Un héroe, dos patrias y la música como Talismán (+FOTOS Y VIDEOS)
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Cuentan que el General Máximo Gómez dejó escrito su sueño de construir una escuela en el patio de su casa natal en Baní, República Dominicana. Un deseo hermoso como el mar que lo llevó hasta Cuba, la isla vecina donde otra urgencia le ganó el alma: acabar con el horror de la esclavitud y conseguir la independencia frente al colonialismo.
Leí en algún lugar que los sueños de los patriotas son promesas y conozco un cubano que se dejó la vida para cumplirlas, como si fueran sus propios compromisos: Fidel llegó a Baní en 1998 dispuesto a fundar una escuela, llevaba la misma determinación con que “el Generalísimo” nos enseñó a cargar al machete.
Dos años después, el Politécnico Máximo Gómez era una realidad construida con manos y sudor cubanos, muy cerca de la casa natal del banilejo que tanto hizo por la patria de Martí, se alza hasta hoy el centro estudiantil que recibe alumnos de toda la provincia de Peravia, ubicada a una hora de la capital.
Los alumnos seleccionados por su rendimiento académico, pueden optar por especialidades como Informática, Contabilidad y Alimentos en nivel medio superior, lo cual los capacita para continuar a la Universidad, regresar a sus localidades para ejercer como técnicos o emprender sus propios negocios.
La música como un TALISMÁN
Hasta el Politécnico Máximo Gómez fuimos junto al músico y diputado cubano Arnaldo Rodríguez y parte de su agrupación, porque si eres un cubano de pura cepa y te sorprende el 10 de octubre en República Dominicana, no hay mejor conmemoración que visitar ese sitio sagrado, pues hay sangre dominicana y banileja en las venas de Cuba, un mambí fuera de serie nos hermanó para siempre.
De camino a a Baní, supimos que tienen los mejores mangos del país y que Peravia es una de las provincias más grandes, pero una vez allí, comprobamos que también pueden presumir la alegría, el talento y la lealtad…
Así nos recibieron: celebrando nuestro grito de independencia como propio, compartiendo sus tradiciones y dispuestos a disfrutar de lo lindo con el regalo musical que llegaba, como un TALISMÁN para la amistad, desde la Mayor de las Antillas.
Casi nadie se quedó en su asiento, se bailó y se cantó, se recordó todo lo que nos une, incluido el calor del clima y el de la gente expresiva y afectuosa que somos, se habló de regresar para el próximo 14 de febrero a celebrar los 25 años de la feliz testarudez con que el Comandante cubano se empeñó en cumplir al deseo escrito del General de las dos patrias.
De regreso, una parada obligatoria: la casa natal de Máximo Gómez. En el mismo lugar donde estuvo el bohío que habitó con su madre y sus hermanos, se ha construido una réplica fiel, igual de humilde, con piso de tierra y paredes de madera, pero absolutamente majestuosa por lo que representa.
Arnaldo Rodríguez y los integrantes del TALISMÁN intercambiaron allí con lideres de la Fundación Máximo Gómez que se ocupan de mantener conservada y activa la memoria de esta figura imprescindible en las luchas independentistas de Cuba.
Firmaron el libro de visitantes y plasmaron emotivos mensajes que van desde el agradecimiento hasta la orgullo de compartir un compatriota como Máximo Gómez, pues ¿quén dijo que no es cubano, si cruzó decidido la poderosa Trocha de Júcaro a Morón para abrirle camino hacia Occidente a la Bandera de Estrella Solitaria?
Anduvimos el parque, las habitaciones de la pequeña casita, miramos el monumento como quien ve, al mismo tiempo, la historia, el presente y vuelve a prometer que cada día sea una batalla ganada, para sostener el sueño de unidad que, bajo el cielo de Baní, tiene el peso incalculable de dos gigantes: Máximo Gómez y Fidel Castro.
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