En un P9

En un P9
Fecha de publicación: 
13 Septiembre 2019
0
Imagen principal: 

Pero espacio había, más allá de la mujer gruesa que obstruía la entrada porque "es difícil bajarse en la que viene si uno no va aquí".

El carro 531 de la ruta P9 avanzó hasta las calles Marina y San Lázaro. La gente dejó vacía la "barbacoa", pero los que se empeñan en obstruir las puertas no se movieron. Tampoco la mujer que había anunciado que se quedaba desde que me subí, con trabajo, en 23.

Logré llegar al fondo y sentarme. En la parada del hospital Ameijeiras, la gente tenía mala cara: de la espera; del hambre; de un día de trabajo; de no comprender por qué, si el P9 tenía espacio, no paró. Si no llega a ser por la patrulla que lo detuvo al doblar Belascoaín, hubiéramos llegado hasta la próxima sin la gente que lo esperaba en el lugar que debió parar antes.

El policía hizo al chofer dar la vuelta y recoger a los que se quedaron varados. No eran muchos, en realidad, pero la cara les cambió enseguida.

—¡Eso es lo que tiene que hacer la policía!, dijo alguien.

—No importa cuántos sean, ¡mírales la felicidad!, me dijo el de al lado.

A algunos no les importó. Otros protestaron por los minutos "perdidos". Unos cuantos mencionaron a Díaz-Canel. La mayoría estuvo de acuerdo en que volver fue lo justo.

—Después de esta, el chofer no se lleva una parada más, dijo otra persona.

Aunque el chofer debía detenerse en Belascoaín y Pocito, lo hizo justo al pasar Zanja. Pero de seguro, en la parada, dos cuadras más alante, había otra patrulla, porque enseguida tiró el corte y abrió las puertas para que la gente se subiera.

Tomado de su perfil de Facebook

Añadir nuevo comentario

CAPTCHA
Esta pregunta es para comprobar si usted es un visitante humano y prevenir envíos de spam automatizado.
CAPTCHA de imagen
Introduzca los caracteres mostrados en la imagen.