El 2023 no fue el mejor año para Julio César La Cruz, pero el boxeador cubano quiere cerrarlo de buena manera, con un triunfo por un título profesional (ya logrado), y otro en un tope contra Rusia.
No haber podido retener su corona mundial en Tashkent es el único punto bajo en la temporada del camagüeyano, que se coronó tanto en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de San Salvador como en los Panamericanos de Santiago de Chile.
Este último cetro lo convirtió además en el primero tetracampeón en la historia del pugilismo en citas continentales.
El primer reto de diciembre para el bicampeón olímpico fue la pelea con el nigeriano Austine Nnamdi (34 años, con balance de seis triunfos y cuatro derrotas en el profesionalismo), a quien enfrentó en Conakry, capital de Guinea y lo superó por decisión unánime en 10 asaltos para celebrar su tercer triunfo consecutivo en circuitos profesionales y conquistar la faja internacional de oro de la división supercrucero de la Asociación Mundial de Boxeo.
El nigeriano, radicado en Abu Dabi, derrotó el pasado 1 de diciembre por decisión unánime al neerlandés de origen turco Fatih Ulusoy, a quien ya había noqueado el año pasado, en ambos casos en Dubai, pero no pudo con La Cruz que dosificó a la perfección el trabajo para dominar todas las rondas. Según una publicación del JIT, como demostración de su forma física, el hijo ilustre de Camagüey nunca apeló a la banqueta en los minutos intermedios y se dio el lujo de guardarse para los rounds finales desplazamientos de piernas que no desplegó antes, consciente de las exigencias asociadas a la extensión del encuentro.
La otra batalla forma parte de una cartelera organizada por la Federación Rusa de Boxeo, prevista el 22 de diciembre en la ciudad de Samara, casualmente donde cayó por última vez Nnamdi (junio de este año contra el local Andrei Stotsky).
Los combates del dual meet se desarrollarán en cinco categorías de peso según las reglas del boxeo profesional en un formato de cuatro rounds de tres minutos cada uno, y el contrario del capitán de Los Domadores será Sergey Slobodyan.
Este sí parece un púgil mucho más hecho aunque tiene solo 24 años, pues acumula 44 peleas entre profesionales y semiprofesionales, de las cuales ganó 34.
Los caminos de ambos combates se vuelven a cruzar curiosamente, ya que la más reciente derrota de Slobodyan fue nada más y nada menos que con el propio Stotsky, ante quien abandonó en el campeonato nacional.
Aparentemente Stotsky estará en el camino de Julio César tarde o temprano, pero ya eso se verá más adelante.
De momento, lo importante es cerrar el 2023 con esas dos sonrisas (ya tiene una), y seguro el año próximo puede tener la oportunidad que sueña desde hace rato, de disputar una corona mundial profesional.
Si ya su colega Lázaro Álvarez la tuvo, aunque lamentablemente no lo consiguió, La Sombra también debe concretar la suya antes de colgar los guantes, como casi todo indica, a más tardar el año entrante.