Un mes para un Sí muy deseado
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Dentro de un mes exactamente Cuba irá a las urnas en un hecho inédito que nos engrandece como nación. Al refrendar con nuestro voto la nueva Ley del Código de las Familias daremos inicio a una nueva etapa en nuestro desarrollo social, cuya concreción depende del accionar de toda la ciudadanía.
En las últimas semanas varias de las principales organizaciones de masas y políticas expresaron su respaldo al texto legal, y ofrecieron argumentos adicionales que fundamentan la importancia de este paso democrático, comenta para Haciendo Radio, el periodista Francisco Rodríguez Cruz.
Los Comités de Defensa de la Revolución, por ejemplo, resaltaron que esta es una convocatoria trascendental para las familias cubanas, articuladas en barrios y comunidades, al tratarse de “la Ley que les otorga a todos nuestros hogares, seguridades y garantías nunca antes vistas”.
Al reconocerlo como “el Código del amor y los afectos” la mayor organización de la sociedad civil cubana coincidió en que “esa es la brújula que orienta todas las alternativas y derechos que esta Ley reconoce para todas las familias sin distinción, en otra expresión de esa misma unidad en la diversidad que siempre han defendido los CDR, puertas adentro y afuera de las casas cubanas”.
Por su parte, la Central de Trabajadores de Cuba recordó que para llegar a esa nueva Ley ha sido trascendental la participación de los trabajadores cubanos y su movimiento sindical, pues fueron parte del proceso de consultas especializadas y acompañaron los debates populares en todo el país, de lo cual —se enfatizó—“resultó un texto contundente y muy avanzado, impecable como legislación y ejemplar por su humanismo”.
Por ese motivo la CTC exhortó a votar Sí por el Código de las Familias el próximo 25 de septiembre, y así cumplir “con un deber elemental como ciudadanas y ciudadanos que desean lo mejor para su patria y sus semejantes, más allá de cualquier diferencia puntual u objeción individual con algún aspecto de la norma, lo cual no debería nunca empañar ni obstaculizar todos los adelantos y garantías sociales que nos asegurará la nueva Ley”.
Impecable es además el razonamiento con que cerró su pedido el sindicalismo cubano: “lo que nos hace mejores familias, nos hace también más productivos y eficientes como trabajadores, más conscientes y progresistas como revolucionarios, más plenos y felices como seres humanos”.
La Unión de Jóvenes Comunistas, por su parte, se preguntó sobre el papel de las nuevas generaciones ante esta circunstancia: “¿Se podría acaso concebir a un joven cubano de estos tiempos, alejado del pensamiento moderno, equilibrado y vanguardista que propone el Código? ¿Estaría acorde la formación cultural y contemporánea de la juventud con el rechazo o la incomprensión ante una propuesta que es de las más avanzadas en el mundo, en materia de deberes y derechos familiares?”, interrogó la UJC.
Al refrendar con nuestro voto la nueva Ley del Código de las Familias daremos inicio a una nueva etapa en nuestro desarrollo social, cuya concreción depende del accionar de toda la ciudadanía
Porque a fin de cuentas, de eso se trata todo, de que todas las personas podamos construir nuestras familias de acuerdo con las concepciones propias de cada quien, sin perjudicar a nadie y con todas las garantías para la seguridad y la realización de sus integrantes.
Todo eso solo lo haremos posible con el voto favorable de la mayoría del pueblo cubano. Otra vez hará falta que juntemos las fuerzas para procurarnos un presente y un futuro mejor, posibilidad real que depende de nuestro comportamiento cívico y responsable ante este referendo. Solo falta un mes, un mes para regalarnos ese Sí que tanto hemos ansiado.
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