#CubaSíDeViaje: Aguada de Pasajeros, la leyenda y la fe

#CubaSíDeViaje: Aguada de Pasajeros, la leyenda y la fe
Fecha de publicación: 
11 Marzo 2023
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Imagen principal: 

Foto: Laura Martínez

Cuenta la leyenda que había un pozo en medio del camino real donde saciaba la sed cuanto peregrino pasaba por Nuestra Señora de Belén, entonces, alguno de los caminantes propuso cambiarle el nombre por Aguada de los Pasajeros.

¿Cuánto hay de verdad en este mito? Nunca lo sabremos exactamente, pero lo que sí parece comprobado es la existencia del pozo y el hecho de que aquel sigue siendo, hasta hoy, un lugar de paso. Actualmente lo es para el viajero que va o viene de la cabecera provincial, por ejemplo. 

En un banco del paseo, junto a la línea del ferrocarril, que forma parte de la vida cotidiana del pueblo, me contó la historia Suled López Benítez, una aguadense enamoradísima de su terruño, quien añora el día en que el proyecto de reconstruir el pozo y, con él, recrear la leyenda, se haga realidad.

En 1921 tomó posesión el primer alcalde del municipio y fue nombrado, oficialmente, Aguada de Pasajeros, tal cual lo llamamos hoy, tal cual lo conocí yo de pequeña, cuando uno de los mayores atractivos de visitar a mi tío en Cienfuegos era comer churros en la terminal de trenes de Aguada, los recuerdo como los mejores de mi vida. Lamentablemente, me confirma Suled, ya solo queda de ellos la memoria.

Tampoco atraviesa ya por allí el tren Habana - Cienfuegos, que mi abuela y yo abordábamos en Matanzas. Sí pasa el Aguada - Cienfuegos, por el mismísimo centro del municipio. 

 

También se mantiene la producción de arroz como actividad económica fundamental de Aguada, y el orgullo de guardar los primeros paisajes que vieron los ojos de Tomás Sánchez.

«Aquí se realizó el único alzamiento de Las Villas el 24 de febrero, dirigido por Joaquín Pedroso. El único apoyo que existió en la región fue en Aguada», apunta Suled con la más noble presunción.

 

Esta aguadense cree, sobre todo, en el potencial humano de su terruño: «La gente de Aguada es muy hospitalaria, pero también es muy emprendedora, muy soñadora; disfruta el espacio que hemos ido creando con el paso del tiempo, pero constantemente está pensando en cómo puede ser mejorado, cómo seguir contribuyendo, desde los tiempos actuales, a esa historia que nos han legado nuestros antepasados. Definitivamente, Aguada tiene muchas cosas que mostrar, pero, sobre todo, el corazón de su gente. Hay muchas historias aquí de gente sencilla, pero con mucha fuerza de voluntad para salir adelante, y yo creo que ese es un valor que caracteriza a los aguadenses».

Entre sus coterráneos, Suled admira especialmente a una mujer: «se trata de una santera que, cuando falleció, donó "sus cosas" al Museo Municipal. Fue muy querida aquí en Aguada, pero tenía también una casa en La Habana y allí escondió a Aracelio Iglesias. Sentía tanta devoción por Fidel, que iba a todos sus discursos; donde quiera que el Comandante hablaba, para allá iba ella».

Y sin ser religiosa, mi amiga sabe y siente que la bendición de Guillermina Montalvo omo Shangó acompaña siempre a su natal Aguada de Pasajeros.

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