Emprendedor no es sinónimo de cuentapropista

Emprendedor no es sinónimo de cuentapropista
Fecha de publicación: 
19 Mayo 2016
0
Imagen principal: 

Desde que, durante la visita del presidente Obama,  escuché reiterarse el vocablo emprendedor como sinónimo de cuentapropista, andaba rumiando el tema y con deseos de escribir sobre la cuestión.

No hace mucho, el profesor Calviño vertió la gota que le faltaba a mi vaso con uno de sus programas “Vale la Pena”, dedicado justamente al asunto.

 

Coincido con este conocido psicólogo cuando precisa que ser emprendedor resulta mucho más que llevar un pequeño negocio: es ser innovador, tener pensamiento propio y crítico, buscar el cambio para mejor, perseverar, tener autoconfianza y mucha iniciativa personal.

 

Entonces, no hay por qué dejarse secuestrar el término calzándolo con zapatos que le quedan chiquitos cuando este concepto, en sí mismo, implica un andar de gigantes, gigantes osados.

 

Con otras palabras, esto último también lo apuntaba Calviño en su programa al recordar que el emprendedor es el que supera obstáculos, el que “se faja con los problemas”. Y resulta lógico que así sea porque siempre lo nuevo emerge con vientos en contra que no quieren dejarle nacer.  Su advenimiento hace peligrar, le serrucha el piso, a un estado de cosas que necesita ser cambiado y se rehúsa y patalea.

 

Hay emprendedores, y de hecho hace falta que abunden, en el ámbito del trabajo estatal. Emprendedor es, por ejemplo, quien se decide a darle la batalla a brazo partido al burocratismo desde su puesto de trabajo, desde su entorno más inmediato. Ah, pero para eso tendrá que luchar no contra un individuo molesto, sino contra todo un ejército, prácticamente una clase,  que tratará de aniquilarle por las más oscuras y retorcidas vías. Si no se rinde, ese es un emprendedor.

 

Emprendedores son los que innovan, los que se sumergen en la investigación científica buscando verdades, respuestas y soluciones, esas que muchas veces van a dormir el sueño eterno en alguna gaveta.

 

Conozco de una persona, un emprendedor, que lleva más de diez años con su proyecto debajo del brazo tocando de puerta en puerta. Es una máquina cortadora de marabú, diseñada con todas las de la ley, con estudios de costo, de factibilidad… Pero el marabú se sigue enseñoreando en nuestros campos y también en algunas mentalidades. De todas formas, ese hombre no se ha rendido.

 

“Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos. Pero los hay que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles”, sentenciaba el poeta Bertolt Bretch y pareciera estarlo dedicando a los emprendedores. E insisto junto con Calviño: el mundo del emprendimiento no está limitado a la gestión por cuenta propia. Incluso, recordaba el profe, hay cuentapropista que no son nada emprendedores.

 

Donde más necesita Cuba emprendedores no es precisamente en los pequeños negocios, que nunca llegarán a ser el principal motor impulsor de la economía ni podrán garantizar la eficacia del sistema, ni la satisfacción de necesidades principales. Ello, y entiéndase bien por favor, sin restarle importancia a ese relativamente nuevo sector que va emergiendo y cuyas funciones son también muy necesarias.

 

Recordaba Calviño que el emprendimiento requiere de condiciones favorables para abrirse paso, requiere de toda una cultura del emprendimiento, decía. Por tanto, tenemos que educar para el emprendimiento.

“Una educación que mire al cambio”, precisaba el psicólogo y abundaba: El carácter y vocación emprendedor es una cualidad humana que debemos fomentar a favor del bienestar de todos. Y debemos propiciarlo porque el emprendimiento es equivalente al crecimiento en todas las áreas de la vida, no solo la económica.

Emprender para crecer, convidaba Calviño. Me sumo a su invitación.

 

Añadir nuevo comentario

CAPTCHA
Esta pregunta es para comprobar si usted es un visitante humano y prevenir envíos de spam automatizado.
CAPTCHA de imagen
Introduzca los caracteres mostrados en la imagen.