Las niñas, las TICs y la brecha que vamos cerrando en Cuba
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En el año 2010, la Unión Internacional de Comunicaciones (UIT), vinculada a la ONU, decidió celebrar cada año, el cuarto jueves de abril, "el Día Internacional de las Niñas en las Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación", según la web de ONU Mujeres, "para alentar a las niñas y mujeres jóvenes a considerar la posibilidad de orientar sus estudios y profesiones al campo de las carreras tecnológicas".
Se trata de una estrategia enfocada a "reducir la brecha entre hombres y mujeres y contribuir al empoderamiento y a la igualdad de género", explica el propio artículo, donde se ofrecen datos que aseguran que las mujeres hacen apenas entre el 27 y el 28 por ciento de las personas matriculadas en áreas educativas relacionadas con las TICs.
Cuba no está exenta de esta problemática. Según datos divulgados en 2018, el porciento de mujeres que cursaban carreras como Ciencias de la Computación, Ingeniería Informática, Ingeniería en Ciencias Informáticas, Ingeniería en Telecomunicaciones e Ingeniería Automática, no superaba, en ninguno de los casos, el 40 por ciento.
Sin embargo, cada vez más mujeres ocupan cargos de dirección en las principales empresas vinculadas con las TICs en el país. Una de ellas es ETECSA, la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba, la cual no solo se propone ir acortando la brecha hacia lo interno, sino que apuesta por la motivación y formación de las niñas para que se acerquen a estos perfiles. Para corroborarlo, nos fuimos al Palacio Central de Pioneros.
De los dos círculos de interés que ETECSA auspicia en el Palacio, el primero es sobre redes de telecomunicaciones, es probablemente el más técnico y, sorpresa: de los cinco estudiantes de octavo grado que participan, cuatro son niñas, listísimas todas, por cierto, para ponerse los accesorios y manipular la maqueta de la red de telefonía fija que la empresa les ha facilitado.
Otro detalle interesante es que una de ellas tiene muy claro que quiere optar por el técnico medio en Telecomunicaciones. Su nombre es Alejandra Roque Álvarez y, al igual que el resto de los pioneros, llega cada jueves al Palacio desde la escuela Enrique Galarraga, del municipio Habana Vieja.
En el otro círculo de interés, más enfocado a los servicios de telecomunicaciones, la cosa es al revés: cinco niños y solo una niña, Dalena Gil Collado, la cual también tiene claro que quiere optar por el técnico medio en Telecomunicaciones. Sus compañeros, Michael Castillo Gómez, Sergio Leandro Castillo Pérez, Erick Anthony Reyes Herrera y Aaron Manuel Vila Hernández, no tienen ningún problema en trabajar como ejecutivos comerciales en oficinas de ETECSA, aunque sea un puesto que habitualmente ocupan mujeres.
Claribel Arevich Manso, directora del área de Comunicaciones, nos explicó que en las captaciones no tienen en cuenta el sexo de los estudiantes y se trabaja por igual, con niños y niñas en todos los roles que involucren las especialidades de cada círculo de interés.
La profe comentó que en estos momentos, debido a las medidas sanitarias por la COVID-19, tienen cinco integrantes en cada círculo de interés, pero la matrícula habitual era 10. Para que más pioneros y pioneras tengan la posibilidad de acercarse a esta área del Palacio, han organizado tres cursos más cortos en lo que solía ser solo uno. Actualmente, cada uno de esos cursos incorpora a 350 niños y niñas de diferentes escuelas y municipios de la capital.
Para esta educadora, lo más importante es que "se conviertan en multiplicadores de todo lo que aprendan acá en la escuela, en la casa, en la comunidad. Hay algo muy importante que también se trata en las especialidades, y es el amor hacia las profesiones y los oficios. En este caso, por ejemplo, ellos dan el tema de los reparadores, la importancia que tienen; la calidad de los servicios... Siempre reciben la información más actualizada posible y, aunque la intención es motivarlos hacia carreras afines, si no las eligen, están en condiciones de multiplicar lo que aprenden entre otras niñas y niños".
Además de los dos espacios que tienen con ETECSA, el área cuenta con círculos de interés de informática, radiocomunicaciones, correos de Cuba, y un proyecto con los Joven Club de Computación. En todos participan niñas y niños, pero la mayoría, de manera general, son niñas.
Y las profes también son muchachas
Casi niñas, las instructoras veinteañeras no solo comparten el entusiasmo propio por las Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación (TICs) y transmiten saberes incorporados en años de estudio (Adriana Enamorado Hallas, graduada de técnico medio en Telecomunicaciones, y Melissa Díaz Paz, en Informática). Además, llegan con el impulso del ejemplo vivo que son ellas mismas de muchachas que andan como pez en el agua en el mundo de las nuevas tecnologías.
Adriana y Melissa no son la excepción, sino la regla en esta área del Palacio Central de Pioneros, pues allí hay un colectivo de mujeres orgullosamente conectadas con las nuevas tecnologías y sus usos, sin límites ni prejuicios: lo mismo muestran buenas prácticas en la atención al cliente en una oficina comercial que cómo subirse a un poste en el polígono que también ETECSA ayudó a diseñar.
Y Claribel hace un aparte para reconocer el apoyo de ETECSA, que "realmente tiene muy bien definido un sistema de chequeo aquí. Los instructores son atendidos directamente por el Centro de Capacitación de ETECSA. Además, la empresa tiene a su cargo el suministro y actualización de la base material de estudio. Por ejemplo, nosotros tenemos en estos momentos incluso la Wifi, que nos la garantiza ETECSA".
En-red-adas
Aunque no tengan en mente estudiar carreras afines a las telecomunicaciones, el resto de las niñas del taller de redes tiene muy claro que tampoco estarán al margen de las tecnologías:
"Yo quiero estudiar Bioquímica. Son muy necesarias las tecnologías de la comunicación para poder intercambiar con colegas de otros países, compartir información de las investigaciones, además de que los mismos equipos tienen cada día tecnologías más avanzadas, incluso con conexiones", explica Claudia O'Farrill Muñoz.
Entre tanto, Alexa Lorenzo Vila aspira a trabajar como guía turística y está convencida de que en ese campo "las redes lo son todo". Argumenta su utilidad en la necesidad de comunicarse con "turistas, otros guías, choferes, agencias, y también a la hora de trabajar en oficina con datos de la empresa".
Para sentirse más seguras en el ámbito digital también las preparan estos círculos de interés. Aunque no sea el elemento fundamental del programa, las instructoras aprovechan las propias inquietudes o experiencias que cuentan las estudiantes para alertarlas y enseñarlas a mantenerse a salvo, especialmente en el contexto de las redes sociales, de cualquier tipo de acoso, y también de hackers, robo de identidad, virus informáticos, entre otros riesgos.
Por ser varón, Dayán García Pérez no se siente fuera de grupo. Él se inclina por la carrera de Informática, pero su intención es iniciarla en el nivel superior, después de terminar el preuniversitario.
Estas niñas y niños van creciendo con una nueva concepción, menos sexista y más justa de relacionarse con las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones, con más acceso y mayor seguridad.
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