A propósito de los 97.76 de Johannes Vetter. Pulsando la jabalina

El mundo deportivo se esfuerza por no detenerse, pese a la omnipresencia del Coronavirus.

Eso sí, los protocolos de seguridad en los diversos escenarios se han extremado, los calendarios competitivos a nivel global se han comprimido, y se han hecho por parte de disímiles entidades y Federaciones, múltiples subterfugios para mantener en la cuerda de la forma deportiva a los deportistas, fundamentalmente aquellos que pudieran estar involucrados con la clasificación olímpica y, una vez allí con un posible rendimiento que le aporte brillo a la competición que aún se mantiene con fecha de celebración para el verano próximo en Tokio.

Acá en Cuba, la estrategia de la máxima dirección del Inder ha sido establecer bases de entrenamiento para las disciplinas estratégicas en distintas provincias, con cuarteles generales en Camagüey, Sancti Spíritus y Ciego de Ávila, fundamentalmente.

Así, hace unos días atestiguamos como el alemán Johannes Vetter consiguió el segundo mejor registro de todos los tiempos en el lanzamiento de la jabalina (97.76 metros), manteniendo su sólida candidatura al cetro olímpico en dicha especialidad.

Una prueba en la que, por cierto, Cuba anda sumida en el sueño de la añoranza. Una por esos años felices en los que Olisleidys Menéndez (71.70 y segundo registro del top histórico); y Guillermo Martínez (87.20-puesto 53 del escalafón de todos los tiempos), campeaban por su respeto y se codeaban de tú por tú con la élite, respectivamente.

Hablamos una titular y medallista de bronce en citas bajo los cinco aros, a razón de 71.53 metros dorados en Atenas 2004; y 66.18 que la catapultaron cuatro años antes a la palestra en Sydney 2000, por ese orden.

Doble reina del planeta además en Edmonton 2001 y Helsinki 2005, la fornida jabalinista natural del municipio matancero de Martí, fue igualmente doble reina del orbe entre juveniles y doble as de Juegos panamericanos, como parte de un palmarés que incluyó otros momentos de gloria.

Por su parte, Guillermo, a pesar de no sonreírle el podio olímpico, fue un jabalinista constante. Doble medallista universal en Berlín 2009 y Daegu 2011, el Guille además se impuso en dos citas multideportivas continentales, de las cuales atestigüé personalmente sus 87.20 dorados de Guadalajara 2011, registro que por demás constituyó récord Panamericano.

Una combinación de fuerza y explosividad matizaban su técnica de ejecución, con el aderezo de realizar un mortal cuando de algún rendimiento en Do mayor se trataba. Imagen que todavía está fresca en mi memoria.

De vuelta a la presente temporada haremos una rápida radiografía al panorama de la jabalina en uno y otro sexo:

Femenino:

Comenzamos con la idea de que Cuba precisamente desde el ciclo que culminó con la cita estival de Londres 2012 no ha logrado volver a colocar a un exponente en la élite de la jabalina en la categoría de mayores.

Y hago esta precisión porque en la actual temporada, por ejemplo, el binomio de Melissa Hernández (16 de marzo del 2001), y Yicelena Ballar (12 de enero del 2003) se hallan en respectivos escaños dos y cuatro del ranking universal sub-20, con disparos de 58.02y 57.46 que hacen pensar en un futuro promisorio de cara al próximo ciclo, y por los que además se ganaron el derecho de estar en la armada de 33 efectivos del campo y pista que se halla preparándose en este minuto en territorio agramontino.

En ese sentido, el último referente de relieve que poseemos entre chicas, data del 2015, cuando el 2 de agosto Yulenmis Aguilar envió su dardo hasta los 63.86 metros, que hasta nuestros días constituye la primacía absoluta para juveniles.

Sin embargo, nuestras dos prometedoras noveles distan de una realidad competitiva de este 2020 abrupto, y que presenta como cinco agraciadas a:

1. Huihui Lyu (CHN-67.61 metros).
2. Tatsiana Khaladovich (BLR-67.17).
3. Shiying Liu (CHN-66.14)
4. Maria Andrejczyk (POL-65.70).
5. Barbora Spotaková (CZE-65.19).

Pudiéramos pensar en un resurgir de la modalidad de los brazos de esas dos chicas, uno que nos permita soñar con rendimientos a la altura de Olisdeylis Menéndez (2da-71.70), Sonia Bisset (14-67.67), y Xiomara Rivero (38-65.29), nuestras tres mejores posicionadas en el escalafón de todos los tiempos que regentea precisamente la Spotaková (72.28).

Masculino:

El panorama es mucho menos alentador en el sector varonil. Ninguno de los preseleccionados en la actualidad supera la cifra de los 80 metros con regularidad, una marca que incluso está una decena de metros por debajo de lo que pueden lanzar los mejores hombres de la élite.

A tal punto que Osmani Laffita, el que mejor lo ha hecho en este 2020, solo ha llegado hasta los 75.60 para un discretísimo lugar 80 de la campaña.

El listado del planeta muestra que detrás de los galácticos 97.76 del germano Vetter se colocan:

1. Neeraj Chopra (IND-87.86).
2. Marcin Krakowski (POL-87.07).
3. Kim Amb (SWE-86.49).
4. Aliaksei Katkavets (BLR-86.05).

Acá también la Mayor de las Antillas ha contado con hombres de prestigio. A Guillermo (53-87.20 metros), se suman Emeterio González (57-87.12), Martín Álvarez (122-84.74), e Isbel Luaces (165-83.63).

En el caso de los dos primeros con marcas que, de emularlas, pudieran estar coqueteando con posiciones cimeras en competiciones de mayor rigor.

Sin embargo, con excepción del nigeriano Julius Yego (5to-92.72), la hegemonía varonil descansa en exponentes europeos, con el checo Jan Zelezny (98.48) a la cabeza, escoltado por Vetter, el también teutón Thomas Rohler (3ro-93.90), y el finés Aki Porviainen (4to-93.09).

Esa es la realidad actual de la jabalina cubana, una que transita entre la nostalgia y el trabajo arduo para lograr reposicionarnos en planos estelares.