Concierto de Pablo en La Habana: En vez de odio, cultura (+ VIDEOS)

Pablo le cantó a su mejor público (el público primero como él mismo confesó a inicios de su concierto) porque su obra es patrimonio de ese público, de la cultura esencial de su nación.

Tal y como se esperaba, el también fundador de la Nueva Trova cubana y uno de los pocos paradigmas de la canción poética que todavía queda en este mundo inundado de regueton y de la llamada canción urbana, hizo vibrar el Coliseo de la ciudad deportiva. La Habana volvió a cantar sus temas clásicos, esos que conforman el capital simbólico de Pablo que acoge a multitudes: la multitud que llenó el coliseo de la Ciudad Deportiva: miles en representación de millones.

Quienes a través de esa maquinaria de fango que conforman algunas páginas de internet dedicadas a atacar a Cuba, pretendieron desvirtuar un acto cultural y convertir un concierto en una manifestación eminentemente política, una vez más, volvieron a hacer el ridículo. Son los mismos que fracasaron con el concierto Paz sin Fronteras en La Habana en 2009, los que intentaron manipular con fines políticos el movimiento rapero en Cuba o quienes más recientemente doblegaron, bajo el más vergonzoso chantaje, a un grupito de creadores que prefirieron, a cambio de una efímera buena Vida, vender a su Patria.  

En La Habana, en otra noche calurosa de junio, en vez del odio predominó la cultura. A pesar del tiempo, el implacable, el que pasó, el cantor de 79 años se volvió a reencontrar con el pueblo, que corea sus canciones porque las sabe parte de su patrimonio, de su historia, propias. 

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