El nuevo papel de Dustin Hoffman

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El nuevo papel de Dustin Hoffman
Fecha de publicación: 
15 Agosto 2012
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Dustin Hoffman cumple 75 años y la madurez le sienta al actor increíblemente bien, parece que está interpretando con maestría un nuevo papel.

A lo largo de su vida, Hoffman interpretó a un sinnúmero de personajes, a un joven rebelde y a un cojo vagabundo, a un autista que se aprende de memoria la guía telefónica y a un tímido matemático que se convierte en calculador asesino, a una atractiva mujer...

“¿Y por qué no intentas actuar? Es mucho más fácil”, este, según cuentan fue el consejo que le dio a Hoffman el legendario galán de Hollywood, Laurence Olivier, al ver que el coprotagonista de ‘Marathon Man’, Hoffman, había pasado varias noches sin dormir para transmitir mejor el estado de extrema fatiga.

Stanislavski habría estado contento

El perfeccionismo profesional de Hoffman es un rasgo legendario, así para cojear de una manera más convincente, en su papel en la película ‘Cowboy de medianoche’ se metía piedras en los zapatos. Se rumorea que a veces incluso los directores no aguantan y abandonan el rodaje: así de obsesivamente exigente suele ser Hoffman consigo, con sus compañeros de oficio y con todo el equipo.

Pero Olivier se equivocó en lo más importante: Dustin Hoffman es un gran actor que domina a la perfección el arte de la interpretación artística, pocos podrían compararse con él. Su más de medio centenar de papeles son tan variados que le permiten evitar el estancamiento profesional.

Su primer papel fue en la película ‘El graduado’ y así, a la edad de 30 años, pasó de ser de un poco prometedor estudiante de la escuela de interpretación a convertirse en una estrella de cine. Su protagonista, un joven de 20 años, en el guión era un rubio alto y de apariencia deportiva. Sin embargo, cuando el director vio a Hoffman en una obra de teatro, percibió tanta riqueza interna en aquel judío enclenque que pronto se dio cuenta de la facilidad con la que podría crear una personalidad mucho más interesante. Y Hoffman lo consiguió, convirtiéndose en el ídolo de toda una generación.

El propio Hoffman insiste en que los papeles que interpretó son partes de su “yo”. Pero ello solo quiere decir que un buen actor tiene un “yo” tan extenso y polifacético que puede encarnar al estafador cojo y tuberculoso de ‘Cowboy de medianoche’, al dedicado padre de ‘Kramer contra Kramer’, al autista en ‘Rain Man’ y al maestro Shifu en la película de animación ‘Kung-fu Panda’.

La biografía del propio actor también podría servir de argumento para un guión. Nació en una familia de emigrantes judíos, su madre era pianista de jazz y su padre, un viajante. Más tarde Dustin recreará a su progenitor en la película ‘Muerte de un viajante’ y recibirá por su actuación el premio Emmy. Fue el padre del actor quien les contagió a sus hijos la afición al cine: durante cierto tiempo realizó en Hollywood todo tipo de trabajos y todas las noches contaba a sus hijos historias sobre las costumbres que allí reinaban.

Un actor con un destino difícil

Se cuenta que Dustin tuvo su primera experiencia como actor a la edad de doce años. No fue una experiencia muy positiva: bajito y debilucho, interpretaba en un espectáculo en el colegio al pequeño Tim en ‘Canción de Navidad’ de Charles Dickens. Alumnos mayores le persuadieron de que soltara al final ‘Dios os guarde, maldita sea’. Lo hizo y al día siguiente fue expulsado del colegio.

Durante su adolescencia, asegura el propio Hoffman, era “un niño siempre demasiado bajo para su edad, con un aparato dental y una de las peores colecciones de granos de todo Los Angeles”. Fue por esta razón por la que decidió convertirse en actor. “Me hice actor para salir con chicas”. No fue un estímulo nada despreciable, es posible que le sirviera de apoyo en la escuela de interpretación, donde los profesores le consideraban el estudiante menos dotado de todos.

Mientras estudiaba trabajó en una clínica psiquiátrica, en una tienda de juguetes y mecanografiaba textos para un periódico. Entró en un teatro para trabajar durante seis meses en guardarropa. Posiblemente sin todas estas experiencias no habrían nacido ni ‘Rain Man’, ni ‘Tootsie’ ni otros personajes geniales.

Un nuevo tipo de actor de Hollywood

La imagen que se creó Hoffman fue muy demandada por Hollywood en los años 60 del siglo pasado. Los galanes de rasgos varoniles y peinados impecables fueron reemplazados por otros protagonistas, aquellos que atrapaban al público con su vida interna, con su carácter. Sus caras y figuras podían distar de ser ideales, pero eran personas vivas y nada simples.

No es que Hoffman simplemente haya tenido suerte de ofrecer su “físico no demasiado glamuroso” en el momento perfecto y en el sitio perfecto. Junto a él empezaron Al Pacino, Jack Nicholson, Robert de Niro y otros grandes del “nuevo perfil de actores”. No se perdían de vista, se disputaban los papeles y los Oscars. De vez en cuanto coincidían en el rodaje y entonces empezaban a saltar chispas.

La época del Gran Hollywood y del genio bajito está llegando a su final. Sin embargo, Dustin Hoffman hace tiempo ya ha traspasado su físico, sabe meterse en la piel del personaje hasta tal punto que viendo a ese respetable señor cuesta creer que decidiera ser actor para llamar la atención de las chicas.

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