Destacan relevancia del Programa del Médico y la Enfermera de la Familia en sus 38 años de creado
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Foto: Minsap
El 4 de enero de 1984 en el Policlínico Lawton, perteneciente al capitalino municipio de 10 de Octubre, un grupo reducido de médicos y enfermeras comenzaron un nuevo modelo de atención dirigido a mejorar el estado de salud de la población, a partir de un enfoque clínico, epidemiológico y social.
Mediante la atención al individuo, la familia, la comunidad y el medio ambiente, y con la participación social, comunitaria e intersectorial nacía el Programa del Médico y la Enfermera de la Familia, un programa que bajo la conducción del Comandante en Jefe Fidel Castro se extendió por todo el país y hoy arribó a su aniversario 38 de creado.
Una representación de esos hombres y mujeres, quienes a lo largo de los años se han convertido en esencia del Sistema Nacional de Salud, fueron reconocidos este martes por Jorge Luis Broche Lorenzo, miembro del Secretariado del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, José Ángel Portal Miranda, ministro de Salud Pública, y Santiago Badía González, secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Salud.
La doctora María Elena Soto Entenza, jefa del Departamento de Atención Primaria de Salud (APS) del Ministerio de Salud Pública, señaló en un acto efectuado en el Centro de Convenciones de Cojímar que el Programa ha posibilitado una atención médica más eficaz, equitativa y eficiente.
Dijo que actualmente cuentan con 449 policlínicos y 11 mil 406 consultorios del médico y la enfermera de la familia, de ellos 11 mil 127 a nivel de las comunidades; un inmenso escenario asistencial y docente que tiene como eje la salud familiar, resaltó.
En los dos últimos años, agregó, se demostró la relevancia del Programa en el enfrentamiento a la COVID-19, donde sus profesionales fueron protagonistas de múltiples hazañas en las comunidades, los centros de aislamiento, los vacunatorios, en la atención a los convalecientes y desde el extranjero como parte de las brigadas Henry Reeve.
Soto Entenza también llamó a fortalecer la labor de los galenos y los profesionales de la enfermería y manifestó la absoluta seguridad de que seguirán contando con ellos en la hermosa batalla por la vida de nuestro pueblo.
Tras 38 años dedicados a asistir a la población del distrito urbano Antonio Maceo, en Santiago de Cuba, la doctora Elsa María Budegén de Dios afirmó que a un médico de la familia debe caracterizarlo la sensibilidad, la consagración y el sacrificio, además debe ser estable para conocer bien las enfermedades que aquejan a su población.
El cariño de su gente hizo que, con el paso del tiempo, ella se mantuviera en el mismo consultorio donde comenzó, y hoy son muchas las vivencias que atesora. Contó que sus pacientes la vieron llegar joven y ya son como familia, incluso asistió al nacimiento de un bebé cuya madre atendió desde pequeña, y eso la reconforta y la enorgullece.
Sobre lo complejo que resultó el 2021 para la APS y en especial para el Programa habló el doctor Fernando Vargas Ramos, director de Salud Pública del municipio La Habana Vieja, quien expresó que no han descansado con tal de ganarle la batalla a la COVID-19 desde todos los escenarios posibles.
Nuestro Ejército de Batas Blancas se ha crecido, al igual que lo ha hecho el país. Hoy tenemos la responsabilidad de poner en alto la medicina familiar en Cuba, reforzando las acciones de promoción y prevención de salud para lograr una mejor atención, subrayó.
En la jornada también 54 profesionales recibieron la Distinción Manuel “Piti” Fajardo Rivero, por su destacado desempeño de manera ininterrumpida durante más de 20 y 25 años en el Programa del Médico y la Enfermera de la Familia.
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