¿Qué le pasa a este Madrid?

La pregunta es recurrente en los últimos días, y no tiene una respuesta única. Desde hace meses, el plantel merengue no juega bien. Ganó la Liga pasada a base de contundencia defensiva y espíritu de lucha, pero fútbol, lo que se dice fútbol, enseñó muy poco.

Se pierde en la memoria la última vez que esta segunda versión de Zidane logró una goleada, aunque sea ante un equipo menor. La falta de contundencia es uno de sus mayores problemas, y existe desde la marcha de Cristiano Ronaldo, porque Karim Benzema no es un delantero goleador, aunque se haya echado el equipo al hombro el pasado torneo.

La contratación de Luka Jovic ha sido un auténtico fracaso, la de Eden Hazard todavía no acaba de traducirse en lo que se esperaba de ella, y Vinicius parece que nunca resolverá su problema de falta de puntería y de claridad para dar el último pase.

Así las cosas, se entiende que las victorias de los blancos sean casi todas por 1-0, y gracias a que la defensa casi siempre actúa de manera impecable, salvo cuando no ha estado Sergio Ramos en cancha.

Como mismo ocurrió hace unos meses, el subidón por la victoria contra el Barcelona no sirvió de mucho, pues en el siguiente partido el año pasado perdieron, y en este empataron a última hora. Evidentemente, los éxitos recientes contra su acérrimo rival obedecieron más a carencias de los blaugranas que a méritos de los de Concha Espina.

Tampoco se ven con ideas claras en sus momentos de ataque, y a menudo abusan de los centros al área. No obstante, Benzema gusta mucho de salir a combinar con sus compañeros y entonces, ¿quién está en área para rematar esos balones? Se pide a gritos el regreso de la mejor versión de Hazard, pero a este paso, será otra temporada agónica, porque con esto no da para mucho más.

En los choques contra el Cádiz y el Shaktar Donetsk las cosas fueron peor, pues además de lo anterior, se sumó una apatía que parecía desterrada de este plantel después del confinamiento. Afortunadamente para ellos, la actitud fue diferente en el Superclásico y en el empate con el Borussia Moenchengladbach, pero no es suficiente para aspirar a grandes cosas.

Mirando con luz larga, tampoco es un ambiente muy propicio para si se concreta el gran sueño de los madridistas: Kylian Mbappé, pues el francés llegaría con los apremios de ser el salvador, y eso no le ha sentado bien a muchos a lo largo de la historia merengue.

Zidane ha logrado que se recupere la garra, pero ahora le toca al fútbol.