguró nuevos derroteros en su ya brillante lírica con el poema El otro, a través del cual expone sus ideas humanísticas en torno a los hombres que sacrificaron sus vidas en defensa de la independencia nacional y que no podrán conocer y disfrutar las profundas transformaciones sociales que tendrían lugar en la isla.

Esta composición lírica significó también, “la apertura de toda una nueva tradición literaria y cultural que se sumaría en compromiso y vocación a la conciencia y el sentimiento de nuestros pueblos latinoamericanos. La poesía abrió una ventana a lo humano, a lo cotidiano y profano, pero de igual forma y justamente como parte de ese componente humano; la poesía alzó la voz para nombrar aquello que se callaba y tanto urgía. La poesía comenzó a entrelazar temas como revolución, amor y utopía, afirma el Licenciado en Ciencias Antropológicas con Especialidad en Historia por la Universidad Autónoma de Yucatán, México, Cristóbal León Campos en su valioso texto titulado Roberto Fernández Retamar, poeta e intelectual de Nuestra América, publicado en Rebelión, el 24 de julio de 2019.

Nacido hace hoy 93 años, el emblemático poeta, ensayista, crítico, profesor y promotor cultural, Premio Nacional de Literatura en 1989, entre muchas otras condecoraciones y premios a nivel nacional e internacional fue y esuno de los más grandes intelectuales de Cuba e Iberoamérica. Su primer libro en versos Elegía como un himno: (a Rubén Martínez Villena); publicado en 1950, se convirtió en el principal poeta del coloquialismo cubano y con Alabanzas, conversaciones, (1951-1955), su figura trascendió al resto del mundo de habla hispana.

Su carrera como hombre e intelectual, estuvo estrechamente vinculada a la Revolución Cubana desde que decidió abandonar su magisterio en la Universidad de Yale, en Estados Unidos, para incorporarse como colaborador del Movimiento 26 de Julio. Tras el triunfo insurreccional del Ejército Rebelde, desarrolló una encomiable labor integradora en la cual la poesía, el ensayo y la docencia universitaria abrieron cauces para una comprensión mejor del destino de Cuba y su lugar en Latinoamérica. Con su libro Martí en su Tercer Mundo, publicado en 1967, reflexiona en torno a la vida y la obra del Héroe Nacional de Cuba, estudio de hondura en el que establece importantes pautas sobre su ideario revolucionario y su entrega a la lucha independentista, como uno de los grandes pensadores anticolonialistas y antimperialistas, con una proyección dinámica como adalid del pensamiento político de nuestro continente, tal me expresó, el notable escritor Francisco López Sacha.

Igualmente, entre su infinidad de valiosos textos y conferencias sobresale su trascendental libro Calibán (1971), con el cual reafirma su condición de ser el maestro, el crítico y el teórico más importante de su generación. Este volumen es una de las más sólidas reflexiones en torno a la identidad latinoamericana, vista desde la altura de la colonización, la identidad cultural y el racismo. En la figura de Calibán se resumen los indígenas, los negros traídos desde el África para ser esclavizados en esta otra parte del mundo, los criollos mestizos pobres, los hombres y mujeres sometidos, desheredados de sus tierras y de sus vidas, y los insurrectos contra toda manifestación de injusticia.

Fue siempre sensible a las circunstancias sociales y consciente de su deber de hacer bien, comunicando sus percepciones, afirma el escritor jamaicano, Profesor Emérito de la Universidad de Toronto, Canadá, Keith Ellis, en su ensayo titulado Roberto Fernández Retamar: poeta y teórico literario.

Al referirse al volumen de Retamar, titulado Juana y otros poemas personales (1981), Keith Ellis destaca que en esta obra hay reminiscencias de José Martí y de Nicolás Guillen en el amplio radio que abarca el libro: la devoción y dedicación al bienestar de Cuba y la América Latina, la exhortación a la magnanimidad, la confianza en un futuro progresivamente mejor, la exaltación de los valores humanos más sencillos. Sobre todo, hay () una alabanza a la Revolución, ya sea de modo directo o como complemento constante en el tratamiento de todos los demás tópicos, aun en poemas como las elegías cuya tristeza se supera.

Poco después de que Haydee Santamaría fundara en 1959 esa prestigiosa institución, la labor de Fernández Retamar en Casa de las Américas fue apasionada y fecunda. Allí, a partir del año 1965 comenzó a dirigir la Revista Casa, una de las publicaciones más importantes en el estudio del entramado socio-literario de Latinoamérica y el Caribe. En 1986 pasó a dirigir este centro esencial en la promoción del pensamiento de la región, cargo que desempeñó hasta su fallecimiento.

 La mayor parte de mi vida la he pasado trabajando en la Casa de las Américas, no tengo objetividad para con ella, la considero parte de mi vida, la cual se ha fundido con la Casa de las Américas. Por tanto, al no tener objetividad, mi juicio sobre ella será necesariamente apasionado. Pero creo poder decir que sin la Casade las Américas a la cultura de nuestra América le hubiera faltado un punto de unión, de diálogo, de incitación constante, expresó en un diálogo sostenido en 2008 con el ensayista y profesor brasileño João Cézar de Castro Rocha, inédito y revisado para su publicación, bajo el título de Casa de las Américas: un puente y una misión, en el número 302-303 (enero-junio/2021) en la Revista Casa de las Américas.

Poco después de su fallecimiento, la biblioteca de esa institución adoptó el nombre del extraordinario poeta e intelectual cubano, espacio donde fue el lector más consuetudinario y al que más fondos le donó durante más de cincuenta años.

Además de sus numerosos libros publicados, en la trayectoria intelectual de Retamar sobresalen sus colaboraciones con la célebre revista Orígenes y su apasionada entrega como secretario de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, donde fundó la revista Unión en 1962 junto a Nicolás Guillén, Alejo Carpentier y José Rodríguez Feo. También creó y dirigió el Centro de Estudios Martianos y su Anuario de 1977 a 1986. En 2008 fue elegido director de la Academia Cubana de la Lengua, institución de la que fue miembro desde el 17 de septiembre de 1995 y contó con una extensa labor docente en la Universidad de La Habana. Recibió el título de doctor honoris causa de las universidades de Sofía (1989), Buenos Aires (1993) y la Marta Abreu de Las Villas (2011).

Textos suyos (en prosa y verso), traducidos, se han publicado en Alemania, Brasil, Bulgaria, Checoslovaquia, Cuba, Estados Unidos, Francia, Galicia, Grecia, Italia, Jamaica, Portugal, Polonia, antigua Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, Yugoslavia, Corea y Japón. Sus poemas y ensayos igualmente aparecen en antologías y volúmenes colectivos publicados en muchos idiomas. En La Habana se imprimieron un disco, dos casetes y un disco compacto con poemas suyos leídos por él. Ha escrito textos para filmes de Armand Gatti, Santiago Álvarez, Julio García Espinosa y Alejandro Saderman.

Retamar Obtuvo, asimismo, el Premio Nacional de Poesía (1952), la Orden Félix Varela de Primer Grado (1981), el Premio Nacional de Investigación Cultural (2007), el Premio de la Latinidad (2007), la Orden José Martí (2009), la Medalla Centenario de José Lezama Lima (2010), en Cuba; la condición de Miembro de Honor de la Sociedad de Escritores de Chile (1972) y el Premio Felipe Herrera Lane (1999), en Chile; el Premio Latinoamericano de Poesía Rubén Darío (1980), en Nicaragua; el Premio Internacional de Poesía Nikola Vaptsarov (1989), en Bulgaria; el Premio Internacional de Poesía Pérez Bonalde (1994), y el Premio Alba de las Letras (2009), en Venezuela; el grado de Oficial de la Orden de las Artes y las Letras (1994), en Francia; el Premio Feronia (2000) y el Premio Nicolás Guillén (2001), en Italia; la condición de Puterbaugh Fellow (2002), en los Estados Unidos. Fue miembro del Consejo de Estado de Cuba.

Al evocar a Roberto Fernández Retamar, no lo pensamos desde las fatídicas condiciones de la muerte, sino lo hacemos como un paréntesis abierto para recordar la inmensa gloria de su vida.

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