2011: Andares de la economía cubana en tiempos de cambio
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Si quedaban dudas de la firmeza con que Cuba actualiza su modelo económico, la Séptima Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular sirvió para despejarlas y visionar un futuro que, aunque será complejo en el ámbito nacional e internacional, moverá favorablemente la sociedad cubana en todos sus ámbitos.
El Sexto Congreso del Partido Comunista trazó los Lineamientos a seguir y los primeros resultados comienzan a dinamizar sectores importantes de la sociedad, para lo cual ya están en vigor 7 decretos-leyes del Consejo de Estado, 3 decretos del Consejo de Ministros y 66 resoluciones e instrucciones de ministros y jefes de entidades nacionales.
Mario Murillo Jorge, miembro del Buró Político, calificó en la Asamblea Nacional lo que hoy vive la Isla de proceso «de aprendizaje intenso y complejo, no exento de errores e insuficiencias», pero marcado por una dinámica que busca perfeccionar las entidades del sector estatal y abrir espacios también a la iniciativa privada, o no estatal, en la cual ya laboran más de 357 mil cubanos. Sobre el total de personas autorizadas, el 66 por ciento no tenían vínculo laboral, el 16 son jubilados y el 18 por ciento procede de entidades estatales, según las últimas cifras dadas a conocer.
Las 33 medidas aprobadas por el Consejo de Ministros, por ejemplo, flexibilizan el trabajo por cuenta propia y permiten que en 2012 continúen las regulaciones para, por ejemplo, las exigencias aprobadas en la cantidad mínima de trabajadores contratados en 8 actividades y la exoneración del pago del impuesto por utilización de fuerza de trabajo a quienes contraten entre uno y cinco trabajadores, entre otras medidas.
Se suma a ello la posibilidad de arrendamiento para el trabajo por cuenta propia de las barberías y peluquerías que dispongan de tres sillones pertenecientes a las empresas provinciales de Servicios Personales, Técnicos y del Hogar, experiencia que se extenderá a otras actividades y que por el momento se aplicará en 6 provincias cubanas.
Y si hablamos de regulaciones de impacto en la población, los mayores aplausos, luego del trabajo por cuenta propia, se los llevan el Decreto 292 y el Decreto-Ley 288, que autorizan el traspaso de la propiedad de vehículos y viviendas, algo que estaba reclamando, desde hace años, la ciudadanía.
Pero algo estaba faltando en todo este entramado de cambios: el capital. Si bien algunos disponen de los recursos monetarios para lanzarse a montar un lujoso restaurante o cafetería, otros tienen bien menguados sus ahorros, limitando así las posibilidades de cientos de cubanos de encaminar sus pasos hacia el sector no estatal.
El Decreto-Ley 289 sobre los créditos y otros servicios bancarios despejó incógnitas en ese sentido y pone a disposición de los cubanos emprendedores un instrumento que le permite acceder a préstamos, ya no tan solo a los cuentapropistas, sino también a los que tienen en sus planes la construcción o reparación de viviendas, e incluso, están incluidos aquellos que han decidido regresar a la tierra y hacerla producir, así como las personas naturales en general que precisen adquirir bienes para su propiedad personal, modalidad que se aplicará progresivamente, en la medida en que lo permitan las condiciones del país.
El trabajo por cuenta propia dinamiza otros sectores, como el comercio minorista, el cual reanudó la venta de equipos eléctricos y electrodomésticos para la actividad gastronómica. En este sentido, como explicara Murillo en la Asamblea Nacional, se revisan las viejas prohibiciones que limitan ese tipo de comercio actualmente.
Por supuesto que el transporte no escapa a los cambios en Cuba. Si bien las licencias para ejercer la actividad por cuenta propia como taxista tuvieron acogida entre aquellos que disponen de vehículos, es saludable mencionar que el Estado patrocina varios experimentos en bases de taxis de La Habana, con el objetivo de reorganizar el transporte de pasajeros e introducir un modelo de gestión más acorde con los actuales momentos que vive el país.
También la aceleración de la economía necesita de otras formas de producción cooperativa, para lo cual se organizan políticas y normas transitorias para actividades no agropecuarias, en busca de un modelo económico cubano que no puede descuidar el ordenamiento de los cobros y pagos, un gran dolor de cabeza hoy en los andares de la economía.
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Raidel
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