Equipo unificado: ¿acierto o fracaso?

Las expectativas creadas en la afición cubana sobre la actuación de nuestra selección en las eliminatorias de la CONCACAF rumbo al Mundial de Qatar 2022 tras la convocatoria de varios futbolistas que juegan en ligas foráneas quizás no se cumplieron en algún caso, pero hay que analizar con más profundidad para saber si esto fue un acierto o un fracaso.

En primer lugar, era una verdadera quimera pensar que los nuestros podrían de golpe y porrazo desbancar a selecciones mucho más hechas en la región.

De todas maneras, la imagen dejada contra Guatemala y Curazao fue inmensamente superior a la apreciada en torneos anteriores, cuando las salidas del plantel se contaban por goleadas.

Los llamados a futbolistas como Onel Hernández y Carlos Vázquez fue todo un acierto, porque ambos fueron de lo mejor mostrado en el estadio Doroteo Guamuch Flores.

Si había alguna duda sobre el compromiso de estos jugadores creo que ya no existe ninguna, y tampoco de la acogida del resto, sabedora de que con ellos en cancha aumentan notablemente sus opciones de victoria. No descarto que en el futuro exista algún roce en esa terna jugador-entrenador-directivo (pasa en todos los países), pero espero que en ningún caso se bote el sofá. Como sucede en cualquier geografía, quien estorba es apartado, y aquí no puede temblar la mano, pero viendo siempre el asunto de manera particular.

Los resultados en verdad no eran los soñados, pero es prácticamente imposible lograrlos cuando muchos se reúnen por primera vez, e incluso la base del conjunto no celebraba encuentros internacionales desde hacía más de un año.

El cuerpo técnico antillano es probablemente el mejor que podemos conformar, pero para dar el paso que queremos se necesita levantar considerablemente este aspecto. Claro, contratar a un técnico importante no está al alcance de nuestra economía, pero no es una idea para descartar, y se deben agotar todas las variantes posibles para al menos obtener asesoría temporal.

Aunque ya no podemos aspirar a la Copa del Mundo, probablemente los primeros frutos los recojamos dentro de unos meses en los choques con el resto de las escuadras de nuestra llave, de menos nivel que las enfrentadas ahora.

De fracaso nada, independientemente de los resultados. La afición lo pedía a gritos, y el respaldo desde las casas y las redes sociales demostraron que se va por el buen camino.

El balonmano recogió frutos más temprano porque tuvo una convocatoria más amplia, y lo mismo debe llegar cuando lo imite y el fútbol y el voleibol, por mencionar solamente a dos de las disciplinas que han dado este valiente paso.

La ruta está marcada, nada debe hacernos retroceder.