COVID-19: Una golondrina no hace verano

COVID-19: Una golondrina no hace verano
Fecha de publicación: 
1 Junio 2021
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Foto: Antonio Lacerda / EFE

Cuando hoy se teclea “coronavirus” en los buscadores de Internet, mayoritariamente aparecen materiales e imágenes relacionados con la vacunación anticovid-19.

Sin embargo, el panorama, al menos de Latinoamérica, no es ese; una golondrina no hace verano, como reza el viejo refrán.

Hace muy poco, la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja (IFRC) advirtió que la pandemia “está lejos de terminar en América”, y las estadísticas de fallecimientos y contagios lo confirman.

América Latina sigue siendo la región del planeta con el mayor número de casos de COVID-19 y el más alto pico de decesos.

Más de un millón de latinoamericanos han fallecido a causa del nuevo coronavirus, y estas muertes constituyen un tercio de todas las ocurridas en el planeta.

Pero, por lo que abunda en la red de redes, pareciera que la pandemia ya es cosa del pasado, una manera más de desconocernos e invisibilizarnos.


Una playa de California el pasado 27 de abril. Foto: tomada de libero.pe

Los datos recientes, no obstante, andan gritando una realidad dramática y bien diferente a esa de playas congestionadas por veraneantes, personas felices deambulando por bulevares y brindando en bares.

En nuestra región los contagiados siguen aumentando: diez de los quince países que notificaron el mayor número de casos en todo el mundo se encuentran en América Latina y el Caribe. Uruguay, Argentina y Costa Rica encabezan la lista, seguidos de Trinidad y Tobago, Surinam y Brasil, indicó la Cruz Roja.

Por cada 100 mil habitantes, Latinoamérica reporta 162 muertes, en tanto, como promedio, a nivel mundial son 46 los fallecimientos por cada 100 mil personas.


Foto: Matthias Beind / dpa

Ocurre que la vacunación, a pesar de tanta imagen europea de hombros junto a jeringuillas, sigue siendo demasiado lenta y dispar. Es insuficiente la disponibilidad de vacunas en la mayor parte del continente.

Unos 150 días después de iniciada la vacunación en el mundo, “menos de dos de cada mil vacunas se han administrado en los países más pobres de las Américas”, indica la directora regional de la IFRC para las Américas, Martha Keays. 

Estados Unidos concentra casi la mitad de las dosis administradas en la región, y, paradójicamente, allí andan ofreciendo lo mismo dinero, que marihuana, que hamburguesas como incentivo para que la ciudadanía acuda a vacunarse, vaya paradoja.

Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, ha recordado que la pandemia del coronavirus está “muy lejos” de terminar, y que si hay una única manera de acabar con la enfermedad, es apostando por las vacunas.

Claro, apostando por las vacunas y por la solidaridad con los países menos desarrollados, con los olvidados por casi todos, menos por el coronavirus.

 

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