Entrevista con Víctor Mesa: «Lo mío es el béisbol y me encantan los retos»
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Siempre dije que Víctor Mesa es un hombre sin miedo, pero después de conversar con él, entendí la razón: el estelar jugador de antes, el polémico mánager de ahora, coexisten en un ser humano diáfanamente franco. Un hombre inteligente, enfático, vehemente, amable, me regaló el privilegio de dialogar con él: «Primeramente darte las gracias, porque no estoy buscando entrevistas, pero te voy a complacer porque eres una matancera, y como eres matancera es importante darte también una buena entrevista». Obviamente, la que agradece soy yo.
¿Por qué dedicarse y entregarse tanto a un territorio que no es en el que nació ni donde hizo su carrera deportiva?
"Me complace porque primeramente amo el béisbol, después porque hice un compromiso muy estrecho aquí con el Gobierno y el Partido de lo que podríamos realizar en Matanzas con un colectivo que nosotros integráramos y así fue. Comenzamos a trabajar y no hubo mucha creencia primero, pensaban que estábamos inventando, que era una locura, pero nosotros sabíamos que había de dónde sacar, aunque había muchas asperezas que limar, muchas situaciones, características de matanceros que había que cambiarlas, que nos iba a costar trabajo, nos iba a costar sacrificio, pero íbamos a lograr el trabajo, que era lo principal.
Víctor Mesa responde las preguntas de la periodista de CubaSí
"Como entrenador, a nosotros nos gusta empezar una labor como la de aquí de Matanzas que era un equipo sotanero, un equipo de atrás, porque si nosotros vamos a dirigir un equipo que esté adelante, el trabajo se ve mucho menos y nos complace, porque ese trabajo ya lo habíamos hecho en Villa Clara y mantuvimos las mismas características, pero con un poquito más de conocimientos, producto de que hemos estado dirigiendo en México, hemos estado haciendo conferencias en Colombia, he llevado parte de mi colectivo técnico allá, llevamos a un equipo cubano a jugar allí, y eso nos dio un aprendizaje para hacer el trabajo aquí en Matanzas.
"Me siento un matancero más, amo a Matanzas. Antes yo pasaba por Matanzas y la veía chiquita, no me gustaba porque la veía solamente del viaducto cuando iba hacia La Habana; ahora que convivo dentro de ella es diferente. Creo que si salimos de la pelota, del argot del deporte, los matanceros son gente muy buena, muy chévere, de muchas religiones, que también ha afectado parte de las religiones al equipo, porque a veces los muchachos no saben mantener disciplina y religión, pero bueno, uno respeta la religión. Yo específicamente la respeto y me siento matancero y me siento complacido aquí con la atención, con el Gobierno, el Partido. Me siento complacido con la afición de Matanzas, hay una mínima afición de Matanzas cobarde que no saben perder y mantenerse en el estadio hasta el final, pero son muy poquitos, el 98 por ciento se mantiene con nosotros y hay un dos por ciento ahí que cuando empezamos a perder empieza “ah, yo sabía”. Entonces, si ellos saben, no sé por qué vienen al estadio o ven la pelota, pero, en general, contento, feliz con el pueblo, el Gobierno, el Partido, con los peloteros, con la dirección que tenemos, que tenemos que seguir fortaleciéndola. Tenemos todavía algunos muchachos con un poco de debilidades, les falta un poco de exigencia, pero sí me siento un matancero y estoy defendiendo como un matancero el equipo de Matanzas".
¿Ha sentido que el pueblo lo ve y lo recibe ya de ese modo, como un matancero más?
"Sí, como no, en la calle lo he sentido, en los lugares a los que voy a veces me vitorean demasiado. Creo que no merezco tanto, yo creo que merezco lo normal porque lo que estamos haciendo es un trabajo. Me han pasado cosas negativas y positivas, pero buenas, buenas, buenas, me han pasado muchas, demasiadas cosas buenas, siempre me he encontrado con dos o tres locos, pero bueno, yo creo que no son locos, que lo que son es envidiosos que no han logrado nada en la vida y vienen a ofender…"
Hay quienes piensan que usted ha logrado más porque ha recibido mayor apoyo que otros…
"No, eso no es cierto, aquí a todos les han dado atenciones igual. Claro, si tú no tienes resultados, no puedes pedir, pero aparte, nosotros no hemos pedido nada, lo que nos han dado es lo que se han ganado los peloteros; si no se lo ganan, aquí no hay nada; eso fue lo primero que hablamos con ellos, vamos a trabajar, lo primero es trabajar. Hubo algo muy interesante, que no creían en el resultado, y no creían que los dirigentes iban a responder, había demasiada desconfianza aquí adentro de Matanzas y poco a poco, ha costado trabajo, pero hemos logrado que confíen en nosotros y en nuestros dirigentes también".
El despertar del béisbol ha traído consigo un efecto social en cuanto a creación de espacios y hasta sentido de pertenencia con el territorio...
"Por supuesto que sí, nada más que el estadio se llene como se ha llenado y la afición sea tanta que haya más gente afuera que adentro, ya es un logro. Nosotros trabajamos para el pueblo, nosotros trabajamos para tener contenta a la gente, queremos más resultados, pero nos sentimos felices con cuatro años clasificando, con dos años discutiendo campeonato, uno con tercero y ya casi tenemos el tercer lugar en la mano. Es decir, somos el equipo más estable, los locutores a veces dicen que son otros los más estables, pero los más estables somos nosotros en los últimos cuatro años, y cuando ellos dicen que Villa Clara era el más estable, el colectivo que lo dirigió era este que está aquí, pero bueno, no importa, lo estamos diciendo nosotros si ellos no lo dicen…"
¿Cuál es la mayor victoria que usted busca alcanzar?
"Llenar el estadio, que esté contento el pueblo, con eso ya yo estoy feliz…"
¿Qué espera de los jugadores en los equipos que dirige, cuál es su mayor exigencia?
"Buenos resultados, que trabajen, que se dediquen y que cumplan con las orientaciones que damos y horarios. Es preferible a veces que se porten mal y cumplan con los horarios a que se porten bien y no cumplan con los horarios de entrada, de salida, de dormir, de llegar a la guagua; con Matanzas no ha pasado nunca, en el equipo Cuba que yo dirijo tampoco… ahí es donde hemos ganado la batalla. Ellos me ven como raro, pero a mí no me incomoda que me vean raro, a mí me importa que cumplan, porque como entrenador ¿qué hemos aprendido?: buscar la capacidad de cada uno en el brazo, en la fuerza, en la mente, y conocer la forma más alta o baja que ellos puedan tener. Cuando tú descubres eso en los atletas, es más fácil, sabemos cuándo se están guiando, cuándo están corriendo a medio tono, cuándo están corriendo duro, sabemos cuándo están jugando de verdad. No soy un sabelotodo, pero me he especializado en eso.
"Cuando tú me veas que yo le estoy exigiendo una cosa a un pelotero, es porque ellos pueden hacerlo. Lo que pasa es que hay algunos que tienen una calidad y no lo saben y creen que les estoy pidiendo mucho, pero yo les estoy pidiendo lo que ellos pueden dar y poco a poco se van dando cuenta. Hay atletas que llevan cuatro años y ya se han dado cuenta de lo que nosotros estábamos pidiendo.
"Aquí hay una anécdota que te la voy a contar, que es bonita, en el año que yo llego a uno de los muchachos le digo: mira, esto no es chivatería, me hace falta que tú me informes cuando yo vire la espalda ahora, porque en la información que tú me des es donde nosotros vamos a triunfar”. Él me dice: “pero profe…” y le digo: “no, no, si nadie va a saber nada”. Entonces hablamos de que podíamos clasificar, que podíamos ganar tanto, que podíamos traer el Juego de las Estrellas, que Matanzas tenía equipo para eso… Adivina cuál fue la respuesta del equipo: ¡Ahora sí se volvió loco! ¿Qué hice? Trabajar en base a esa respuesta, más nunca le pregunté al muchacho más nada, ya sabía cómo pensaban, por eso te digo que fue un trabajo difícil, todavía es difícil, pero es bonito cuando uno clasifica con nueve juegos de anticipación. Sé que los que hoy no están en el equipo no tienen el mejor criterio, reconozco que el que dirige tiene que tener gente a favor y en contra, no me preocupa eso, sé que llamamos a sus padres, hablamos con ellos mil veces, les explicamos qué había que hacer, cómo había que comportarse, pero bueno, nadie escarmienta por cabeza ajena y a veces tenemos algunos padres que piensan como los hijos, no piensan como padres… Ya esas son cosas pasadas, pero es bueno que también se sepan".
¿Asumiría otros retos como este que tuvo con Matanzas?
"Hasta ahora lo que tengo pensado es estar aquí hasta el 2017, puedo seguir a lo mejor, tal vez descanso un poquito y regreso, pero sí, lo mío es el béisbol y me encantan los retos..."
¿Qué siente cuando ve a sus hijos jugar?
"Imagínate, feliz, ojalá que sean mejores que yo. Me ven un poco exigente, a veces no se dan cuenta de que yo les exijo hasta su calidad que puedo ver, porque como padre no puedo ver más allá si no la tienen".
Durante su carrera deportiva, desde el tremendo pelotero que fue hasta ahora como director, ¿puede destacar un suceso especialmente significativo para usted?
"De la forma en que yo pienso, nunca vi lejos conocer a los grandes dirigentes de la Revolución, y estar cerquita de ellos y uno regalarme tanto tiempo y lo logré… ya lo he logrado todo ya".
¿A quién se refiere?
"Raúl Castro Ruz. Es una de las cosas más grandes que me han pasado, verlo frente a frente ahí, eso fue inolvidable, eso va conmigo hasta la muerte".
¿Qué es lo primero que le viene a la mente sobre las siguientes palabras?
Béisbol: "Mi vida, mi corazón, yo estoy luchando porque el béisbol sea el mejor deporte del mundo. Yo lucho como Cuba, pero lucho como el mundo, porque el béisbol es del mundo, yo le pido a la MLB, a los japoneses, a los asiáticos en general, a todos los que lo practican, que el béisbol sea el mejor del mundo".
Villa Clara: "Villa Clara es mi inicio, es parte de mi vida, porque ahí me hice, ahí construí un equipo de béisbol también que discutimos dos veces el campeonato, Villa Clara es una bonita provincia, pero ya terminé con Villa Clara, ahora estoy en Matanzas, así que mis saludos, mis respetos para la afición, para los dirigentes de cuando yo estuve, Alexis Melgarejo, Roberto López, Omar Ruiz Martín y muchos otros…"
Matanzas: "Lo primero es que era un reto y a mí me gustan los retos, me encantan los retos porque sé que voy a lograr el objetivo. Uno siente mucha satisfacción cuando camina por Matanzas y ve a tanta gente en los parques jugando béisbol, porque nuestro trabajo más allá del resultado es llenar, aglutinar, y ver a un pueblo contento, aunque al final no esté satisfecho porque no hemos ganado el campeonato, pero vamos a luchar y lo vamos a lograr".
Cuba: "Contento de haber nacido en Cuba. Te puedo decir más, que voy para afuera y no quiero ir y a lo mejor la gente dice, ah sí, porque lo tiene todo, no, yo tengo lo normal, no lo tengo todo, a mí me faltan una pila de cosas por tener, pero me gusta Cuba. Amo a Cuba. Aquí me siento feliz, tranquilo, este es el país más seguro del mundo, hemos ganado muchas cosas, pero esa es muy importante, yo no digo que no haya un robo, un muerto, pero somos el país más seguro del mundo".
Sobre usted casi todo el mundo en Cuba opina, para bien o para mal, pero ¿cómo se ve a sí mismo, quién es Víctor Mesa?
"Un trabajador incansable del béisbol, una gente que ama a Cuba, que ama a su pueblo y ama al béisbol".
¿Matanzas campeón este año?
"Sí, vamos a lucharlo, podemos ganar o no, pero estamos luchando por eso; si no, el año que viene volvemos, pero estamos trabajando por eso, estamos entre los cuatro grandes, casi estamos en el tercero ya, pero estamos luchando para ganar".
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