El misterioso artista Invader podría atacar en los Juegos Olímpicos de París
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Un mosaico del artista francés Invader, esquina superior derecha, en una calle de París el jueves 29 de febrero de 2024. Invader, uno de los artistas franceses más internacionales, ha pegado mosaicos en las paredes de la capital francesa, el mundo e incluso los ha llevado a la Estación Espacial Internacional. (Foto AP/Thibault Camus)Thibault Camus/AP
Este podría ser un nuevo deporte para los Juegos Olímpicos de París: ganar puntos encontrando mosaicos que un misterioso artista que se hace llamar Invader ha pegado con cemento en las paredes de la capital francesa, el mundo e incluso ha llevado a la Estación Espacial Internacional.
Vincent Giraud, uno de los fans parisinos del artista, ya es un jugador ávido. Descargó el adictivo juego para celulares “Flash Invaders” de Invader que otorga puntos a los usuarios que encuentran y fotografían sus coloridas y extravagantes piezas de arte pixelado.
Enganchado rápidamente, Giraud ya ha rastreado en tan sólo un año 1.565 piezas, acumulando tantos puntos que se ha disparado al top 1.000 de la tabla de clasificación, de más de 360.000 jugadores.
“En pocos meses encontré y mostré todos los que había en París”, dice Giraud, cuyo nombre de jugador es Vince-Vader. Encontrar mosaicos de invasores, buscarlos en paredes, aceras, puentes e incluso en lo alto de la Torre Eiffel, es “otra forma de descubrir la ciudad”.
Cuando los visitantes olímpicos acudan en masa a París para los Juegos del 26 de julio al 11 de agosto, se aglomerarán en la cancha del artista francés urbano contemporáneo más internacional, invasivo y misterioso. Será una invasión que se encontrará cara a cara con otra.
Al igual que Banksy, el artista callejero británico con el que a veces se le compara, Invader es escurridizo, ferozmente protector de su anonimato y opera en los márgenes de la ilegalidad. Llega, pega y desaparece en la noche, dejando atrás sus característicos mosaicos pixelados hechos en su mayoría con pequeñas piezas de cerámica y vidrio.
La mayoría se parecen a los alienígenas del videojuego clásico Space Invaders. Otros son maravillosamente elaborados, como bodegones de frutas o, en Nueva York, retratos de Lou Reed y Andy Warhol. Algunos hacen referencia a la cultura pop: Spiderman, Star Wars, Bugs Bunny, Tortugas Ninja, pizzas y similares. Algunos insinúan una investigación profunda, incluido un retrato del guitarrista Django Reinhardt frente a la casa donde vivía, al sur de París, en Samois-sur-Seine.
Desde que en 1998 se colocó en una calle de París el primer mosaico catalogado de un Space Invader azul, numerado PA_01, Invader ha colonizado el mundo. En la actualidad hay más de 4.000 de sus mosaicos en ciudades y pueblos de todos los continentes, excepto en la Antártida.
Londres, Tokio, Los Ángeles y otras ciudades fueron invadidas en 1999; Nueva York, Ginebra y otros países en 2000; Hong Kong en 2001; Berlín, Bangkok, Melbourne. Y así sucesivamente.
El mosaico número 4.000 se pegó a una pared de ladrillo en Potosí, a 4.000 metros (13.100 pies) de altura en los Andes bolivianos, en 2021. La Agencia Espacial Europea instaló el mosaico Space2 de Invader a bordo de la Estación Espacial Internacional en 2015.
”‘En cualquier momento, en cualquier lugar’ es la filosofía”, dice en su sitio web.
En París, por mucho su lugar más invadido, la huella del artista es más grande que nunca a medida que se acercan los Juegos Olímpicos.
Una nueva exposición en un edificio de varios pisos en desuso tiene una de sus pixelaciones pintada en su techo, visible vía satélite en Google Maps. Con un telescopio, los visitantes de la muestra también pueden mirar a través de los tejados grises de París, el último hito de Invader, su mosaico número 1.500 en la ciudad anfitriona de los Juegos Olímpicos y sus suburbios.
PA_1500 fue develado en febrero en una chimenea exterior del Centro Pompidou, el museo de arte contemporáneo más importante de París. A diferencia de la mayor parte de sus obras, que instala al estilo guerrillero sin preguntar, Invader buscó y obtuvo el permiso del museo para pegar el alienígena rojo y blanco tipo Space Invader en un lugar con vistas a la ciudad.
“Es un símbolo. Es el número 1.500. Es París”, dijo Alexandre Aumis, director de seguridad del emblemático edificio. “Tiene que estar aquí”.
“Corro mucho en París, así que los veo en todas partes”, dijo.
Algunos de los que conocen a Invader dicen que esperan que dé más sorpresas para los Juegos Olímpicos, tal vez instalando nuevos mosaicos temáticos de los Juegos.
“La invasión son los 15 millones de personas que van a llegar a París para los Juegos Olímpicos. Es mucho. Obviamente, habrá fans de Invader entre ellos”, dijo Fabrice Bousteau, editor de la revista Beaux Arts Magazine, quien curó la más reciente exposición de Invader. “Así que habrá este encuentro entre dos culturas”.
“Sin duda, invadirá los Juegos de una manera diferente. Estoy casi seguro”.
Eso es emocionante para los jugadores de “Flash Invaders”.
Niasha Chassain ha rastreado poco más de 50 de los mosaicos en París y dice que a sus hijos les encanta ir a cazarlos.
“Es una gran celebración cuando encontramos uno”, dijo. “Te obliga a mirar hacia arriba, en la calle, a mirar un poco a tu alrededor, a pensar en darte la vuelta, a mirar en lugares que quizás no son tan atractivos y descubrir que todavía hay cosas que ver”.
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