Alcalde de Toronto representa la peor forma de populismo
especiales

Los habitantes de la ciudad de Toronto, en Canadá son otros tras la llegada a la alcaldía en 2010 de Rob Ford, un político de tradición familiar que ha generado polémica en la web y se ha asegurado el rechazo de buena parte de sus conciudadanos. Primero el consumo de estupefacientes como el crack, y más tarde su coalición con narcotraficantes, lo han llevado al repudio de quienes se hallan en su radio de acción, y lo han colocado en no pocas ocasiones como ojo de mira de las noticias internacionales.
En entrevista exclusiva de Cubasí al estudiante de derecho canadiense Andrew Lee, este denunció que la irrupción en youtube de dos videos más del alcalde es motivo suficiente para ponerlo tras las rejas. “En uno, -comenta- anda borracho y en el otro lo acompaña un amigo cargado por narcotráfico”.
Sin embargo, aún el alcalde Ford goza de la simpatía de un 25 % de adeptos en Toronto, según arrojan las estadísticas de popularidad. Los que están de su lado miran su posición como la del hombre común, la del ser humano corriente.
Al respecto, Lee alegó que a quienes lo siguen les gusta porque lo ven como uno de ellos, pero el no ser una persona perfecta y educada, no otorga el derecho de irrespetar al pueblo que el alcalde, como figura pública, representa.
“Se trata de la peor forma de populismo y abuso de poderes, es un insulto que vivamos bajo el régimen de un alcalde así”, agregó.
Por otra parte, la zona centro de Toronto es una de las más populosas, y por donde transitan personas de culturas muy diferentes. Los latinoamericanos concurren allí con frecuencia debido a que en este sitio buscan habitaciones, trabajo, ayuda para mejorar su estatus social, así como disponen de servicio las víctimas de la violencia doméstica.
En este sentido el uruguayo Fernando Bagnasco, desde su experiencia y la sabia cotidianidad, humillado por las acciones del alcalde, cuenta que para él constituye una vergüenza Rob Ford: “un hombre sin juicio, y prácticamente adicto a las drogas y al alcohol, que nos habla de bajar impuestos aun cuando eso sería igual a la reducción del nivel de los servicios”.
El verdadero nombre de Ford es Robert Bruce, tiene 43 años y se ha desarrolado en la esfera administrativa y política desde el 2000. Sin embargo, ha visto peligrar su cargo en más de una ocasión por sus excesos, sin tener en cuenta la opinión pública ni mucho menos su carácter de empresario y cargos provinciales.
Las fuentes oficiales han registrado parte de su carrera previa a la alcaldía, tiempo en que se desempeñó como concejal del distrito de Etobicoke, también en Toronto, y tras sus sucesivos cargos por reelección en los sufragios municipales llegó al que hoy ocupa penosamente.
De su familia, no es el único en incursionar en el gobierno. Su hermano, Doug Ford, Jr., pulula como concejal de Toronto, y su padre, Doug Ford Sr también formó parte del Parlamento Provincial de Ontario, pero se desconoce su participación en actos deliberados como Rob.
Los procesos judiciales que ha enfrentado este actor político abarcan desde juicios por conflicto de intereses, y de poderes, hasta los más conocidos casos relacionados con abuso de sustancias, cuyo impacto se diseminó por Internet, televisoras y demás medios de prensa nacional e internacional, y aún la ciudad demuestra su aversión hacia un hombre que es capaz de admitir en público sin asomo de rubor que consumió crack en “uno de sus estupores de borracho”, de acuerdo con la traducción.
Investigaciones al Servicio Policial de Toronto, y medidas contra el alcalde, así como mociones que le retiraron poder ejecutivo que recae ahora en el subalcalde Norm Kelly, constituyen una muestra de la pujanza de los pobladores por mandar a Ford a la cárcel. Sin embargo, aún el fin de su mandato constituye un sueño que se esfuma junto a las palabras del propio Ford para los “Torontonians”, que rezan “si le das a alguien cuerda suficiente, va a ahorcarse”.
- Añadir nuevo comentario
- 334 lecturas
Comentarios
Andrew Lee
Añadir nuevo comentario