Las flores son uno de los grandes motivos de las artes visuales. Son, han sido, serán inspiración, tema, metáfora… Hay en la naturaleza pocas concreciones tan hermosas y esenciales, con tanta capacidad de sugerencia. Realización exquisita de forma y color, la flor (en la extraordinaria variedad del concepto) ha devenido símbolo universal de belleza y armonía.
De flores, de la apropiación de ese símbolo, se trata la más reciente propuesta de la plataforma ArteMorfosis, que reúne en su Event Room (Calle 11 No. 912 e/ 6 y 8, Apartamento 3, Vedado, La Habana) piezas que tienen como elemento común la recreación de flores y su significación en las poéticas de disímiles artistas. El resultado es un jardín integrador, en el que confluyen varios estilos e implicaciones conceptuales.
Las obras de William Acosta, Kelvin López, Yuniell Pérez (Moti), Mabel Poblet, Andrey Quintana, Carlos Quintana, Lisandra Ramírez y Adislen Reyes conforman un mosaico pujante, una celebración de la vida con la que se cierra un año y se recibe otro en la plataforma. Las flores son también indicio de buena ventura.