El Club Antiglobalista: Soros, mentiras y Ciudades Estados futuristas

El Club Antiglobalista: Soros, mentiras y Ciudades Estados futuristas
Fecha de publicación: 
8 Junio 2021
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Imagen principal: 

Escena de la película Blade Runner

“Mientras peor está la situación, menos se necesita para que mejore y mayor es el potencial de ganancias”.

George Soros

Los sitios de Facts Cheking se presentan ante la opinión pública como árbitros de la verdad, caballeros blancos al servicio del mejor periodismo o figuras incólumes en lucha contra la mentira y la manipulación. Lo cierto es que, según publicó el portal argentino de investigación Kontrainfo.com, la totalidad de esos equipos de chequeo de internet están sujetos a una fuerte línea de financiamiento dirigida por el gran capital y sus organizaciones no gubernamentales (ONG) que actúan como gobiernos paralelos y conglomerados de poder. Así aconteció recientemente con el sitio de chequeo de datos de Facebook, activado durante esta pandemia, que se dedica a monitorear todo lo relacionado con las vacunas. Según devela Kontrainfo.com, en realidad dicho servicio se halla bajo contrato directo con la firma farmacéutica Johnson & Johnson, una de las principales dentro del mercado de la Covid 19.

Expuesto dicho vínculo, el portal de Facebook sobre Facts Cheking y vacunas intentó desmentir la denuncia, pero sin mucho éxito. En realidad quedó demostrado por qué, como muchos sospechaban, la red social elimina más contenidos que nunca a la vez que marca con una etiqueta cada uno de los post que mencionan el medicamento para la prevención o la cura de la pandemia. Hay intereses corporativos detrás de la empresa de Zuckerberg, los cuales se enmascaran en un falso filantropismo y amor por la verdad. Pero otros elementos y cabos sueltos apuntan a objetivos aún peores y más profundos. ¿Será que como dijo el ex coronel de la inteligencia militar rusa Vladimir Kvachkov en 2020, la enfermedad es un plan para lograr varios objetivos globales? ¿Tendrá razón el también ex miembro de los servicios de Moscú y escritor de Best Seller, Daniel Estulin,  sobre que esta ingeniería persigue desgravar las deudas y una reestructuración del sistema mundo del capital, a las puertas de un cambio civilizatorio? Más allá de teorías de la conspiración o quizás no tan conspiratorias, el portal Kontrainfo.com tiene éxito develando el entramado de financiamientos que hay detrás del control social y, sobre todo, del periodismo y de quiénes hacen o determinan lo que se conoce como verdad pública. En una nota bien extensa, se repiten los nombres de las mismas fundaciones detrás de cada uno de los sitios de chequeo de datos en internet: Open Society, NED, Fundación Ford y Rockefeller, Bill y Melinda Gates, el gobierno británico y la realeza, etc. Pareciera que existe una obsesión por dictaminar las líneas de censura, la corrección política, mediante el uso de determinadas inquisiciones que de neutrales y al servicio de la humanidad tienen bien poco.

La canonización de George Soros

Ahora bien, si los poderes fácticos controlan el 99 por ciento de los medios mundiales, ¿para qué crean una red de cacería de brujas que vigile lo que la gente piense o publique? Es que las redes, sin bien sirven para impulsar revoluciones de colores y mecanismos de control social bien precisos y efectivos, tienen el efecto colateral de que, al menos en teoría y de forma plausible, un usuario  exponga un mensaje alternativo que se torne viral y se salga de control, poniendo en riesgo a los amos del mundo. De ahí que se implementen estos grupos de supuesta investigación independiente, los chequeadores de datos, que como denuncia Kontrainfo.com, etiquetan una nota como “dudosa” o “falsa” sin mostrar pruebas, sin contravenir con hechos dicha refutación, sino solo basándose en la defensa de determinados intereses.

Quizás por eso uno de los más defendidos por los sitios de Facts Cheking sea el mismísimo George Soros, llegándose al descaro de desmentir declaraciones hechas por el mismo magnate ante las cámaras de televisión, como por ejemplo sobre su papel como delator de la comunidad hebrea en Hungría durante la ocupación nazi. El interés por blanquear a Soros va de la mano con el hecho de que la mayoría de las líneas de trabajo mediáticas de Occidente hoy tienen que ver con llevar adelante una agenda común globalista, la del 2030, en la cual la transformación civilizatoria apunta a demoler elementos del viejo derecho y de la libertad de la persona de hacer y pensar. La Open Society, como fundación de fundaciones, monitorea la creación de esa emergente sociedad civil mundial uniformada, que presiona a los gobiernos en pro de cambios que aparentan defender derechos, pero que implementan ingenierías de poder.

Como bien dice el propio Daniel Estulin, la pandemia del coronavirus apunta a un derrumbe del sistema de abastecimiento global del comercio y hacia la regionalización de las rutas de intercambio. Dichos mecanismos requieren, como defiende este analista, una reducción drástica poblacional que traería en un corto periodo el fin de los Estados y la creación de Ciudades Estado, con otra configuración del poder político. Si tales son los planes, obvio que la censura, el manejo de la información y la cacería de disidentes son instrumentos que estarán a la orden del día. También porque, como asegura Estulin, Occidente necesita recursos y solo mediante los objetivos de la agenda 2030 podrá racionalizarlos, lo cual conlleva ingentes cambios globales. No se trata de Soros, ni de su persona, sino del proyecto político que existe detrás. De ahí la omnipresencia de Open Society en casi todos los programas ingenieriles y de control.

Como quiera que se vea, es evidente que gracias a la pandemia está cambiando la configuración de poderes sobre la Tierra y que la información y las redes están generando una ciudadanía global y digital, que se escapa de los Estados y que a la vez los determina. También se hacen evidentes los entramados financieros y cómo estos ponen y quitan líderes y posicionan determinados discursos. El virus está siendo un verdadero negocio, un arma y una inversión en el cambio de paradigma tecnológico. Baste mencionar que en la ciudad de Nueva York, bajo el pretexto del confinamiento, se ha automatizado casi todo el servicio de la policía, lo cual pudiera traducirse en inmensos despidos. Una muestra de lo que la Covid 19 ha hecho con el capital.

Los muchos Brexits y el fin del mundo como lo conocemos

Para poner en contexto el poder globalista sobre la información y lo que ello determina en materia política, baste señalar el apoyo de la revista The Economist a la salida de la provincia de Mendoza del Estado argentino. La publicación con sede en Londres y bajo financiación de la tricentenaria familia de magnates Rothschild, alienta el separatismo a través de un reportaje donde remarca que la pandemia es un momento clave para que el territorio alcance la independencia, causa esta última que habría estado subyacente desde los inicios mismos de la nación argentina y que estaría postergada.

En realidad, buena parte de las tierras fértiles y de los mejores viñedos con fama internacional de Mendoza son propiedad de los Rothschild. Ello ha generado vínculos también entre los ingleses y el partido local que aboga por el separatismo. La revista The Economist no tiene reparos en citar testimonios anónimos de supuestos habitantes de Mendoza, que quieren irse del control de Buenos Aires. Ninguna de estas narrativas, a pesar de no estar respaldadas en pruebas y que además atentan contra el derecho internacional, son refutadas por los sitios de chequeo.

El MendoExit como lo llama The Economist es el inicio quizás de tantas fragmentaciones impulsadas por la nueva agenda, que propugna el fin del Estado y de los países tal y como los conocemos, a la vez que la recolonización de las tierras del tercer mundo mediante campañas espurias de cuarta generación como la que se realiza contra Buenos Aires. Demás está decir que la máxima de que “quien paga manda”, sigue siendo igual de efectiva y que ninguno  de estos poderes fácticos que utilizan a sus marionetas dentro de las sociedades civiles abogan por principios honestos. La aniquilación de un Estado como el argentino ha de verse en paralelo con la aniquilación de la verdad en manos de los nuevos inquisidores. Ambos escenarios coexisten en un mismo momento histórico, tan oscuro como determinante.

 

Comentarios

La Covid19 es Made in USA.lo digo y lo repito y no es matraca mía. Jijijijij
Chavo61 @nauta.cu
Amigo Santiago,no esta, solo en esa afirmacion,somos muchos lo que creemos,que una vez mas el caracter genocida yanky,manipulo' una enfermedad para sus designios geopoliticos y en ello son mancuerna junto a los sionistas.
basilioman@gmail.com

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