Desde luego, un caso tan especial ha generado gran controversia en el ámbito deportivo (y no sólo en éste). La IAAF consideró en 2007 –introduciendo nuevas reglas–, que Pistorius transgredía los ordenamientos de esa agrupación al utilizar aditamentos que, a su juicio, le otorgaban ventaja frente a otros competidores considerados "normales", por lo que decidió excluirlo de las competencias sancionadas por este organismo. Para ello solicitaron un estudio científico que le fue encargado a un especialista alemán, el profesor Peter Bruggermann, de la Universidad de Deportes de Colonia. Pero este dictamen fue revocado luego por la Corte de Arbitraje para el Deporte, al sentenciar que la IAAF no demostró de manera suficiente que las prótesis empleadas por el deportista constituyeran una ventaja desleal. Por ello, aunque el expediente se encuentra aún abierto (pues la IAAF ha solicitado nuevos estudios científicos), Pistorius ha podido participar este año en Daegu y en otras competencias internacionales.
Lo interesante aquí, es que la queja de la IAAF consiste en que una persona sin piernas no se encuentra en desventaja, como todo mundo pudiera esperar, sino que, ojo, ¡tiene más ventajas que una "normal"!
Las prótesis de Pistorius son el resultado de los adelantos en nanotecnología. Están construidas con fibras microscópicas de carbono ensambladas. Este novedoso material tiene una resistencia tres veces superior a la del acero y su densidad es 4.5 veces menor a ese metal, por lo que se trata de un material sumamente fuerte y ligero. Al colocar esos dispositivos, se produce una unión inquietante: la fusión tecnología-cuerpo, que funcionalmente es comparable, o incluso superior, a la de los individuos considerados "normales".
Esto ha llevado el debate a territorios que difieren mucho del deporte, en particular al campo de la filosofía, en la que se expresan diferentes posturas. Por un lado, las posibilidades del empleo de la tecnología para incrementar las capacidades humanas ha dado lugar, desde el último tercio del siglo XX, a un movimiento mundial conocido como transhumanismo, que subraya la conveniencia de mejorar la condición humana (las capacidades físicas e intelectuales) a través de la razón y del empleo de la ciencia y la tecnología. Se expresan también posturas contrarias que ven en lo anterior grandes amenazas y peligros para nuestra especie. Se trata de una discusión de nuestro tiempo, con sólidos argumentos de una y otra parte, y cuya existencia es muy beneficiosa, pues en el centro se encuentra la evolución de la naturaleza humana…
Por lo pronto, un joven de 24 años, sin piernas, cruzó la semana pasada la meta en una competencia atlética de alto nivel, superando a varios de sus rivales. Oscar Pistorius tiene ahora un sueño: Competir en los Juegos Olímpicos que se celebrarán en Londres en 2012, y obtener en ellos la medalla de oro. Deseo sinceramente que lo logre.