Sobre los antecedentes y el trato a los cubanos que han emigrado hacia Estados Unidos, en el controvertido contexto creado por las medidas de la actual administración de ese país para con los migrantes, habló en exclusiva este miércoles para la Mesa Redonda el viceministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Carlos Fernández de Cossío.
El diplomático y experto en las relaciones bilaterales destacó que el hecho de que Estados Unidos vea el tema migratorio como prioritario es lógico, pues se trata de un país formado por migrantes que llegaron desde Europa y otras partes del mundo. “Ellos conformaron lo que es hoy Estados Unidos”.
Recordó que los migrantes han tenido y aún tienen hoy un papel fundamental en la industria, la agricultura y los servicios de ese país. Se calcula que el 20% de la mano de obra en estos sectores son personas que no nacieron en Estados Unidos. Por tanto, “es natural que para Washington la migración sea un tema prioritario”.
Además, destacó que en el escenario internacional la migración es un tema que ha evolucionado mucho en las últimas décadas. A medida que la brecha entre los países desarrollados y los países en desarrollo se ensancha, es lógico que desde los países del llamado Sur global emigren más personas hacia el Norte. Es un fenómeno que se ve en Europa y en Norteamérica.
“Para Cuba, el hecho de que Estados Unidos le preste una atención prioritaria al tema migratorio es importante”, dijo Cossío, y agregó que “Estados Unidos en las últimas décadas ha utilizado la política migratoria como herramienta de desestabilización contra Cuba”.
“Originalmente, para drenarnos de profesionales, para robarnos los talentos del país, y después con fines de desestabilización, mediante la negación de visas o la negativa a procesar visados para cubanos, pero a la vez estimulándolos a utilizar vías irregulares para llegar a Estados Unidos. Esto conllevó a varias crisis”, dijo.
El viceministro de Relaciones Exteriores subrayó que entre Cuba y Estados Unidos existen acuerdos migratorios, que responden al compromiso mutuo de garantizar que la migración sea regular, segura y ordenada.
“Hay una presencia grande de cubanos en Estados Unidos”, comentó Cossío, al apuntar que, por tanto, todo lo que tenga que ver con la migración tiene impacto en nuestro país.
Explicó que la la amplia presencia de cubanos en Estados Unidos incluye a personas que aun cuando nacieron allí se identifican como cubanos, por herencia familiar. Pero también incluye a personas que han adquirido la ciudadanía estadounidense o que han adquirido la residencia temporal, a otros que no tiene un estatus legal reconocido por las autoridades, y algunos que están en un limbo porque no han recibido su asimilación en Estados Unidos y corren el peligro de que los vayan a expulsar. A muchos de ellos Estados Unidos les llama “ilegales”.
No obstante, dijo, en los últimos tiempos la cifra grande de cubanos que no son ciudadanos estadounidenses y que no son residentes en ese país, son personas que han salido de Cuba de manera regular. “Al portar pasaporte y pasaje, a los efectos de Cuba son viajeros regulares”.
Comentó que las personas “se convierten en migrantes irregulares cuando intentan viajar hacia Estados Unidos de manera irregular a través del territorio de terceros países”, por Centroamérica o México, por ejemplo.
“Cuando llegan a Estados Unidos y no se les otorga un estatus legal aceptado, es entonces que Estados Unidos comienza a llamarlos ‘ilegales’. Sin embargo, esta es una realidad específica de Estados Unidos, ya que ellos deciden cómo llamar a estas personas. Desde Cuba, no son considerados ilegales. Legalmente salen del país con un pasaporte y un pasaje”, dijo.
En este sentido, señaló que “muchas de estas personas, después de salir de Cuba, logran llegar a Estados Unidos como parte de operaciones de tráfico o son víctimas de estas operaciones, que en su inmensa mayoría se financian y organizan desde el territorio de Estados Unidos”.
“Hay cálculos que indican que, para un cubano que emigra de manera regular por el aeropuerto, la operación para llegar a Estados Unidos puede costarle entre siete mil y quince mil dólares, e incluso hay quienes hablan de dieciocho mil dólares por persona. Si multiplicamos eso por doscientos mil o doscientos cincuenta mil personas, estamos hablando de operaciones multimillonarias que operan desde territorio estadounidense, donde se encuentra la organización y el financiamiento”, describió.
Seguidamente, el viceministro agregó que este es un tema que se ha planteado en conversaciones migratorias y a nivel diplomático con Estados Unidos, así como en ejercicios prácticos entre las agencias de aplicación y cumplimiento de la ley de ambos países. “Es un tema que hemos tratado en varias ocasiones a lo largo de los años, pero evidentemente no hay voluntad por parte del gobierno de Estados Unidos para atacar la fuente de ese tráfico, que pasa por Centroamérica y México”, dijo.
Durante el diálogo con la periodista Arleen Rodríguez Derivet, se recordó que el cubano, a diferencia de otros latinoamericanos, cuando llega a la frontera, normalmente se acoge a ciertos términos que históricamente le han permitido recibir un trato privilegiado y entrar a Estados Unidos con facilidad. Esto ha llevado a que muchos cubanos crean que existe un privilegio automático para ser admitidos y ajustar su estatus con relativa rapidez.
Sin embargo, ahora se habla de deportaciones masivas, un término que ha generado mucho miedo y que se ha difundido ampliamente. Incluso se mencionó en algún momento que treinta mil personas podrían ser enviadas a la base naval de Guantánamo, aunque el ejército estadounidense ha negado recientemente que ese sea un lugar adecuado para migrantes irregulares.
Al respecto, Cossío destacó que “la realidad es que la relación entre Cuba y Estados Unidos ha sido difícil en muchos aspectos, incluyendo el tratamiento de las deportaciones masivas”.
“Este término de ‘deportaciones masivas’ también se está utilizando en el caso de Cuba. Sin embargo, tenemos acuerdos migratorios con Estados Unidos, tanto con gobiernos republicanos como demócratas, que buscan resolver los problemas de la irregularidad, el desorden y la inseguridad en la migración. Estos acuerdos incluyen compromisos como la emisión de un mínimo de veinte mil visas anuales para cubanos, la devolución a Cuba de personas interceptadas en alta mar y vuelos de deportación para aquellos que Estados Unidos considera que tienen una estancia irregular en su territorio”, dijo.
De acuerdo con el viceministro, “estos acuerdos han funcionado durante años, y en los últimos tiempos hemos recibido mensualmente vuelos de devolución de cubanos que Estados Unidos no ha aceptado en su país. A estos individuos se les considera ‘inaceptables’ y son devueltos a Cuba bajo procedimientos establecidos.
“Ahora, con la amenaza de deportaciones masivas, especialmente en el caso de los cubanos, es importante considerar que muchos de estos migrantes fueron empujados a emigrar debido a las difíciles condiciones económicas en Cuba, exacerbadas por el bloqueo económico impuesto por Estados Unidos. Es lógico que, cuando se deprimen las condiciones de vida en un país, una proporción de la población busque emigrar a otros lugares. Además, históricamente, Estados Unidos ha recibido a los cubanos con un trato privilegiado, ofreciéndoles protección y facilidades para establecerse en su territorio”, subrayó.
Cossío destacó que “resulta contradictorio y cruel que ahora se hable de expulsar a personas que han formado familias, tienen empleos y propiedades en Estados Unidos, después de haber sido incentivados a emigrar por las mismas políticas estadounidenses. Nos parece absurdo e injusto que Estados Unidos amenace con deportar masivamente a esta gran cantidad de cubanos, especialmente cuando existen acuerdos migratorios que han funcionado bien en el pasado”.
“Bajo estos acuerdos, Estados Unidos ha devuelto a Cuba a decenas de miles de cubanos desde mediados de los años noventa, pero siempre dentro de un marco de normas y condiciones establecidas. Nuestro país está abierto a asimilar devoluciones, pero siempre dentro de los términos acordados y tomando en cuenta la historia y las circunstancias, aun cuando Estados Unidos continúa aplicando políticas de agresión económica y de otro tipo contra Cuba”, señaló el diplomático.
En otro momento de su entrevista, el viceministro de Relaciones Exteriores se refirió al hecho de que, en períodos de acercamiento y entendimiento entre Cuba y Estados Unidos, la migración irregular disminuyó significativamente.
“Estados Unidos puede revisar las cifras: los años 2017 y 2018 fueron los de menor entrada de migrantes irregulares cubanos en su territorio. Esto ocurrió cuando se estaba aplicando inicialmente la política de ‘pies secos, pies mojados’, que se adoptó como parte de un acuerdo en enero de 2017. Sin embargo, esta política se descarriló cuando el gobierno de Estados Unidos decidió dejar de cumplir los acuerdos migratorios, incluyendo el procesamiento de visas en Cuba”, comentó.
Cossío destacó que “para que estos acuerdos sean efectivos, como se demostró en ese período, es necesario cumplir varios compromisos: establecer una vía legal para que los cubanos puedan emigrar, devolver a aquellos que son interceptados intentando llegar de manera irregular, y realizar vuelos de deportación con regularidad para repatriar a quienes son considerados inadmisibles en Estados Unidos. Esto debe hacerse en el momento en que se detecta su situación irregular, no años después”.
Además, “está la visa de no inmigrante, que se otorgó durante un tiempo y permitió que muchas personas viajaran, pasaran un período en Estados Unidos y luego regresaran a Cuba. Esto ayudó a reducir la migración irregular”.
“Hablamos de miles de cubanos que han emigrado para obtener la residencia y poder vivir entre ambos países, pasando una parte del tiempo en Estados Unidos y otra en Cuba, o simplemente para visitar a familiares y amigos. Sin embargo, desde 2017, Estados Unidos ha mantenido cerrado el procesamiento y otorgamiento de visas para visitas temporales”, subrayó.
Durante el programa televisivo ambos interlocutores se refirieron a que, en los medios de comunicación del sur de Florida, tanto tradicionales como en redes sociales, se observa a políticos estadounidenses -muchos de los cuales presumen de ser cubanos pero actúan en contra de los intereses de Cuba-, amenazando constantemente con medidas migratorias severas. Estos políticos hablan de la emigración como si Cuba expulsara a sus ciudadanos debido al “fracaso del socialismo”. Sin embargo, hoy se les ve amenazando a los cubanos con deportaciones masivas, lo que ha generado un estado de desesperación en la comunidad cubana. Muchos están consultando abogados y buscando información en redes sociales para saber qué les depara el futuro.
Sobre este particular, el viceministro dijo que se ha generado un clima de acoso contra los cubanos, exacerbado por las declaraciones de políticos que insisten en que el socialismo es un fracaso, pero no dan a Cuba la oportunidad de demostrar lo contrario si se levantara el bloqueo económico.
Comentó que el actual secretario de Estado de Estados Unidos ha sido particularmente vocal, amenazando a los cubanos residentes con perder su estatus migratorio bajo la acusación de que mintieron al ingresar al país. “Esto es hipócrita, ya que históricamente ha sido política del gobierno estadounidense aceptar a los cubanos que declaran tener un ‘miedo creíble’ de regresar a Cuba. Ahora, culpar a estas personas de haber mentido es una forma de intimidación que les impide visitar a sus familiares en Cuba, muchos de los cuales no pueden obtener visas para viajar a Estados Unidos”.
“Estas amenazas no solo afectan a los cubanos que han establecido sus vidas en Estados Unidos, sino también a aquellos que desean mantener vínculos con su país de origen. Es cruel que, después de haber sido incentivados a emigrar por las políticas estadounidenses, ahora se les amenace con deportaciones masivas y la pérdida de su estatus legal”, subrayó.
En cuanto a la colaboración médica cubana, es importante destacar que esta ha sido una de las profesiones más valoradas y un símbolo de solidaridad internacional desde 1963. Mientras otros países envían bombas, Cuba envía médicos. Sin embargo, las últimas medidas impulsadas por Estados Unidos buscan atacar esta colaboración, afectando no solo los ingresos de Cuba, sino también la situación de salud en varios países del mundo.
Sobre este tema, Cossío dijo que “Estados Unidos ha comenzado a aplicar un conjunto de medidas agresivas contra Cuba, muchas de las cuales no se anuncian públicamente, lo que sugiere una preferencia por actuar en la opacidad. Estas medidas buscan frenar las fuentes de ingreso económico de Cuba, cortar sus vínculos con otros países y limitar la cooperación internacional, incluyendo los programas médicos”.
Destacó que “la colaboración médica cubana ha beneficiado a más de 60 países, con más de 12 000 profesionales de la salud prestando servicios en el exterior. En muchos casos, estos médicos son la única fuente de atención médica en comunidades remotas”.
“Acusar a Cuba de ‘tráfico de personas’ o ‘esclavitud’ es falso, ya que los profesionales cubanos reciben salarios en Cuba y estipendios en los países donde trabajan, además de prestar sus servicios de manera voluntaria”, comentó.
El viceministro subrayó que “Estados Unidos comete un crimen al intentar privar a estas comunidades de servicios de salud de calidad, violando el derecho humano al acceso a la salud”.
Denunció que “estas acciones forman parte de una estrategia más amplia para agredir a Cuba y reforzar el bloqueo económico, lo que afecta no solo a los cubanos, sino también a las comunidades que dependen de su ayuda”.
Respecto a la relación del gobierno de la mayor de las Antillas con su emigración, Fernández de Cossío comentó que en los últimos años ha existido un acercamiento, bajo el criterio de que estas personas siguen formando parte de la población cubana.
“La comunidad cubana en el exterior es parte nuestra, e incluye a hijos y nietos de cubanos que nacieron en otros países, pero se consideran descendientes de esta tierra”, dijo.
Afirmó que quienes han emigrado en los últimos años poseen gran capital intelectual, y muchos apoyan procesos importantes del desarrollo nacional.
“El Gobierno cubano con respecto a este tema desarrolla un esfuerzo en dirección contraria al de Estados Unidos, que se empeña en reprimir la posibilidad de que estas personas estrechen vínculos con su país e, incluso, intentan restringirles el derecho de viajar a su tierra”, comentó.
Recordó que la propia sociedad estadounidense es favorable a un mayor acercamiento con Cuba, país al que no interpreta como una amenaza.
“Ante esto, nos preguntamos a qué temen los políticos de Estados Unidos cuando se proponen romper el vínculo con la familia cubana, o la cooperación con este país. Quizás la raíz de todo es que fracasaron en el intento de hacer la vida imposible a una nación por más de 60 años”, aseveró.
El viceministro recalcó que del lado cubano existe toda la disposición de dialogar con el Gobierno estadounidense, desde una posición de respeto, y sin renunciar al derecho a la autodeterminación.
“Los políticos estadounidenses han tenido una incapacidad tradicional para entender que Cuba es un Estado independiente, pero eso lo dejamos claro en todos los escenarios”, apuntó.
Afirmó que el objetivo inmediato de los políticos anticubanos es hacer la existencia lo más difícil posible en la isla, para lo cual cortan el acceso al comercio, al financiamiento, entre otras cuestiones, a fin de deprimir la calidad de vida de la población y usarla como rehén y punta de lanza para derrocar el Gobierno.
“Estos políticos han manipulado históricamente el inmenso poderío de esa nación para utilizarlo contra un país pequeño, y buscan una confrontación directa con Estados Unidos.
“Entre de las excusas inventadas por ellos mismos para ese conflicto pudieran estar la amenaza de un flujo migratorio descontrolado desde el país caribeño, la leyenda de las bases militares chinas en Cuba o los miles de soldados cubanos en Venezuela, que nadie nunca vio”, dijo
Señaló que estas personas lucran con las falacias, y dedican cientos de millones de dólares a confundir, engañar y distorsionar la verdad.
Recalcó la existencia de encuestas aplicadas a la población estadounidense que reflejan, en su mayoría, una disposición a mejorar las relaciones entre ambos países.
Tomado de Cubadebate