Su gobernador, Andrew Cuomo, puso fin al Estado de Emergencia decretado por la pandemia junto a restricciones impuestas.
El verano en dicha ciudad ya se inició con celebraciones, sin embargo, El Diario Nueva York advirtió que todavía no se ha cumplido con la meta de vacunar a cinco millones de residentes de la Gran Manzana.
Dicha localidad dispone de inyecciones suficientes para ello, pero ahora millones de personas se resisten a vacunarse con los nuevos fármacos.
El promedio de vacunados con dos dosis solo es del 49 por ciento y se espera el regreso de actividades con grandes concentraciones.
Por su parte, las autoridades de Salud intentan programar vacunaciones pero millones de neoyorquinos han mostrado resistencia por numerosas razones, incluso inyectarse.
Guillermo Chacón, presidente y fundador de la Red de Salud Hispana declaró que existe un trabajo titánico por hacer en comunidades que no creen en la efectividad de los fármacos.
Alertó que “debemos manejarlo con cuidado, especialmente cuando vemos el avance de la nueva variante Delta del COVID-19”, alertó.
Chacón explica que lo observado en algunas jornadas de trabajo específicamente comunidades hispanas, lleva a concluir que se requerirá “trabajo y paciencia para alcanzar las dosis a los dudosos, temerosos y escépticos, atizados además por los tradicionales grupos anti vacunas”.
Señaló que las razones de esta resistencia entran en un abanico muy amplio, desde versiones divulgadas de sus efectos perniciosos en la salud hasta creencias religiosas.
Resonantes y hondos problemas en la ciudad que algunos llaman “ciudad de los rascacielos” o segunda capital de los Estados Unidos.
Todo, por tratar de ocultar sus magulladuras y los bolsones de miseria que afean sus calles.