Según extractos del libro obtenidos por Page Six, Weisner tramó el plan con la hermana de Michael, La Toya Jackson, para evitar que el cantante tuviese acceso a estupefacientes.
Pese a discutirlo diez veces durante un año, La Toya suplicó a Ron que se echasen atrás en el último momento.
"Como uno de mis abogados señaló, no había duda de que (la ley) consideraría esto como un secuestro y no un intento de ayudar a un colega", escribió el manager, que también controlaba las carreras de Madonna y Paul McCartney.
Michael Jackson murió en junio de 2009, cuando tenía 50 años, víctima de una sobredosis de calmantes y un potente anestésico, el Propofol. Días antes de su muerte, Weisner se lo encontró en el Staples Center. "Pensé: parece un maldito prisionero de guerra".
"Tenía esa mirada en los ojos; una mirada de resignación, una mirada que decía 'se acabó' y eso me rompió el corazón", recordó.