El saldo feliz de una Bienal

“Hay que alegrarse mucho porque el público que llenó esas exposiciones estaba muy feliz, de verdad; como se disfruta con el arte contemporáneo”, expresó el viceministro de Cultura Fernando Rojas, cuando al cierre de la reunión resumen de la 14 Bienal de La Habana se refirió al millón y medio de personas que en ocho provincias del país participaron del evento durante los seis meses que abarcó su cronograma.

Los muy escasos recursos con que contaron los organizadores de la cita y el medio millar de artistas cubanos para materializar las 58 exposiciones del programa oficial y las más de cien muestras paralelas, también fue destacado por el funcionario al valorar el éxito de la Bienal, pese al bloqueo yanqui y otras agresiones. “El boicot no solo fue derrotado, sino también olvidado”, afirmó.

Por su parte la presidenta del Consejo Nacional de las Artes Plásticas, Norma Rodríguez Derivet, subrayó que los 171 artistas de más de 60 países que se involucraron lo hicieron asumiendo totalmente sus gastos, lo cual denota la importancia que le dan a este espacio.

Asimismo, se refirió a la destacada participación de las Escuelas de Arte y al modo en que predominaron los jóvenes, no sólo entre los artistas y el público que asistió a las diferentes actividades, sino también entre los curadores, quienes fueron “el alma de estos proyectos”, dijo.

Al intervenir en el encuentro, Nelson Ramírez de Arellano, director de la 14 Bienal de La Habana, hizo énfasis en la calidad del evento teórico, cuyas conferencias virtuales han tenido hasta la fecha más de 32 mil 800 reproducciones en 82 naciones.

Señaló que esta edición apenas contó con la presencia de un público extranjero entendido en la materia debido a la paralización del turismo cultural en esa etapa.

“Nuestro discurso de que el arte solo es libre cuando tiene la posibilidad de existir y que la Bienal es un espacio para hablar todos los lenguajes se impuso con los hechos y eso es algo muy positivo para nosotros. Los hechos convencen más que cualquier otra cosa”, apuntó, para luego añadir que el gran valor que tuvo la cita fue el de ayudar a que el país iniciara con ella la recuperación de la vida social y cultural, muy deprimidas a causa de la pandemia.

“Nos quedamos con los deseos de poder hacer muchísimas más cosas que esperamos realizar en la 15 Bienal”, concluyó.