Malpaso en el Gran Teatro de La Habana

Este camino comenzó hace casi una década y lo que fue un proyecto prometedor es hoy una de las más reconocidas compañías de la danza cubana. Malpaso, asociada al célebre The Joyce Theatre de Nueva York, se ha presentado en varias ciudades de los Estados Unidos, con amplia repercusión en el público, los medios y la crítica. Y es tradición realizar cada año temporadas en Cuba.

Ahora llega al Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso, el principal escenario del ballet y la danza toda en el país, con un espectáculo de altísimo vuelo, solo una muestra de un repertorio en el que confluyen grandes nombres de la coreografía internacional. Ya hay buenas noticias en ese sentido, pero esa será otra historia.

Para iniciar las jornadas de celebración por el octavo aniversario de la compañía se ha escogido Tabula rasa, una obra de un peso pesado de la danza contemporánea: el israelí Ohad Naharin, quien la montó hace un tiempo personalmente con los bailarines de la agrupación.

Lo mismo hicieron la coreógrafa estadounidense Robyn Mineko Williams y la canadiense Aszure Barton. De la primera, subirá a escena una de las obras más recientes en el repertorio, Elemental. De la segunda, una creación que ha sido muy bien recibida por el público: Vals indomable.

Los bailarines de Malpaso están entre los mejores egresados de las escuelas de arte en Cuba: defienden las obras que bailan con una calidad técnica e intepretativa reconocida por los más exigentes críticos de las más prominentes publicaciones especializadas.

Esta temporada en la sala García Lorca permitirá apreciar a nuevos integrantes de la agrupación, que se suman a bailarines de más trayectoria. Malpaso tiene mucho que celebrar. Y la mejor manera de hacerlo es reencontrase con un público que ha seguido desde el principio sus presentaciones. Ojalá se sumen nuevos espectadores, la propuesta lo amerita.