Deporte Cubano en 2020: ¿Derrotando a un enemigo feroz?

Deporte Cubano en 2020: ¿Derrotando a un enemigo feroz?
Fecha de publicación: 
1 Enero 2021
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Imagen principal: 
Idalys Ortiz es una de las más series aspirantes al oro en Tokio

Hay muchas variables que han marcado el decursar de nuestro movimiento deportivo en un año X. La celebración de eventos múltiples, rendimientos de atletas, pasos sólidos en la base y en materia de enseñanza deportiva…

El 2020 la lucha fue contra un enemigo mayor y de poder incuestionable: la pandemia del coronavirus. Imaginen ustedes que ya a partir del mes abril su azote fue tan voraz que la actividad del músculo se vio obligada a suspender o readecuar su calendario competitivo al máximo nivel.

Cuba no estuvo exenta de esa “onda expansiva”, y en consonancia

Con ello las máximas autoridades del Inder desplegaron su accionar dirigido a todos los frentes.

El centro de atención

Indiscutiblemente son los Juegos Olímpicos de Tokio el certamen que constituye centro de atención. Su posposición, el hecho de estar pendiendo incluso de un hilo, y el impasse por casi ocho meses que tuvieron muchas disciplinas en nuestro país obligó a todos los saberes a reinventarse.

Sin contar en muchas ocasiones con todos los medios para cumplimentar con sesiones de entrenamiento a distancia y en casa, los preseleccionados cubanos demostraron nuevamente su valía.

Sesiones vía electrónica; apoyo y atención al componente psicológico con los especialistas de ese departamento perteneciente al Instituto de Medicina Deportiva; esfuerzo y responsabilidad para no alejarse de la forma física que se poseía…

Así fueron transcurriendo los meses hasta que a partir de septiembre las disciplinas más comprometidas con la obtención de preseas en la capital nipona comenzaron a concentrarse.

Hablamos de la lucha, el boxeo, el atletismo (actualmente su columna vertebral desarrolla una base en Montefredo, Portugal), y el judo. Las cuales se movieron hacia provincias con una situación epidemiológica más favorable, y con estricto rigor en el cumplimiento de los protocolos sanitarios.

Eso sin contar que especialistas, profesionales, personal de servicios y apoyo, y estudiantes de Licenciatura en Cultura Física brindaron su aporte en el combate directo a la Covid-19.

De vuelta a nuestros atletas en clave de Tokio, las especialidades de combate desarrollaron galas que se convirtieron en verdaderos termómetros domésticos, ante la ausencia total de fogueo.

Púgiles, gladiadores, judocas, se enfrascaron en demostrar hasta qué punto fueron capaces de sacarle provecho a los meses de inactividad competitiva y a sus respectivas bases de entrenamiento posteriores.

En el caso del judo luego de tener un examen más puntual en el Panamericano del deporte en Guadalajara, México (noviembre), el cual aportó importantes puntos para los rankings de clasificación olímpica.

Por cierto, hasta este minuto son 41 los clasificados a tierras del Sol Naciente, a razón de atletismo (14), lucha (12), tiro deportivo (5), canotaje (4), la gimnasia artística y el pentatlón (2 cada uno), taekwondo y ciclismo (1).

Cifra que las máximas autoridades del Inder estiman frise el centenar, si en definitiva el béisbol en calidad de única disciplina colectiva logra hacer el grado.

El proceso ha sido único, escabroso y aún habrá que esperar a ver cómo continúa cuando arranque el 2021, máxime cuando el rebrote ha cobrado una fuerza insospechada en Europa y América, principales escenarios potenciales de lides clasificatorias que restan por desarrollarse.

No se puede estar de espaldas a la realidad objetiva que nos ha caracterizado y circunda. Una pincelada de cierre:

El súper completo del estilo grecorromano Ángel Pacheco fue designado el novato del año en ese deporte, toda vez que no hubo selección de mejores deportistas. Solo que su excelente performance en el torneo continental de ese deporte le mereció dicha condición.

Contratos y lides virtuales: Válvulas de escape

Sin dudas, y ante la carencia de un calendario competitivo doméstico serio en varias disciplinas, fundamentalmente colectivas, la política de contratación de deportistas en el exterior ha funcionado como una verdadera válvula de escape.

Vayamos al hecho de que en este 2020 solo pudo desarrollar como certamen competitivo oficial la 60 Serie Nacional de Béisbol.

Ni la Liga Superior de baloncesto, el Nacional de Fútbol, y otras Ligas de similar categoría como voleibol, balonmano, hockey, polo acuático, futsal, pudieron llevarse a cabo.

Entonces varios representantes de esos deportes quedaron en el foco de atención de distintos clubes y en los mismos tuvieron la posibilidad de continuar con su evolución, no solo en el plano individual, sino en la adquisición de otras visiones relacionados con el juego de conjunto.

De hecho, voleibolistas como Miguel Ángel López, Roamy Alonso, Marlon Yant y otros, han experimentado crecimiento sustentado en loables performances, lo mismo que Liván Moinelo, Yurisbel Gracial, Raidel Martínez, Yariel Rodríguez, Jasiel Rivero, Lisván Valdés, Giraldo Carales, balonmanistas, la ciclista Arlenis Sierra y el tenimesista Andy Pereira… por solo citar a unos cuantos.

Acompañando a este fenómeno ha habido otro asociado a la repatriación de varios deportistas, peloteros esencialmente, así como la inscripción de cinco legionarios de nuestro fútbol en la lista de jugadores elegibles para próximas convocatorias con la armada tricolor.

Pasos que denotan ligera madurez en la manera de dimensionar este mecanismo que tributa al desarrollo de nuestro movimiento deportivo.

Otro elemento paliativo fue la participación en competiciones virtuales en aquellas disciplinas que lo permitieron. Taekwondo, ajedrez, y levantamiento de pesas se cuentan entre las de mayor incidencia en esta variante emergente de confrontación.

La enseñanza deportiva

Como es lógico el Coronavirus también truncó el curso escolar en las Escuelas de Iniciación Deportiva y esa ruptura estuvo acompañada de la suspensión de los juegos escolares Nacionales, el principal escenario de fogueo doméstico en las categorías infantiles, como también lo son los torneos juveniles para los que entren en ese grupo etario.  

En lo personal soy de los que pienso que no se debe circunscribir el desarrollo de nuestro deporte a esas mega-competencias. Si bien es cierto que la pirámide deportiva cubana no está sobre bases tan sólidas como lo estaba hace tres décadas, también lo es el hecho de que urge inyectar motivación, captación rigurosa y sistema competitivo en la base. Esas variables constituyen unas de las principales a la hora de poder decir con posterioridad que se posee talento y cantera para garantizar el relevo de quienes son considerados hoy estrellas deportivas de la nación.

Deporte cubano. Un 2020 bien difícil de resumir y en el cual la inactividad y ese adversario de poder agigantado y nombre Coronavirus nos ha hecho volver la mirada y reflexionar sobre distintas cuestiones.

 

 

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Comentarios

Gracias a los contratados en otras Ligas o Clubes nuestros deportistas han podido seguir superandose y jugando ante los mejores. Porque la verdad es que en lo domestico la totalidad de los campeonatos nacionales dejan mucho que desear siendo campeonatos de una semana de duracion como en el caso del Voleybol, balonmano, Polo Acuatico, Hockey , el unico campeonato nacional que se hace màs largo es el Beisbol y luego lo sigue el Baloncesto con la Liga Superior pero que en comparacion a meses de las Ligas profesionales es casi nada, y ademas encontrando cuando se trata de las Europeas a lo mejor del mundo en cada especialidad..
vita.ramon@libero.it

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