La Covid-19 no es a suerte y verdad
Acabo de hablar por teléfono con una amiga que regresaba de la calle. Había ido a ver si encontraba habichuelas para su ensalada.
Su motivo para salir de casa no había sido la búsqueda de un medicamento imprescindible o porque su refrigerador estaba totalmente vacío. ¡Ella quería complementar su ensalada con habichuelas!
Cuando le comenté que su salida me parecía un riesgo innecesario, una desconsideración con mucha gente y también una indisciplina, se rio divertidísima del otro lado de la línea.
Me dijo que era una exagerada, y más se rio cuando le insistí en que lavara la ropa con que había salido, que limpiara con una solución de cloro la suela de sus zapatos y que se bañara de inmediato.
«Eso es a suerte y verdad, mi amiga. Al que le tocó, le tocó».
Esa fue su respuesta. Causa dolor saber de personas tan irresponsables, tan desinformadas. ¿Será que en realidad no sabe, o subestima el riesgo?
Uno de los tantos mensajes que por estos días inundan las redes, apunta: «Dentro de tres semanas será mejor sentirnos ridículos por haber exagerado, que sentirnos estúpidos por no haber actuado».
Mi amiga convive con sus padres ancianos y con un hijo adolescente. Que no me diga luego cuánto los quiere, porque la mejor forma de querer en estos momentos es protegerse para proteger.
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Yanideth Campbell Medina
Juan CARLOS LUGO Llanes
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