Una vez más escuché en un espacio informativo de la televisión nacional cierta frase que no por reiterada, lastima menos.
“Estamos trabajando en eso”, respondió un directivo de base al entrevistador cuando este lo interrogó acerca de la solución a un problema que afectaba a los pobladores del lugar.
Es una expresión que mucho hemos escuchado por esta geografía, pero que, con más frecuencia que la deseada, no conduce a ninguna parte y, si finalmente el asunto encontró una salida satisfactoria, pues la respuesta de marras mantuvo en una incómoda expectativa a los interesados, que no se enteraron del cuándo ni del cómo.
Digo que la frase lastima a quienes la escuchamos porque, en última instancia y aun cuando quien habla no se lo proponga, implica un desconocimiento de los derechos ciudadanos y, a la vez, una subestimación de los interlocutores.
Va y el directivo prefirió no abundar en cómo estaban trabajando en la solución porque la explicación podría contener tecnicismo, cuestiones económicas complicadas… pero la gente, mientras más inteligente es, mejores pueden ser sus respuestas por lo fáciles de entender.
En definitiva, ese servidor público ocupa una responsabilidad cuya meta máxima, siempre, es servir al pueblo, y hacerlo implica también transparencia en las explicaciones y respuestas, porque lo merecemos. Estamos trabajando en ese merecimiento hace muchas décadas desde el sacrificio y la entrega.