Ramona de Saá: «El arte es la esperanza en los momentos de crisis»

Ramona de Saá: «El arte es la esperanza en los momentos de crisis»
Fecha de publicación: 
23 Marzo 2020
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Mientras sea aconsejable, mientras las circunstancias lo permitan, la Escuela Nacional de Ballet Fernando Alonso seguirá trabajando en la formación de los nuevos bailarines cubanos. Se han seguido las indicaciones de las autoridades sanitarias ante la propagación del nuevo coronavirus, y por el momento continúan las clases, los montajes y ensayos. La directora de la institución, la maestra Ramona de Saá, Premio Nacional de Danza, recibe a CubaSí después de una sesión de trabajo con los estudiantes que se graduarán este curso.  

—¿Por qué es importante el arte en estos momentos de crisis?

—Uno de las actividades que nos mantiene a todos despiertos, vinculados, emocionados, comprometidos con la vida, esperanzados con el futuro es precisamente el arte, la posibilidad de poder apreciar el arte. Ha sido tan importante la labor que ha realizado este país en la formación de artistas, que contamos con una fuerza increíble en ese sentido.

«Yo admiro mucho esa capacidad de conmover, de movilizar del arte cubano en todas sus manifestaciones. Y me siento muy responsable con la labor de trasmitir el inmenso legado que dejaron los grandes maestros. En el caso del ballet, nuestros queridos Alicia, Alberto y Fernando Alonso.

«Aunque vivamos momentos difíciles, no podemos perder esa herencia. Hay que seguir preparando a los jóvenes, inculcarles ese sentido de pertenencia, de reafirmación en una nacionalidad. Es algo que nos enseñaron en nuestra época, y gracias a eso asumimos grandes responsabilidades en nuestra juventud. Hay que seguir ese camino».

—Las medidas contra la propagación del nuevo coronavirus plantean muchos retos a la Escuela Nacional de Ballet. Esta graduación enfrenta situaciones inéditas…

—Se tuvo que suspender el Encuentro de Academias. Se suspendió, como todas las actividades culturales que implicaran concentraciones de personas. Era necesario, imprescindible, porque lo primero que hay que preservar es la salud humana. Pero eso no significa que perdiéramos las energías. Cumpliendo todas las medidas de protección que ha implementado las autoridades sanitarias, seguimos trabajando en nuestros salones, a puertas cerradas, mientras sea posible y aconsejable. Es que hay que garantizar un testimonio de esta época, de ese trabajo, que no es de un día.

«Por eso estamos tratando de garantizar la grabación íntegra de todos los ballets que habíamos concebido para la graduación de estos muchachos. Tiene que quedar. Y lo ideal sería que pudieran apreciarlo muchas personas por la televisión, muchas más que las que caben en un teatro.

«Algunas personas me propusieron posponer la graduación para octubre, pero en esta dinámica de la enseñanza del ballet unos meses significan mucho. Es importante mostrar lo que hay hasta ahora.
«Obviamente, toda esta situación nos ha dolido mucho. Pero entendemos la necesidad de estas medidas. Y no sabemos con certeza cuánto habrá que esperar. Tengo a mi hija en Italia y está muy asustada. Y yo con ella. Las medidas son rigurosas, pero es necesario cumplirlas. Yo confío en las capacidades de este pueblo para superar esta situación.

«Nosotros haremos aquí lo que haya que hacer, según lo aconsejen las circunstancias. Por el momento estamos cuidando mucho la higiene de los espacios de trabajo. Y los muchachos lo han interiorizado muy bien.
«No hemos suspendido las clases, y esperemos que no sea necesario suspenderlas, estamos atentos a la evolución de la pandemia y su impacto en Cuba. Algo sí tenemos claro: nuestra mayor responsabilidad es con la salud de nuestros estudiantes».

—¿Cómo valora la actitud de los alumnos y los trabajadores de la Escuela ante estas circunstancias?

—Está siendo difícil adecuarse, pero la actitud ha sido muy positiva. Hemos tenido que hacer horarios nuevos, preparar exámenes, programar montajes y ensayos… Nuestros profesores se han volcado de a lleno, porque es importante subir el ánimo de los alumnos.

«Aquí hay mucho talento, mucho talento artístico y humano. Hay muchos niños con deseos de hacer, de trabajar, de crecer como bailarines.

«Yo, que tengo problemas de salud, no dejo de venir. Porque lo necesito. Yo digo que me jubilo ya y todo el mundo me pregunta que desde cuándo lo estoy diciendo. Yo creo que ya tengo que hacerlo. Pero me jubilo, no me retiro. Yo tuve el privilegio de que el maestro Fernando Alonso me encargara la dirección de la Escuela Nacional de Ballet en 1967. Yo era muy joven, tenía dudas, pero me propuse estar a la altura de esa muestra de confianza.

«Esta es una situación compleja, pero estoy convencida de que saldremos adelante, de que nos abriremos camino. Un día los teatros se abrirán de nuevo y los muchachos que estamos formando brillarán sobre los escenarios. Esa es mi inspiración para seguir mientras la vida me lo permita».   

 

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