EDITORIAL: Celebrar el trabajo

El valor principal en una sociedad es el trabajo. Es la garantía de la evolución de la especie. La base de la cultura universal. Por eso hay que celebrar el trabajo, por eso hay que resaltar siempre su rol en la formación del individuo, en la consolidación de las colectividades. La del 1ro. de Mayo tiene que ser la celebración mayor.

Así ha sido desde hace décadas en Cuba, desde que la Revolución triunfante estableció esa tradición hermosa de desfilar en la Plaza, en plazas de todo el país. Esa marcha, en la que han tomado parte millones de cubanos, ha sido la expresión del apoyo de un pueblo al sistema social que escogió. Es el referéndum por el que tanto claman ciertos sectores que adversan al socialismo. 

La pandemia de COVID-19 ha desaconsejado estas concentraciones, pero el Día de los Trabajadores no ha pasado inadvertido. El año pasado las celebraciones tuvieron lugar en hogares y en las redes sociales de internet. Este año se repite esa convocatoria. La Central de Trabajadores de Cuba (CTC) ha llamado a convertir cada casa en una plaza. Es una metáfora diáfana, poderosa. La construcción de un país mejor comienza precisamente en la familia. En la familia se inculca el respeto al trabajo, el compromiso con la labor cotidiana.

No habrá desfile, pero sí muestras de apoyo a la Revolución, desde dentro y fuera de Cuba. En tiempos difíciles como los que vive el país ahora, el trabajo es el asidero principal. El camino para preservar conquistas sociales y consolidar una sociedad mucho más próspera. Trabajar con sentido de la responsabilidad, siguiendo metas funcionales, atendiendo las capacidades y las potencialidades individuales y colectivas, es el imperativo para todos los cubanos.

El 1ro. de Mayo es la fecha simbólica, pero todos los días son el día de los trabajadores. Revolución es trabajar.