Maestras y mensajeras, de las aulas a la cuarentena en Cárdenas

Maestras y mensajeras, de las aulas a la cuarentena en Cárdenas
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Fecha de publicación: 
27 Septiembre 2020
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Extraño a mis alumnos pero seguramente al volver al aula me contarán sus anécdotas y les hablaré de lo que hice para ayudar durante esta pandemia, expresó la maestra María de la Caridad García López, hoy mensajera de una zona en cuarentena ubicada en esta ciudad.

La mujer, junto a otros integrantes de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) lleva alimentos, medicinas y otros insumos básicos a los residentes de la calle Calzada entre Amistad y Neptuno, área con acceso restringido desde hace más de 20 días tras detectarse cuatro casos positivos a la COVID-19.

Llevo 20 años dedicada al magisterio, nunca hice otra cosa, este es un cambio difícil pero lo enfrento con mente positiva y total disposición como caracteriza a los maestros cubanos, declaró a la ACN la también jefa de grado de la escuela secundaria básica Esteban Hernández.

La familia siempre me aconseja que me cuide, con mi hijo de 14 años mantengo una relación muy especial, su papá me apoya encargándose de cuidarlo, mientras yo cumplo con esta tarea de la Revolución él se prepara como estudiante desde casa mediante las teleclases, señaló la mujer de 44 años de edad.

A decir de la joven Dalmis Lugones Pedroso, quien también presta servicio de mensajería en la misma área en cuarentena ubicada en el consejo popular Versalles, ayudar a los vecinos a mantener el confinamiento es una tarea fundamental a pesar del riesgo epidemiológico.

Aquí nos protegemos con nasobucos, guantes y caretas, lavándonos las manos constantemente, y mantenemos el distanciamiento físico, el equipo es espectacular, trabajamos juntos y somos como familia, estaremos en este lugar mientras haga falta, aseguró la profesora del centro politécnico José Joaquín Valdés.

Esto es algo nuevo para mí, nunca había hecho algo similar, pero me siento contenta de ayudar a los vecinos, les llevamos los alimentos, productos de la canasta familiar normada, los medicamentos de la farmacia, para que permanezcan seguros en sus casas, detalló Dalmis.

Lo más difícil de afrontar es tratar a los pacientes con padecimientos psiquiátricos, porque pueden ser muy impulsivos, pero hacemos todo lo posible para ayudarlos a satisfacer sus necesidades básicas, enfatizó.

Tengo una hija de 13 años de edad que padece una cardiopatía congénita y una afección pulmonar, ella se cuida mucho, cuando llego a casa por la tarde enseguida me manda a bañar, mi mamá también se preocupa pero me aconseja no dejar de ir a la cuadra en cuarentena porque allí me necesitan, relató.

A mi niña le diagnosticaron una cardiopatía congénita al nacer, cuando cumplió cinco años la operaron gratuitamente y desde entonces le dan seguimiento médico una vez al año con una atención de excelencia, yo estoy muy agradecida a la Revolución y me siento comprometida hasta el final, por eso estoy aquí, aseveró Lugones Pedroso.

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