Nazisionistas sin perdón

Inmutables ante la acusación de genocidio que se les endilga con razón en la Corte Internacional de La Haya, a los llamados de todas partes para que cese la matanza en la Franja de Gaza, especialistas de Tel Aviv enviados al lugar, están muy ocupados en desenterrar cadáveres de los recién asesinados para extraerles órganos y comercializarlos.

No hay que dudar de esta versión de fuentes árabes, porque no hay mucha diferencia con aquellos judíos muertos en las cámaras de gas durante la Segunda Guerra Mundial, con el fin hitleriano de aprovechar sus pieles y comercializarlas.

Así, Tel Aviv se burla de sus acusadores, como también lo hace cuando afirma que ha sido víctima de genocidio por el ataque sorpresivo de Hamás, mientras prosigue la matanza que ya se extiende al sur, con el avieso fin de expulsar a los sobrevivientes al desierto de Negev.

Aunque no es la primera vez que Israel masacra a la población de Gaza, sin que medie ataque alguno, en esta ocasión ya han causado la muerte a más de 26 000 personas, aunque se reconocen 24 000, entre ellos al menos 9 600 niños y 6 750 mujeres, según las cifras del Ministerio de Salud palestino, que no incluyen a las que están aún bajo los escombros y quienes perecieron en los túneles inundados por los agresores.

La agencia Anatolia, de Turquiya, especifica que, sobre el enclave palestino asediado, de unos 400 kilómetros cuadrados, Israel ha arrojado más de 65 000 toneladas de bombas. 
No obstante, el gobierno de Benjamín Netanyahu, con apoyo moral y material de EE.UU. —que a diferencia de Sudáfrica no encuentra motivos para acusar a Israel de genocidio en la Franja de Gaza— sigue la línea de la intensificación de los ataques y del asesinato masivo de palestinos bajo el pretexto de supuesta autodefensa.

Al lanzar su operación militar, Israel precisó que entre sus objetivos estaba la destrucción de Hamás, la expulsión del poder de los representantes de este movimiento y la liberación de todos los rehenes que los milicianos de las Brigadas al-Assam se llevaron al enclave palestino tras su ataque masivo del 7 de octubre. Transcurridos 103 días de guerra, Tel Aviv no ha logrado ninguno de estos fines mediante su guerra en la Franja de Gaza.

Los rehenes que Hamás devolvió a Israel fueron intercambiados por presos palestinos como resultado de negociaciones y de un alto el fuego temporal acordado por las partes. En varias ocasiones denunciadas por Hamás o confirmadas por el propio Tel Aviv, los ataques israelíes han costado la vida a rehenes israelíes, después de que militares de las FDI los mataran por error o bien fallecieran a consecuencia de los bombardeos del país hebreo, recuerda Sputnik.

TENSIÓN QUE CRECE

Si hacemos un bojeo sobre esta cuestión, veremos que ha hecho subir la tensión entre Estados Unidos e Irán, que capturó un barco petrolero norteamericano que se dirigía a Israel; el gobierno huti de Yemen actúa contra los navíos que comercian con Tel Aviv y los rebeldes libaneses de Hizbullah y tropas israelíes han tenido intercambios de fuego, amenazando Israel con llevar la guerra al Líbano, mientras ataca esporádicamente a Siria.

Según el canciller de Rusia, Serguéi Lavrov, la tarea más acuciante en Gaza pasa en estos momentos por "poner fin a las hostilidades y tomar medidas para resolver problemas humanitarios que se observan en todas partes". Además, el jefe de la diplomacia rusa declaró en una entrevista con Rossia Today que "en términos históricos, en términos de soluciones sostenibles, la creación del Estado palestino es inevitable" para acabar con la violencia en la región. 

En otro comentario, Lavrov lamentó que los países occidentales e Israel no piensan en la creación del Estado palestino como lo establece la decisión de la ONU, como abordamos anteriormente.