Jazz Vilá: el público que va a ver mi obra es lo que me interesa

Jazz Vilá: el público que va a ver mi obra es lo que me interesa
Fecha de publicación: 
6 Diciembre 2019
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Jazz Vilá Projects es una compañía joven en la escena teatral cubana, pero si  su primera pieza, Rascacielos, ya atrajo bastantes miradas, las 158 funciones de Farándula, a sala llena en el capitalino cine La Rampa, durante dos años de presentaciones continuadas, las cuales recesaron este fin de semana, convierten al grupo en un acontecimiento que es imposible ignorar.

Con el fundador y director del proyecto, Jazz Vilá, conversamos, en primer lugar, sobre las fuentes y los conceptos que sustentan su visión del teatro:

―Yo creo que las primeras fuentes parten de uno mismo, de ese sentido que uno tiene, yo siempre he sido muy curioso de ver, analizar, buscar los puntos de vista para comprender la lógica de algo, a partir de ahí empiezas a encontrar y a determinar estéticas que pueden ir contigo o que formarán parte de lo que tú vas a hacer como creador y en ese sentido, por ejemplo, yo siempre tuve muy claro que el teatro que a mí me gustaba hacer como actor en ese momento, ni siquiera pensándolo como director, era el teatro que hacía Carlos Díaz, un teatro para el público, más masivo, visualmente más potente, poderoso, montajes que abarcan mucho. Luego, como director, si te pones a ver las cosas que yo hago, van más al minimalismo en cuanto a la puesta en escena, al trabajo concreto de los actores en ese espacio minimalista…

«Pero si te fuera a mencionar unas fuentes te diría, desde luego, que Carlos Díaz fue mi gran maestro, es un referente fuerte, no podría dejar de mencionar a mi profesora, que en paz descanse, que siempre me acompaña y siempre le dedico mis espectáculos, Maritza Abrahantes, una increíble y apasionada mujer del teatro. Otro gran maestro que me enseñó mucho con el tema de la observación y para la dirección también fue Aramis Delgado, podría decir que fue mi primer maestro, allá cuando empecé en Las huérfanas de la Obrapía, mi primera novela, siempre me acercaba mucho a él y me daba muchos consejos».

―Y qué te gusta más ¿actuar o dirigir?

―Las dos partes son complementos de Jazz Vilá, en esencia, entonces la parte de actor, por supuesto, filtra y está muy presente en la parte de director y la parte luego de director está muy presente en lo que yo puedo hacer como actor para un determinado trabajo.

― ¿Para quién hace teatro Jazz Vilá? ¿Cuál es tu concepción del teatro y por qué?

―Jazz Vilá hace teatro para el público, eso es lo primero, hace teatro para la masa, literalmente, o sea, para mucha gente, este es el tipo de teatro que nos caracteriza.

«Ahora, la concepción por la cual llegar a ese público grande es totalmente minimalista y, por qué, muy interesante, nunca me han preguntado por qué y resulta que lo hago porque creo que en la simpleza está el entendimiento. Menos es más, una frase muy repetida, pero creo que en esencia es eso y también tiene que ver con el momento que a uno le toca vivir, a lo mejor hace 30 años todavía el teatro tenía un público, había otra visión en el mundo, quizás los espectadores podían atender más a lo que era una función de teatro porque no había elementos de distracción con la fuerza que ahora tenemos: los móviles, la Internet, eso cambia completamente al público y el teatro no puede estar ajeno a ello».

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― ¿Y la crítica? El éxito de público en Farándula es innegable, pero no falta quien lo valore como un teatro más superficial ¿no te preocupa eso?

―Tiene que ver con tres palabras claves: superficial, entretenimiento y teatro comercial. En realidad popular sería la palabra y ese tipo de teatro me parece a mí que es fundamental, entonces, popular es, comercial no, porque comercial me parece que es todo, lo que sí podríamos decir es que mi teatro es más rentable, eso sí.

«Superficial, bueno, ahí entraríamos ya en un careo, como dice la doctora Elena en la obra, sobre qué es un teatro superficial y qué no, porque creo que los cuatro personajes en este caso de Farándula o los ocho personajes de Rascacielos, son personajes bastante profundos en lo que tocan, pero simplemente eso, lo tocan, porque yo con mi obra no pretendo hacer una crítica de nada, ni ahondar en ninguno de los temas, eso yo se lo dejo a los espectadores. Yo no soy crítico, no hago juicios de la temática que planteo, yo pongo un espejo, el público si quiere que se mire, es el público quien va a juzgar lo que yo estoy planteando, entonces en ese sentido no creo que haya ninguna superficialidad, yo respeto mucho la crítica que se hace con basamento, pero te puedo decir también una frase de Leonard Bernstein: he estado en todo el mundo y nunca he visto una estatua de un crítico.

«El público que va a ver mi obra es lo que me interesa y a partir de ahí voy a terminar con la última palabra, entretenimiento y es que Bertolt Brecht, que era el más político de los teatrólogos, dijo que el teatro tenía que ser entretenido».

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―Entonces, el término que se ajusta a la propuesta de Jazz Vilá es teatro popular, hay una tradición en Cuba de ese tipo de teatro…

―Si nos vamos a ver a la historia del teatro en Cuba, ahí está el negrito, la mulata y el gallego, nosotros nunca hicimos un teatro de Sófocles, no somos griegos, como dice Lorenzo en la obra, esto no es Grecia, entonces yo no sé en qué momento se torció ese pensamiento de creer que el ser culto significa únicamente hacer una oda a un tipo de teatro clásico porque nos va a encumbrar más, bueno, pues entonces hemos caído en un clasismo en el teatro donde si no haces esto eres rechazado porque tu teatro es superfluo. No, perdón, me encanta Shakespeare, es maravilloso, mi autor favorito, me encanta Lorca, pero ellos escribieron de lo que vivían. Nosotros tenemos una tradición desde el teatro bufo y luego ahí están los grandes como Héctor Quintero, que llenaba el Mella, la Covarrubias y era teatro popular. Claro que también se veían otras cosas, pero eso existía, yo digo que todo es válido, pero es triste que una obra como Farándula, hecha por jóvenes, no se mencione, no aparezca en las nominaciones, en los premios, en los festivales. A mí me interesa hablar de lo que se está viviendo ahora, porque el teatro es también como un libro de historia.

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― ¿Cuál ha sido la clave del éxito de Farándula?

―Yo creo que la clave es que la gente nunca, a pesar de toda la tecnología, va a perder algo que es fundamental en el ser humano: sus sueños. Cuando la gente tiene sueños, tiene necesidades espirituales de motivarse. Y el entrenamiento, el ocio, forman parte también de la vida, en Cuba y en cualquier parte del mundo, para generar un espacio de pausa en toda su maquinaria diaria; para lograr su sueño o alcanzar determinadas metas, también tienen que haber paradas para tomar agua en esa gran carrera del ser humano, y el teatro, como fuente de entretenimiento, es algo que nunca va a dejar de existir, porque es directo, está vivo y mezcla todas las artes en una. Pienso que ahí está el éxito de la obra, en la conexión directa que hace con esa necesidad de ocio, de distracción. La gente sale y quiere regresar con más personas a ver la obra, quiere compartirla con otros, por eso se mantiene y está ahí, por la vigencia, la actualidad que tiene la obra.

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― ¿Nos cuentas sobre el trabajo con los actores, especialmente Alain Daniel y Penton, que vienen de ámbitos, digamos, diferentes del arte?

―Es un reto para ellos y también un riesgo para mí, desde mi punto de vista como director y desde el punto de vista de ellos como actores, que asumen un trabajo así, Alain Daniel nunca había hecho teatro y Penton es humorista, no es igual entrar a una obra que está escrita, que funciona de otra forma, creo que es algo muy valiente y a mí me gustan los retos. Ahora mismo tenemos un grupo de nuevos actores que van a entrar en la compañía y que son totalmente desconocidos, son nuevos talentos, vamos a ver cuál de ellos se convierte en estrella, es un reto para todos, porque además, en muchos años, pocos actores se han parado delante de 900 espectadores en Cuba, además en un cine, que no tiene bambalinas, patas, la acústica, el arropamiento técnico que puede tener un teatro.

― ¿Farándula sigue en cartelera? ¿Y Alain Daniel se queda? ¿Traen novedades?´

―A raíz de lo que ha pasado con el público justamente, a petición, pero masiva, del público, vamos a extender la temporada en enero, vamos a seguir haciendo esta misma temporada de Farándula en el cine La Rampa. Y sí, Alain Daniel se mantiene, está completamente enamorado de la obra y habrá otras sorpresas, van  sumarse otros artistas…

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