La Ley Helms-Burton pretende lograr lo que no se pudo en Girón (+ VIDEO)
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Entrevista en la que Tubal Páez Hernández, periodista cubano, expresidente de la Unión de Periodistas de Cuba y actual director de Comunicación de la Asamblea Nacional del Poder Popular, expone su criterio sobre la similitud entre la invasión mercenaria por Playa Girón y la Ley Helms-Burton.
En el imaginario popular podemos encontrar que los mercenarios que atacaron por Playa Girón fueron cambiados por compota. ¿Es cierto esto?
Eso parte, en primer lugar, de la aplastante derrota que sufrieron los mercenarios en Playa Girón, junto a los que organizaron y financiaron la invasión. Esa es una historia de embarcados que demuestra que no se puede jugar con los pueblos cuando están convencidos de lo que defienden y son dueños de su destino. Girón tiene muchas lecturas y yo siempre tuve en mi cabeza una inquietud, y en una ocasión le pregunté a Fidel que cómo era posible que, si ellos iban a invadir, avisaran dos días antes con los bombardeos. Y Fidel me contestó: Porque son muy brutos.
Yo sé que había un pensamiento detrás de la invasión y había inteligencia, pero es que la mentira es bruta y toda la invasión se basaba en la mentira, se basaba en el desprecio a la fortaleza, la formación y la identidad de los pueblos.
Girón, además de ser una victoria militar, fue una victoria política de grandes proporciones, porque por primera vez los Estados Unidos se sentaron a negociar una indemnización y tuvieron que reconocer que todo fue un proyecto de ellos.
El juicio a los mercenarios duró como un año y Fidel les propuso a los vencidos que ayudaran en el proceso de su liberación, y desde aquí partió un grupo de mercenarios a Washington como mediadores para agilizar su liberación.
¿Cómo fueron estas negociaciones?
La base de las negociaciones fue establecer un valor a la plantilla, o sea, a cada prisionero, en dependencia del rango, se le valoró, y todo eso dio un monto que equivalía a la indemnización. Esto era algo simbólico, porque ese dinero nunca iba a indemnizar a los muertos, a la destrucción y al sufrimiento que causaron y causa todavía esta agresión a familias que perdieron a sus seres queridos. Pero esa era una manera de compensar al pueblo de Cuba.
La primera propuesta de Cuba fue que ese monto se le pagara con maquinaria para transformar los procesos productivos en el campo y la construcción, pero Estados Unidos no estuvo de acuerdo con el supuesto de que eso podía ser convertido en maquinaria de uso militar, entonces se tranzaron por alimentos para niños y medicinas. De ahí salió todo eso de la compota. Yo recuerdo que mis hijos se beneficiaron con colonias y talcos, pero en realidad, el grueso era compota.
¿Cómo transcurrió el juicio a los mercenarios?
Una frase muy recurrente dentro de los vencidos, en los interrogatorios, era: “Yo vine de cocinero”. Durante cuatro días, en el teatro de la Central de Trabajadores de Cuba, un panel de periodistas interrogó a un grupo de mercenarios, en público, en vivo todas las noches. A esos interrogatorios comparecieron testigos. Recuerdo a una mujer que le enseñó a uno de los mercenarios la ropa íntima ensangrentada producto de las torturas y lo encaraba ante las cámaras. El quinto día fue un diálogo con Fidel y fue el cierre de un debate público entre la verdad y la mentira. Fidel, caracterizado por el humanismo y la caballerosidad, en ningún momento los ofendió, pero los incitó a hacer un análisis de por qué se había producido esa invasión.
Esto ayudó a desmentir todo lo que se decía con respecto a Cuba en aquel entonces. Esto que vemos hoy de las fake news se queda chiquito con todo el aparato que se creó: eran cables noticiosos uno detrás de otro diciendo mentiras. Eso constituyó también una derrota moral para el Imperio.
En ese encuentro entre los mercenarios y Fidel, el Comandante en Jefe les preguntó a los mercenarios que quiénes habían cortado caña alguna vez, y solo uno levantó la mano, muy modestamente. Al parecer, no tenía mucho historial como machetero. Entonces Fidel les dijo: si yo le pregunto a cualquiera de los milicianos que pelearon que cuántos tenían 700 caballerías de tierra, o eran dueños de un banco, o de un central azucarero, ninguno levantaría la mano. Esto demuestra que fue la oportunidad de las masas olvidadas y explotadas de redimirse mediante las armas.
¿Esta derrota denota un error de cálculo de los organizadores?
No. Yo te diría que ellos se dejaron engañar por sus propias toxinas, ellos estaban intoxicados con las mismas mentiras que decían y la brigada estaba aislada, secuestrada y a la mayoría le hicieron un cuento, pero existían otros que eran ideólogos y gente de derecha convencida a recuperar sus privilegios y no solo los económicos, sino también lo que les tocaba en una Cuba que ellos querían reconstruir, donde había espacio para el politiqueo, el mentiroso, el jugador, la explotación de las mujeres y muchos otros males.
Yo sé que muchos de estos mercenarios se arrepintieron y murieron pensando y diciendo públicamente que eso había sido un crimen norteamericano, incluso, en ese interrogatorio con Fidel, el Comandante en Jefe les pregunta: ¿qué harían ustedes si en un futuro Cuba fuera invadida por los Estados Unidos?, y algunos respondieron: bueno, yo le pediría al pueblo cubano que me dejara pelear junto a ellos para defender a mi país. Entonces Fidel contestó: eso habría que consultárselo al pueblo y ver cómo lo toma, porque esa es una decisión que solo el pueblo puede tomar. Eso refleja las contradicciones internas de aquella brigada.
¿Podemos relacionar aquellos sucesos con la Ley Helms-Burton?
Eso es lo mismo que sucede con la Ley Helms-Burton, que trata de unir a todo ese zoológico que desembarcó por Girón, a los que salieron huyendo cuando triunfó la Revolución, los que asesinaron, robaron, y a los batistianos, que se fueron el Primero de Enero de 1959, con los empresarios y los antiguos terratenientes, de los cuales muchos hubiesen estado de acuerdo en cobrar la indemnización que les ofreció Cuba, si Estados Unidos no se hubiera opuesto a esto. Entonces todo eso lo metieron en la Helms-Burton, que constituye un saco sucio, basado en embustes, mentiras y mal interpretaciones de la historia. Esta ley es una aberración política sin antecedentes, que intenta imponerle a Cuba un diseño elaborado por ellos. Mientras en Girón trataron de imponerlo por la fuerza militar, con dicha ley intentan imponerlo a través de los tribunales, sin respetar la determinación de un país de decidir sobre su destino.
Hay dos elementos que estaban en 1961 y se mantienen en la actualidad, que son la defensa del país y consolidar la economía, ambos claves para poder sostenernos. Y las lecciones de Girón y la de esta ley evidencian que el enemigo es el mismo, que no han cambiado las pretensiones, y las fuerzas oscuras se desatan contra las fuerzas más sanas, más puras. Los cubanos siempre hemos deseado vivir en paz, respetados como pueblo, y que se nos reconozca la dignidad como seres humanos.
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