Decenas de personas sin techo se encuentran ya en las prisiones floridanas, al negarse a abandonar los espacios públicos, con lo cual infringen una ley hecha aprobar por el gobernador Ron DeSantis, con el fin de evitar con su presencia la molestia a la ciudadanía aburguesada, otras de alto nivel y al turismo, sin tener en cuenta que ese “afeamiento” se debe al abandono del Estado.
DeSantis y otros de mentalidad cavernícola -como él- no tienen en cuenta que para los sin hogar, protegerse de los elementos puede ser una cuestión de vida o muerte. El derecho a la vivienda es una protección legal vital para las personas, familias y niños sin hogar. Sin esta salvaguardia crucial, correrían un grave riesgo de muerte o lesiones en las calles y otros espacios públicos.
Ahora se echa la culpa a la migración y se criminaliza al sinhogarismo, como hace DeSantis, gobernador de Florida, el cuarto estado con más número de personas vulnerables en este problema, antecedido por California, Nueva York y Washington entre los 50 de la Unión.
La Reverenda y Doctora Sheila Harvey, de la Iglesia Unida de Cristo, expresó en Palm Beach que la HB 1365 (la ley de DeSantis) va en contra de todo en lo que creen.
"Nuestros diversos textos religiosos y tradiciones nos dicen que ayudemos a los pobres, alimentemos a los hambrientos, demos agua a los sedientos y vistamos a los desnudos. Este proyecto de ley va fundamentalmente en contra de nuestras diferentes tradiciones religiosas que valoran la dignidad y la humanidad de cada ser humano", dijo, tras lo cual planteó la necesidad de viviendas asequibles y pidió al condado que trabaje más duro para proporcionar a la población sin hogar opciones alternativas.
Harvey también expresó sus temores sobre cómo se está aplicando la ley: "Encontrar y arrestar a las personas sin hogar no hace nada para abordar la causa raíz del problema y solo empeora el problema, al cargar a las personas sin hogar con registros de arrestos que dificultan encontrar trabajo o calificar para una vivienda".
La escasez de viviendas asequibles está "empujando a más y más familias al borde del abismo", dijo el padre John D'Mello, vicario parroquial de la iglesia católica de San Patricio en Palm Beach Gardens. "Hay padres que tienen que tener varios trabajos, personas mayores que tienen que salir de la jubilación, hijos que vuelven a vivir con sus padres. Y, lo peor, hay familias, generaciones enteras, que se mudan a otras áreas. Todo esto está contribuyendo a un número creciente de personas y familias sin hogar", especificó.
RÉCORD NEGATIVO
El número de personas sin hogar en Estados Unidos alcanzó un nuevo récord desde que empezó a computarse en el 2007, con un aumento de 18% en comparación al 2023, informó el Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano (HUD, por sus siglas en inglés).
Esta cifra que no incluye a quienes viven con amigos o familiares por no tener su propia casa. El total más alto se había consignado el año anterior, con 653 000 sin techo, sin que se contabilicen aquellos que durante el invierno virtualmente desaparecen, al huir de las crudas temperaturas, por lo que la cifra debe ser mayor.
El número de familias sin techo creció un 40% en grandes ciudades como Denver, Chicago y Nueva York.
Cerca de 150 000 niños estuvieron sin hogar en una sola noche en el 2024, lo que representa un incremento del 33% respecto al año anterior.
Algunas ciudades han adoptado enfoques estrictos, como prohibiciones de campamentos al aire libre, tras el fallo de la Corte Suprema que las permitió. Sin embargo, estas medidas han generado debate, ya que los defensores argumentan que criminalizan la falta de vivienda en lugar de abordar sus causas subyacentes.
Algunas grandes ciudades, en cambio, adoptaron diversas políticas para proteger a esta población y registraron una reducción de los sin techo. En Dallas, por ejemplo, se logró un descenso del 16% entre el 2022 y el 2024, en tanto Los Ángeles experimentó una baja del 5% desde el 2023, debido a que ofrecen un modelo basado en la expansión de viviendas asequibles y la reforma de sistemas de atención.
Sin embargo, expertos advierten que sin inversiones federales significativas y políticas sostenibles, es probable que la crisis persista, por lo cual el gobierno debería equilibrar medidas inmediatas, como refugios de emergencia y programas de asistencia, con soluciones a largo plazo, incluida la construcción de viviendas asequibles y el fortalecimiento de redes de apoyo para migrantes y comunidades afectadas por desastres naturales.