En nuestro único ejército, el de batas blancas, la esencia humanista del Che

En nuestro único ejército, el de batas blancas, la esencia humanista del Che
Fecha de publicación: 
21 Septiembre 2020
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El mes de Junio marcaría un momento de gran complejidad. La pandemia de la Covid19 azotaba Venezuela – como a toda la región-  y se vivía con preocupación la más alta tasa de infestados por el Sarvs Cov 2 hasta el momento, con mayores niveles de complicación en estados como Zulia, donde la insuficiencia respiratoria era una problemática a nivel institucional y comunitaria. 

En este contexto se crean más de una decena de brigadas de profesionales cubanos de la salud que se incorporarían a la labor en la Zona Roja, con la prioridad en atender a los pacientes en estado grave o crítico, los más necesitados a nivel nacional y contribuir a detener, con el trabajo conjunto con el resto de los integrantes de la Brigada Médica Cubana en ese país y los colegas venezolanos, la propagación de la pandemia.  

La cuarta Brigada Ernesto Che Guevara, representada por 51 profesionales de la salud con experiencia y del perfil de Terapia intensiva, licenciados en enfermería,  laboratorio,  imagenologia e ingenieros en Electromedicina, llegaría entonces al estado Zulia, para contribuir a extender la atención además, a todos los pacientes con insuficiencia respiratoria aguda y una alta carga viral. Al frente de ellos, un joven de 34 años, formado como especialista en Medicina Intensiva y Emergencia en el municipio granmense de Manzanillo: el doctor Arián Jesús Cuba Naranjo, con el que dialogamos vía WhatsApp para conocer detalles del impacto de la labor realizada hasta hoy. 

¿Cómo valora la labor realizada por la brigada desde su surgimiento?

“Ha sido una labor llena de grandes esfuerzos y de riesgo, con un solo bien común: lograr que los pacientes necesitados de atención medica, no importa el nivel de gravedad ni de afección pulmonar y sistémica, retornen junto a sus familiares, juntos a sus hijos y se reincorporen a su vida social. Siempre se sufre porque se trata de una  mortal epidemia, pero con esfuerzo, con entrega, hemos logrado un gran número de altas médicas: en los primeros 60 días de trabajo se atendieron un total de 50 pacientes en estado crítico y las altas médicas superaron el 50%, siendo las únicas altas médicas realizadas de pacientes con Covid19 en el hospital de Maracaibo; también en nuestra sala ha sido la única en la que se ha efectuado el destete de pacientes ventilados y han sido dados de alta satisfactoriamente. Eso ha siendo reconocido y hemos recibido el agradecimiento de los familiares y del personal médico de la institución que nos acompaña en esta labor, esfuerzo que ha inculcado en la población necesitada gran confianza en nuestra brigada, y en varios escenarios han manifestado el deseo que sus familiares sean atendidos por nosotros en la institución, criterio que nos llena de orgullo y de fuerza para seguir salvando vidas”.

¿Qué representa para nuestros profesionales un tipo de misión como esta, ahí en la primera línea frente a una pandemia?

“Estar en esta misión y en la labor que actualmente realizamos, ha aportado mucho en el orden profesional. Hemos tenido la oportunidad de elaborar y tratar a pacientes en el más alto pico de gravedad por el virus SARS Cov 2, alcanzándose una preparación elevada en el ámbito de la terapia intensiva, en donde las afecciones provocadas por el virus son totalmente nuevas en relación a  cualquier etapa fisiopatológica, clínica, radiológica y analítica conocidas en otras afecciones, siendo un verdadero reto profesional que demanda una constante preparación. Hemos aportado también nuestros conocimientos en base a la experiencia alcanzada y se han modificado pensamientos en el orden ventilatorio y entre otras esferas terapéuticas”.

¿Cómo están hoy nuestros colaboradores?

“Hemos estado trabajando arduamente y el personal asistencial se ha mantenido unido y con gran espíritu, son muy profesionales. Hemos tenidos momentos de gran entrega y de esfuerzo, horas de máxima dedicación, pero con una sola fuente de energía: el afán por preservarle la vida a esa persona necesitada cuyo bienestar depende de nosotros. Por supuesto que hay momentos difíciles pero hemos estado anímicamente bien, con deseos de continuar esta labor y con el alma revolucionaria que nos une seguiremos prestando atención médica en lugares necesitados.

¿Un mensaje final?

Bueno, en primer lugar agradecer a la dirección médica de la misión por permitirme integrar la brigada y que esto forme parte de mi preparación profesional y como ser humano. Es un honor y un orgullo representar a mi país, a mi Revolución y a mi profesión en esta etapa difícil que está atravesando la humanidad; también a mi familia y en especial a mis padres, agradecerles eternamente por hacer de su hijo un doctor y ayudarme a pertenecer al gran y único ejercito de batas blancas, ese que como el nombre de nuestra brigada lo indica, lleva en su esencia el humanismo inculcado por hombres grandes como el Che. 

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